Los Timberwolves acumularon este miércoles su sexta derrota consecutiva al perder ante los Chicago Bulls 133-126 en un partido igualado en el que los tiros en los últimos segundos del tiempo reglamentario del base español Ricky Rubio permitieron a los de Minnesota forzar la prórroga.

A falta de 4.9 segundos para el final del partido, y con 119-116 en el marcador, Rubio forzó con habilidad una personal cuando se encontraba por detrás de la línea de triples. El base español anotó los tres tiros libre, lo que empató el partido 119-119 y permitió a los Wolves soñar con romper la racha perdedora que acumula. Pero en la prórroga los Bulls lograron un parcial de 7-0 nada más iniciar el tiempo extra, lo que hizo imposible que los Wolves pudiesen ganar el partido, especialmente al no contar con su principal hombre, el pívot Karl-Anthony Towns (KAT), en el banquillo tras cometer su sexta falta personal.

Una vez más, la efectividad de Zach Lavine fue demoledora. La estrella de los Bulls fue el máximo anotador del partido con 35 puntos, 2 rebotes y 2 asistencias aunque también perdió 7 balones. Su compañero Coby White se quedó en 20 puntos, 8 rebotes, 6 asistencias y también 7 pérdidas de balón.

En los Wolves, esta vez el más efectivo fue Malik Beasley, con 25 puntos, 2 rebotes y 1 asistencia mientras que KAT se quedó en 24 puntos, 8 rebotes y 5 asistencias. Rubio fue el rey de las asistencias, con 10, a las que sumó 9 puntos y 1 rebote.

El partido se inició con los Wolves dominando el parqué. Rubio, que en las últimas semanas con la ausencia por lesión de D'Angelo Russell ha ganado minutos y confianza, se lució con una serie de asistencias a Jarred Vanderbilt en la pintura.

La colaboración entre Rubio y Vanderbilt, que tuvo una gran noche con 16 puntos y 6 rebotes, permitió que en los 4 primeros minutos el alero sumase 9 puntos. Los Wolves estaban funcionando, tanto en ataque como en defensa, su gran talón de Aquiles, lo que les permitió adelantarse 7 puntos en el marcador, 16-23. Pero con la llegada de la rotación y la entrada del banquillo, los Wolves perdieron intensidad defensiva y la ventaja se redujo a 2 puntos al final del primer cuarto, 32-34.

Los Wolves regresaron a la pista con los jugadores del banquillo (Jordan McLaughlin, Jaylen Nowell, Jaden McDaniels, Naz Reid y Josh Okogie) y los Bulls endosaron un parcial de 14-4, lo que puso el marcador 46-38. Con la creciente distancia en el marcador, a los jóvenes jugadores de los Wolves les entraron una vez más las prisas para intentar recuperar el terreno perdido, y KAT acumuló tres personales, tras cometer dos consecutivas, lo que obligó a Finch a sentar al pívot antes de lo previsto y complicó aun más la situación de los de Minnesota.

Al descanso se llegó con un 68-58 en el marcador.

En la segunda mitad del partido, los Wolves se esforzaron en no perder más terreno ante los Bulls. La vuelta de KAT permitió a Minnesota mejorar su defensa y ataque. El pívot hizo 15 puntos en esos 12 minutos mientras que Levine se quedó en solo 9. El esfuerzo dio sus frutos y al final del tercer cuarto, los Timberwolves estaban apenas 6 puntos por detrás, 96-90, lo que permitía mantener la esperanza para el equipo de Rubio.

En el cuarto periodo, los Wolves tuvieron varias oportunidades de situarse por delante en el marcador pero los Bulls aguantaron la presión y a falta de 4 minutos consiguieron situarse 8 puntos por delante, 111-103.

Finch colocó en la cancha a Rubio y los Wolves mejoraron tanto en el apartado ofensivo como en el defensivo. El equipo de Minnesota colocó un parcial de 8-13 (119-116) y a falta de 4.9, con el balón en las manos de Rubio, el base recibió una personal que los árbitros decidieron se cometió cuando había iniciado un tiro. Ricky mantuvo la sangre fría y anotó los tres tiros libres que forzaban la prórroga.