Que el Real Murcia se meta entre los tres primeros clasificados a final de esta miniliguilla de Segunda B va a ser muy, pero que muy complicado. Si después de once jornadas solo ha logrado dormir una semana en esos puestos, ya tienen que cambiar mucho las cosas para que los de Adrián Hernández den el salto que nunca llega. Y es que la irregularidad se ha convertido en la principal característica del ADN grana. Cuando había que demostrar que hay garantías de éxito, cuando había que dar un golpe sobre la mesa aprovechando que esta semana se enfrentan el UCAM y el Linares, primero y segundo clasificado, el Real Murcia no solo perdió sino que ofreció su peor cara.

Con dos latigazos, el Betis B se llevó la victoria de Nueva Condomina y adelantó a los murcianistas en la clasificación. Con dos latigazos y las ideas muy claras, los béticos se aprovecharon de un rival que se autodestrozó. Sin ningún plan, sin recursos en el centro del campo, muy roto desde que el 0-1 subió al marcador€ Tampoco Adrián Hernández, cuya libreta empieza y acaba con los carrileros, fue capaz de revertir una situación que ya es preocupante, y es que en lo que va de liga no se han ganado dos partidos seguidos.

Si había un plan en la primera parte, este se vino abajo en el minuto 16, cuando Calderón ponía el 0-1 en el marcador. No se sorprendió el extremo bético al sentirse solo. Tampoco miró a los lados para comprobar qué les había pasado a los tres centrales alineados por Adrián Hernández. Ni contó los segundos para que se le echara encima Gurdiel. No le hizo falta ni una cosa ni la otra. Cuando Fran Delgado centró, Calderón tuvo tiempo hasta para peinarse un poco para salir guapo en las fotos. Controló el balón, lo bajó y batió a un Champagne que nada pudo hacer para frenar el primer acercamiento bético.

Solo había transcurrido un cuarto de hora y el Real Murcia ya estaba haciendo de las suyas en un partido que de nuevo le podía enganchar a la parte alta de la clasificación a la espera de lo que este domingo hagan el UCAM y el Linares en un duelo por el liderato y el Córdoba, que recibe al Yeclano. El gol del Betis B solo fue un detalle de lo que nos esperaba en lo que restaba de la primera parte. Porque si había algún plan, maldito plan. La siguiente media hora fue para olvidar. Fue para tirarla a la papelera de reciclaje y luego vaciarla directamente.

No hizo falta que el Betis Deportivo rompiera al Real Murcia. Ya lo hizo el propio Real Murcia para ahorrar esfuerzos a los visitantes. Era un espectáculo, para mal, ver la disposición de los murcianistas sobre el campo. Mientras que los carrileros estaban casi en el córner del área verdiblanca y Pedrosa, Palazón y Toril se peleaban con los centrales béticos, el socavón era tan grande en el centro del campo que conectar los cables era imposible. Álvaro Moreno, como en el juego de la patata caliente, le pasaba la pelota a Miguel Muñoz. El madrileño, como desatendiéndose del marrón, buscaba a Edu Luna. El de Puente Tocinos encontraba a Abenza, pero al volver a recibir, como los niños que no tienen paciencia o que no les gusta perder el tiempo, tomaba cartas en el asunto.

Ahí se acababa la película, o, mejor, empezaba la pesadilla. Mientras que el capitán golpeaba lo más lejos que podía para ver si por suerte encontraba a un compañero, el balón siempre prefería a los de verde y blanco, que entonces aprovechaban los espacios y las ventajas para salir a la contra lanzados por Bandaogo y Fekir. Apenas encontraron a Champagne, sin embargo llenaron de amarillas a los de Adrián Hernández. Hasta cuatro tarjetas cayeron del lado local en apenas media hora.

Tímidos ataques granas

Un par de centros de Iván Pérez y dos tímidos disparos desde fuera del área, uno de Alberto Toril y otro de Abenza, fueron la apuesta ofensiva de un Real Murcia que iba por detrás en el marcador y que este sábado no se podía permitir errores.

Ofrecieron los murcianistas tan mala imagen, que a Adrián Hernández no le quedó otra que mover el banquillo al descanso. Víctor Curto y David Segura saltaban al terreno de juego nada más iniciarse la segunda parte. Youness y Miguel Muñoz se quedaban en la caseta.

No cambió nada en la segunda parte. Ni los cambios ayudaron. Al Real Murcia le costó un mundo conectarse. No había forma de que los centrales encontrasen compañeros de viaje en el centro del campo. Abenza no puede hacerlo todo y Carlos Palazón está muy lejos de poder ser titular en este equipo, aunque este sábado pocos o ninguno ha sido capaz de dar la talla sobre el terreno de juego.

Aunque hubo unos minutos en los que parecía que los locales eran capaces de embotellar a los visitantes, todo fue un espejismo. Una pérdida de balón en el centro del campo acabó convirtiéndose en una pesadilla cuando Raúl García ponía en un visto y no visto el 0-2 en el marcador. Incluso pudo llegar el 0-3 en los minutos finales, pero Mizzian no estuvo tan acertado como sus compañeros. En otra contra de libro, el balón llegaba al '19', que no podía superar a Champagne en el uno contra uno.

El marcador no se separó mucho de lo que se vio en el terreno de juego. Fue un partido para olvidar de un Real Murcia que vuelve a desaprovechar una importante oportunidad para colarse en los tres primeros y que además desperdicia la ocasión de alejar a un rival que ahora le adelanta en la clasificación, al ponerse con un punto más.