Con acento

Yo soy de Morata

Santiago Peláez

Santiago Peláez

Santiago Peláez

España ganó por 5 a 3 a Croacia en el partido más loco y más extraño de la Eurocopa. Dijo una vez Alfredo Di Stéfano que el fútbol era el deporte más sencillo del mundo. Bastaba con marcar en la meta del contrario. Nunca en la propia. Y con eso, todo resuelto.

Hoy España, salió claramente a ganar el encuentro tras el miércoles de ceniza anterior y su sorprendente resurrección goleadora. Y puso tanto énfasis en el juego que acorraló a Croacia los primeros veinte minutos y no marcó dos goles clarísimos, no se sabe muy bien por qué. En vista de que no se marcaba el gol a favor lo hizo en propia meta. Fue Pedri quien desde la línea de medios, cedió el balón a Unai Simón y éste en lugar de jugarlo lo dejó pasar incomprensiblemente sobre sus pies. Fue el gol más tonto de la Eurocopa. No de ésta, de todas las que recuerdo. Y ese gol estuvo a punto de lastrar a toda la selección. Porque jugamos entonces unos minutos horrorosos hasta que todos se fueron tranquilizando y España empató el partido por medio de Sarabia. Y así acabó la primera parte.

En el descanso, el primero en consolar a Unai Simón fue el guardameta De Gea. Luego lo hicieron todos los demás jugadores y el entrenador. Sabia decisión porque a la postre, Unai Simón salvó a España con una gran parada en la prórroga cuando peor lo estaba pasando el equipo español. De no haberlo hecho, ahora no estaríamos en los cuartos de final. 

En la segunda parte empezó pasando lo que tenía que pasar: España, que es mejor que Croacia marcó dos goles que la pusieron por delante en el marcador gracias a Azpilicueta y Ferrán Torres que aprovechó una picardía . Y cuando ya estaba ganado el partido y quedaban siete minutos para acabarlo, volvió a surgir algo inexplicable. En un barullo, ante la puerta española, Modric que apenas había aparecido, cede atrás desde la línea de fondo y se producen remates y rechaces, hasta que Orisic la cuela dentro y el Var muestra claramente que ha habido gol, porque la pelota ha traspasado la línea cuando Unai la saca desde dentro. Con 2-3 se llega al final del tiempo reglamentado y se añaden seis minutos. Y España, en lugar de abrochar el encuentro permite que Croacia empate el partido en un gran remate de cabeza de Pasilic. 

Increíble, pero cierto. ¿Qué ha ocurrido?¿Mala suerte?¿Falta de experiencia? ¿Error en los cambios?. Se habían ido Sarabia y había entrado Dani Olmo, Eric García por Pau Torres. Gayá por Jordi Alba, y Koke por Fabián Ruiz. Demasiadas sustituciones, aunque algunas fueran para ganar tiempo.

Algo grave había sucedido. No se puede ganar por dos goles a falta de siete minutos y estar al borde de la eliminación.

En la prórroga…muchos nos temíamos lo peor. España ya se había levantado una vez y ahora tenía que volver a remar para hacerlo una segunda. Y en esos primeros minutos, Croacia le perdonó la vida a España o si lo prefieren Unai Simón hizo una parada de libro y pasó en un segundo de villano a héroe. Su parada dio alas a España y enseguida llegaron los goles de Morata y Oyarzábal para esta vez sí abrochar el partido. 

Fue entonces viendo a Morata luchar hasta el minuto 120 como si acabara de empezar el partido, cuando me pareció que hoy merecía un aplauso muy especial por su gol, por su lucha, por su entereza, por su bravura, por partirse el alma defendiendo la camiseta. Por ser el mejor jugador del partido.

Eso, después de que durante la semana algunos descerebrados pidieron venganza contra él en las redes sociales amenazando gravemente incluso a su familia. Supongo que hoy esa gentuza estará avergonzada.

¿Por qué ganamos el partido? Sencillamente porque nuestra selección es mejor y no haberlo ganado hubiera sido una gran injusticia, sin quitarle mérito alguno a los subcampeones del mundo, que se entregaron hasta perder el aliento y demostraron ser unos grandes campeones. Mención especial a Modric que se retiró reventado en la segunda parte de la prórroga igual que Busquets que tuvo que jugar lesionado hasta que España logró ventaja suficiente y pudo ser cambiado por Rodri. 

Hoy Luis Enrique debe estar orgulloso de sus jugadores. 

Estamos en cuartos de final. ¿quién lo diría, verdad, viendo los dos primeros partidos de nuestra selección? Pero a partir de ahora lo que nos espera es primero un vendaval, luego un tornado y finalmente un tsunami. Si pese a ello llegamos al final y ganamos esta Eurocopa es que teníamos un buen equipo, un equipo mucho mejor de lo que pensábamos y Luis Enrique tenía razón cuando lo aseguraba. Así sea.