«Soy un motor diesel al que le puedes echar los kilómetros que quieras». Así se define Alberto Prada, conocido deportivamente como Gusi, un ultramaratoniano de 50 años de edad natural de Ponferrada afincado en la Región de Murcia que un día descubrió que el running y el triatlón eran sus pasiones. Mañana jueves, un día después de contraer matrimonio con Margarita Villanova, su pareja, emprenderá otro viaje hacia un nuevo reto: el Marathón des Sables, la carrera más dura del mundo.
Después de completar con éxito pruebas como un Ultraman, hace poco más de un año se lanzó a otro reto: realizar catorce maratones en otros tantos meses. Ya lleva doce en el último año y ahora, con motivo de la prueba en el Sáhara, realizará dos más. Y todo ello a favor de Afacmur, con el fin de recaudar fondos para la Asociación de Familiares de Niños con Cáncer de la Región de Murcia. «Empecé en la pandemia a hacer maratones. Aún no se celebraban carreras oficiales, pero los he hecho de una forma especial. Uno fue de noche, otro dando vueltas a una pista de atletismo, también en la playa de la arena y en el desierto de Tabernas. Todos han sido diferentes», cuenta. Ya cuando regresaron las pruebas oficiales estuvo en los maratones de Madrid y de Málaga. Este último lo hizo pensando en la aventura que afronta ahora, con una mochila con catorce kilos de peso a la espalda que repitió en la Media de Santa Pola.
Ahora llega Sables, una carrera mítica: «Está considerada la carrera más dura del mundo por etapas. Son siete días en autosuficiencia en los que la organización solo te proporciona agua y una haima para tumbarte. Son 250 kilómetros por el Sáhara marroquí. Por ello he entrenado mucho en la playa, tanto en Los Alcázares como en San Javier», explica Gusi.
Las temperaturas, con máximas diarias de 45 grados y mínimas de 8, y las rozaduras en los pies son los grandes enemigos en esta prueba: «Debo de tener mucho cuidado con las llagas y las ampollas. Llevo cuidándome los pies tres meses con cremas porque pese a que yo creía que había que tenerlos duros, es todo lo contrario, hay que dejarlos muy suaves», dice.
Para afrontar esta costosa aventura ha encontrado el apoyo de varias empresas de la Región, como la empresa de transportes ESP Solutions, Iberpiano y Amounal Rent a Car, «que es quien más se ha implicado y me ha apoyado en todo, abriéndome muchas puertas». Las equipaciones las ha diseñado Korridor Sport, mientras que Level Up le ha proporcionado toda la suplementación deportiva. También su mujer, que es psicóloga, ha puesto su granito de arena económico desde su gabinete. «Solo en comida llevo 300 euros en la mochila», explica Prada, quien paseará el nombre de Afacmur con el fin de recaudar fondos para esta asociación. Y lo hará en plena luna de miel, solo y en el desierto. «Ya lo celebraremos cuando venga con un viaje con la familia, pero ahora ha coincidido así», termina diciendo.
