El FC Cartagena cayó derrotado por primera vez en cuatro partidos ante uno de los mejores equipos -si no el mejor- de Segunda División. Con evidentes problemas en defensa y centro del campo, los albinegros abandonaron la suerte que les llevó a sumar nueve puntos en tres partidos.

El equipo armero persigue un objetivo muy diferente del que se busca en la ciudad portuaria y lo demostró jugando unos primeros 45 minutos de excelente fútbol en los que marcó dos goles, remató dos veces al poste y obligó a Marc Martínez a erigirse en héroe para evitar un marcador de escándalo. Tal fue el huracán de juego de los vascos que incluso su entrenador reconoció que habían jugado «un fútbol que hacía tiempo que no se veía con un primer tiempo brillante».

Por su parte, los albinegros salieron al encuentro atenazados, despistados y superados por los locales en todas las acciones. Por el acierto y la entidad del rival, cabría pensar que al equipo de Carrión no se le puede pedir más de lo que lleva haciendo en estas tres semanas y de lo que hizo en Ipurúa. Lo sorprendente es que este equipo es capaz de mucho más pero es preso de la insistencia de su entrenador en un sistema que no funciona.

El partido frente al Ibiza llevó a Carrión a experimentar con el dibujo y probar una defensa de tres centrales y dos carrileros. Tras el éxito del equipo, el técnico catalán quiso implantarlo en los siguientes choques, sin embargo, no le ha ido tan bien. Desde entonces, el equipo ha sufrido una enfermedad crónica con los mismos síntomas y de la que se cura siempre con la misma receta. El equipo no funciona en la primera mitad y reacciona con el cambio de sistema en la segunda.

El centro del campo tampoco ha ayudado a la zaga. De Blasis, Bodiger y Boateng se han repartido los minutos, pero ninguno ha sabido llevar a cabo la idea de su entrenador, provocando muchas pérdidas en transición y demasiado espacio entre líneas.

Estos problemas han llevado al equipo a conceder demasiado al rival y a tener que reaccionar tras mostrarse inferior en el partido. Frente al Amorebieta, el equipo remontó con los cambios. Ante el Sporting, el entrenador volvió al 4-4-2 tras el descanso y consiguió llevarse el partido. Y contra el Eibar, los retoques de Carrión antes de llegar al minuto 45, dieron al equipo otra cara, aunque no fueron suficientes para sacar algo positivo.

El sistema de juego de Carrión está condenando a un Cartagena capaz de mucho más si su entrenador consigue dar con la tecla.