Los daños colaterales del lío en el que se metió el Real Murcia la pasada semana empiezan a ser visibles. Ya no solo porque el conjunto grana no obtuvo un billete directo a la Segunda B Pro (Primera RFEF) al no quedar entre los tres primeros clasificados de su grupo, sino por la posición de desventaja de la que partirá en la repesca respecto a sus rivales. Esto provoca que el margen de error en esta segunda fase sea prácticamente mínimo para los de José Luis Rodríguez Loreto, ya que desde este domingo en la Línea de la Concepción frente a la Balona (17.00 horas, La 7TV), el Real Murcia está casi obligado a conseguir los tres puntos para engancharse en la lucha por los dos primeros puestos de este nuevo grupo.

Y es que todo lo que no sea clasificarse para la Primera RFEF ya no influirá solamente en el futuro del primer equipo, también afectará de manera directa en el filial y en el porvenir de las bases. La temporada del Imperial en Tercera División está siendo de sobresaliente en cuanto a resultados, con un flujo de puntos obtenidos que no se veía desde hace años. La plantilla que dirige Pepe Luna logró ayer su decimotercera victoria del curso ante la Minerva, y tras el pinchazo del Pulpileño frente al filial del UCAM, consiguió el liderato en la última jornada de la primera fase igualado con un Águilas que realizó un gran esfuerzo este año para estar arriba. Así pues, al contrario que el primer equipo, llegará en una posición idílica para seguir optando a una de las dos plazas directas a la Segunda RFEF, y en caso de no hacerlo tendrá asegurada la repesca.

Eso sí, todos los esfuerzos y éxitos del Imperial podrían caer en saco roto si el Real Murcia no hace los deberes. Y es que si el primer equipo no disputa la próxima temporada la Primera RFEF, el filial no podrá consumar su ‘ascenso’ al no poder coincidir ambos en la misma categoría. El Real Murcia podría pasar de contar con sus dos principales conjuntos en las nuevas competiciones RFEF, a solo tener al primer equipo en una de ellas. Y eso, en cuanto ingresos, estructura y proyecto marcarían caminos muy distintos a la hora de planificar.

Que solo exista un salto de una categoría para formar y nutrir jugadores al primer equipo con vistas a dar el salto al fútbol profesional, puede resultar clave en los planes austeros que se siguen manteniendo en el horizonte del Real Murcia a corto-medio plazo. Y todavía más en una competición nueva, por explotar. Sin embargo, quedarse aislado del fútbol profesional con una categoría de por medio, si el primer equipo no hace los deberes, provocaría un efecto dominó también hacia las bases en un Murcia devaluado al no conseguir las metas deportivas que se había marcado.