Lorena Gil Alarcón (Murcia, 12 de octubre de 1990) es una joven de 30 años de edad que reside en Aljucer de profesión protésica dental y que trabaja en Marludent. Este año se ha incorporado a un equipo de mountain bike de reciente creación, X-Sauce Factory Team, que ha logrado reunir a un buen número de campeones nacionales. Se inició en el patinaje de velocidad en 2015 y acabó en el ciclismo.

¿Desde cuándo hace deporte?

Empecé en el 2015. Nunca había hecho deporte y me inicié en el patinaje de velocidad, pero gracias a unos amigos, sobre todo a uno en concreto que es un fanático del mountain bike, me animó a engancharme. Me fue animando y al final he acabado disfrutando de esto porque me da vida.

¿Y qué es lo que llena?

Me siento feliz, una forma de liberarme del trabajo, de los problemas del día a día, y encima a mí me encanta la naturaleza. Por eso me gusta más el mountain bike que el ciclismo de carretera, porque me gusta mucho la montaña.

Pues ahora se han masificado los montes, sobre todo El Valle.

Sí, ahora hay demasiada gente, pero bueno, está bien.

¿Por qué empezó a tomárselo en serio, qué cambió en su vida?

La verdad es que en serio no me lo había tomado hasta ahora que es cuando el equipo X-Sauce Factory Team me llamó para incorporarme con ellos. Yo siempre lo he hecho como hobby y sigue siéndolo, aunque a otro nivel, pero la verdad es que ha sido por la satisfacción de verme bien y eso engancha.

Pero debe costar trabajo levantarse temprano un domingo.

Sí que cuesta, pero al final merece la pena, tiene su recompensa.

¿La engañaron para meterse en una carrera?

Mi primera carrera fue la Marcha de la Integral de la Cabra, que es una de las más duras que se celebran aquí. Llevaba muy poco tiempo entonces, pero fue tan grande la satisfacción de acabarla, que me fui enganchando y seguí con una y otra y hasta ahora.

¿Le costó dar el paso?

No porque me ponía el dorsal y no me metía ningún tipo de presión, me daba igual lo que saliera. Ahora es cierto que cada vez, al comprobar que vas mejorando, me autopresiono más.

Y por lo visto no se le ha dado nada mal.

Sí, la verdad es que hay resultados que no me esperaba para nada.

¿Pertenecía a algún equipo?

Estaba en un club de ciclismo, pero que no es un equipo de competición, sino un grupo de amigos que sale los fines de semana, que se juntan para hacer marchas y carreras en otros sitios.

¿Y ahora que ya está a un equipo de competición, qué expectativas tiene?

La verdad es que quisieron contar conmigo y no me lo esperaba. Me llamaron porque el fotógrafo, David Simó, me pidió un favor para hacerme unas fotos de la marca de X-Sauce Factory Team y ahí me lo propuso Ricardo, de márketing, y tiré adelante. Me hice una prueba de esfuerzo y los resultados le gustaron.

Pero se sentirá un poco sola porque hay pocas mujeres en el mountain bike.

Es cierto, pero cada vez hay más, se están animando muchas y me alegro mucho. Sí que hay muchas que hacen mountain bike, pero compitiendo pocas, vamos poquísimas y siempre somos las mismas. En el grupo que yo empecé éramos tres mujeres, pero solo iba yo a las carreras. En mi equipo tenemos mucha suerte porque contamos con la marca de bicicletas Liv, que está diseñada exclusivamente por y para mujeres, la geometría es para nosotras y todas las chicas del equipo llevamos esa marca.

¿Son muy diferentes?

Sí. Yo siempre he llevado bicis diseñadas para hombres y estas se notan. Que se hayan lanzado a hacer bicicletas exclusivas para mujeres significa que hay más demanda porque la verdad es que no tenemos la misma geometría.

A la hora de competir, ¿le entra el gusanillo?

La verdad es que me pongo muy nerviosa y aunque lo hago por hobby, siempre quiero hacerlo lo mejor posible, imagino que como todo el mundo. Ahora sigue siendo una afición, pero estar en un equipo como X-Sauce supone a estar a otro nivel. Yo, como no me dedico a esto exclusivamente, no voy con presión.

¿Cómo saca tiempo después de trabajar para entrenar?

Pues salgo por las noches a entrenar, pero ya estoy acostumbrada. Me pongo focos, luz trasera, reflectante, pero hay gente que entrena por la tarde noche porque al final siempre hay que buscar hueco y aprovechar el tiempo que tiene.

¿Y qué le dicen en casa?

De momento no me dicen nada, simplemente me aguantan.

¿Qué objetivos se ha marcado?

La verdad es que mi objetivo este año es mejorar, aprender y disfrutar al máximo. Tengo a grandes deportistas como compañeros, como Julián Andrada, que es quien me está asesorando con el entrenamiento y él ha sido varias veces campeón nacional. Quiero mejorar todo lo que pueda y aprovechar que los tengo a ellos como compañeros porque quién me iba a decir a mí que iba a estar con campeones nacionales.

En su deporte es muy importante la técnica. ¿Cómo lleva las bajadas?

Pues eso es lo que más tengo que mejorar, es donde más estoy trabajando. Para bajar hay que echarle valor.

¿Y usted se lo echa?

Lo intento todo lo posible.

¿Se considera valiente?

A veces, muchas veces en las carreras en caliente te lanzas y te metes, pero en frío en los entrenamientos te lo piensas y no lo haces, pero cambia mucho cuando estás en carrera, ahí no me lo pienso.

Entrenar sola por el monte tiene menos peligro que la carretera, ¿no?

Así es, pero lo que pasa es que como la técnica la llevo un poco más floja, entrenar por las noches me limita por mi horario de trabajo, pero eso es lo que pretendo mejorar bastante.

¿Lo suyo con el ciclismo fue amor a primera vista?

Fue un flechazo, me encanta y creo que no lo voy a dejar nunca.

¿Siente que tiene mucho recorrido en este deporte?

Pues eso espero y es lo que quiero.

¿Y cuál es su fuerte?

Las subidas, me ponen una pared y la subo porque tengo mucha fortaleza mental. Y las ultras, las carreras largas, me encantan.

¿Ha hecho muchas?

Habré hecho unas cuatro o cinco, pero la verdad es que cuando llevo muchas horas en la bici, en lugar de darme el bajón, me siento bien. Las maratones me gustan, pero las ultras mucho más. Lo más que he hecho han sido 130 kilómetros.

Pues no está nada mal.

Hay una en Murcia, la Espubike, que la he hecho en dos ocasiones y en la primera fue la única mujer que la hizo, fui la única valiente. Y en la segunda se animó conmigo una compañera, pero éramos solo dos mujeres.

¿Por qué protésica dental?

Bueno, la verdad es que quería ser Policía Nacional, pero también estudié Adminsitración y Finanzas, Imagen para el Diagnóstico y luego Prótesis Dental. Después del Bachillerato también estuve dos años en la academia preparando las oposiciones para policía, pero no salieron, me fui a algo más seguro porque necesitaba una estabilidad laboral, pero fíjate, estudié varias cosas.

¿Y no se plantea opositar ahora?

Ahora mismo busco más la estabilidad y estoy muy contenta en mi trabajo, me gusta mi profesión.