Manolo Molina confirmó en el día de ayer su primer gran patinazo con el Real Murcia. No ha hecho falta ni que empiece la temporada liguera, donde realmente será evaluado el director deportivo murcianista, para que al lorquino le esté superando la presión de una pretemporada nefasta para un equipo murcianista que el domingo iniciará la liga en Segunda RFEF con la exigencia de ascender sí o sí de categoría. Después de un mes repitiendo que «la delantera estaba cerrada», el Real Murcia anunció en el penúltimo día del mercado la contratación de un ‘9’, lo que confirma la desconfianza que hay dentro de Nueva Condomina con una línea que estaba supuestamente cubierta con los fichajes de Andrés Carrasco y Dani García, ambos sénior, y el salto al primer equipo del sub-23 Andrés Silvente.

Con todo el mercado por delante, Manolo Molina ya había cerrado su delantera en apenas dos semanas. Cuando Andrés Carrasco llegó, los aficionados pensaban que al lorquino le acompañaría un punta de primer nivel para la categoría. Pero pronto se comprobó que no habría guinda en el ataque. El lorquino gastaba una ficha sénior en Dani García -cumplirá 23 años en diciembre-, un jugador que ha ido pasando desapercibido en sus distintos equipos, pero que coincidió con Mario Simón en el filial del Albacete.

Con Andrés Carrasco y Dani García, el ataque quedaba pendiente de un complemento. Y el sub-23 elegido por Andrés Silvente, que pasaba del filial al primer equipo. Pero la ilusión del murciano de celebrar goles en Nueva Condomina duró apenas 40 días. Manolo Molina le abría la puerta de salida la semana pasada. El canterano pagaba los platos rotos de la precipitación del director deportivo en julio y su mala planificación de una de las líneas más importantes para un equipo obligado a ascender a Primera RFEF.

La llamada a Silvente solo significaba una cosa. Llegaría otro delantero al Real Murcia, pero la decepción no tardó en aparecer cuando desde Nueva Condomina se dejó claro que sería otro futbolista sub-23, ya que solo quedaría una ficha sénior si sale Pablo Haro y, por lo que ha sonado, en caso de cerrarse la rescisión iría para un jugador de banda derecha, pese a que esa línea también está cerrada desde hace varias semanas.

Pues ayer se acabaron las especulaciones. A media tarde el Real Murcia anunciaba la contratación de Boris Kouassi, cuyo nombre dejó todavía más frialdad de la que se ha ido generando en los amistosos disputados hasta ahora y en los que los granas solo han marcado cinco goles. El futbolista de 22 años, al igual que Dani García, es otro ‘enchufado’ de Mario Simón, y es que el técnico grana le tuvo a sus órdenes en el filial del Albacete en Tercera División. No ha pesado a la hora de elegir al costamarfileño el hecho de que el atacante no ha jugado ni un solo partido en Segunda B. Además, ni en el club manchego ni en el Alcorcón B, su equipo anterior en España, ha destacado por sus números. Con los albaceteños marcó seis goles, insuficientes para ayudar a un conjunto que rozó el ascenso a la Segunda RFEF. En su nota oficial, el Real Murcia apunta que el jugador «es un delantero centro que destaca por su gran envergadura y su olfato goleador. Sus 1,94 metros de altura le permiten ser un futbolista muy peligroso en el juego aéreo».

Con Boris Kouassi ya confirmado, ahora falta saber qué ocurrirá con Andrés Silvente. Lo normal es que el murciano se vea obligado a salir de Nueva Condomina, aunque si finalmente se agarra a su contrato, al Real Murcia solo le quedará inscribir al costamarfileño como jugador del filial.

Uno de los destinos en los que podría recalar Silvente es en el Mar Menor, al que el Real Murcia habría ofrecido la cesión del ex del Lorca Deportiva. Con la soga al cuello del canterano, Manolo Molina ha roto la cuerda por el lado más fácil, dando otra estocada a la apuesta por la cantera que se venía vendiendo en Nueva Condomina. Aunque los números de Silvente en esta pretemporada son los mismos que los de sus compañeros de ataque, el director deportivo ha señalado al canterano para tapar su propio error, el de fichar a dos sénior, ninguno de ellos de primer nivel.