Joshua Cheptegei, plusmarquista mundial de 5.000 metros, remató la estrategia ugandesa con una victoria incontestable en la final olímpica fulminando con la ayuda de su compañero Jacob Kiplimo y al muleño Mohamed Katir, que había causado sensación este por sus marcas en 1.500, 3.000 y 5.000 metros. Sin embargo, acusó su falta de experiencia en la alta competición, a la que llegó hace solo un año y solo ha tenido oportunidad de participar en el último Campeonato de Europa en pista cubierta, donde fuera cuarto. Pero con 23 años de edad y por ser un recién llegado a la élite, tiene un amplio camino por recorrer el pupilo del fuentealamero Gabi Lorente.

El último cambio de Cheptegei, a 500 metros, dejó sin piernas a sus principales adversarios, enter ellos al joven murciano, que en ese momento se quedó fuera de la lucha por el podio al no poder llegar al esprint con la frescura necesaria de piernas para arrebatarle la gloria.

Cheptegei, que había sido subcampeón en el 10.000 el primer día del atletismo en los Juegos, se impuso con un tiempo de 12:58.15, por delante del canadiense Mohammed Ahmed (12:58.61) y del estadounidense de origen keniano Paul Chelimo (12:59.05), en tanto que Kiplimo pagó su esfuerzo con el quinto puesto y Katir acabó descolgado, octavo con 13:06.60, y obteniendo un diploma en su estreno olímpico.

Uganda obtuvo así su primera medalla de oro olímpica en atletismo, en una carrera que buscaba sucesor para el británico Mo Farah, vencedor los dos últimos Juegos.

Antes de llegar a Tokio, Kiplimo, de 20 años, no había perdido un 5.000 en pista desde el mundial sub-20 de 2018.

En la nómina de favoritos, junto a los ugandeses, aparecía esta vez un murciano, Mohamed Katir, la sensación del año, que en una temporada gloriosa ha ganado tres mítines de la Diamond League y ha barrido con los récords de España de 1.500, 3.000 y 5.000 metros.

El murciano estaba en la final de 5.000, su única prueba, con piernas menos cargadas que otros rivales, y en la carrera de Florencia, la mejor del año, había sido cuarto con 12:50.79, dos puestos por delante de Cheptegei. El vencedor, Jakob Ingebrigtsen, eligió en Tokio los 1.500.

Cheptegei puso su ritmo desde el disparo, alternando con Kiplimo para alcanzar el primer mil en 2:38.00. Katir marchaba en el centro de un grupo estirado. Un escenario conocido para el español, similar al de los mítines de la Diamond League.

El segundo mil (5:14.10) todavía no rompió el paquete, tampoco el tercero (7:55.25), a un ritmo de 62 segundos por vuelta.

A tres giros del final apareció Kimeli arriba, junto a Chelimo, que provocaron un corte de 9 para negociar los últimos 800 metros. El tirón de Cheptegei en el 500 terminó por descolgar a Katir, que iba ya con lo justo, quedándose centímetro a centímetro.

«Puedo dar un salto en un año»

Mohamed Katir no estaba abatido tras la carrera. Sonrió cuando fue entrevistado por Televisión Española en la Zona Mixta. El muleño achacó su resultado, un diploma olímpico, a su escasa experiencia en alta competición. De hecho, solo lleva un año en la élite mundial. Es cierto que llegaba con la tercera mejor marca de los participantes, pero en competiciones como unos Juegos Olímpicos, no suelen ganar siempre los más veloces.

«Para mí es una locura entrar en una final olímpica con 23 años. Hacía muchos años que nadie de nuestro país se metía en ella y, encima, con expectativa de ganar una medalla. Para mí tiene todo esto un gran valor. Me voy muy feliz a mi pueblo, con un diploma olímpico porque esto no es un mundial ni un europeo, esto es lo más grande. Me hubiera gustado pillar una medalla y con la marca que tengo, era para eso, pero me falta mejorar en los campeonatos, coger experiencia. Cuando adquiera un poco de experiencia en los campeonatos, no tendré rival. Tengo 23 años, no puedo quejarme», explicó el atleta.

Katir se atrevió a aventurar que «el año que viene puedo dar un salto más, un salto increíble. Cabeza no me falta, motivación tampoco, tengo a mi familia que me apoya, a mi pueblo, a mis amigos y mi manager, que gracias a él he podido demostrar que estoy entre los mejores. Dadme un año más y ya veréis», comentó.

El muleño agradeció todo el apoyo recibido desde la Región: «He recibido muchísimo apoyo desde mi pueblo y mi Región. La gente creía en mí, sabía que podía hacer algo muy bueno, pero aquí hay mucho nivel. Es mi primer año a nivel de élite, me falta un año más para dar un cambio aún más fuerte», añadió.

Por último, lanzó un mensaje: «Si alguien tiene un sueño, que luche por él, que se puede cumplir. Hay que tener paciencia y currarlo digan lo que digan lo demás. Confiar en vuestra familia, que nunca os va a dejar y para adelante», dijo, para explicar que su próximo reto es la final de la Diamond League en Zurich el próximo mes de septiembre y que por ello «no me puedo relajar cuando llegue a mi pueblo».