¿Cómo empezó en el deporte?

Yo estudié en los Maristas y allí nos inculcaron muchos valores, entre ellos el deporte. Aquella época ha influido mucho en mi vida. Todos los sábados teníamos ligas internas de baloncesto, fútbol sala y balonmano y yo estuve en las tres selecciones del colegio.

Vamos, que se le daba bien el deporte.

Se me daba bien en general. El baloncesto me encanta, aunque por mi altura me incliné hacia el fútbol sala. Recuerdo que los sábados a las nueve de la mañana empezábamos con las ligas internas y a la una, cuando acabábamos, nos íbamos a ver el partido de los mayores de baloncesto. Pero es que por la tarde nos colábamos por alguna rendija y nos poníamos a jugar hasta que llegaba algún hermano Marista, como el hermano Jesús, y recuerdo que por mi apellido me decía "Lobo, a la lobera". Nos preguntaba si no teníamos casa porque siempre estábamos allí.

¿No había en su familia cultura deportiva?

Mi padre y mi madre no hacían deporte y solo mi tío, Fernando Lobo, que fue subcampeón de España de piragüismo en la época de Herminio Menéndez, hacía algo.

¿Y el fútbol, cómo entró en su vida?

Llegó un poco tarde para lo que hoy en día se da. Estuve varios años en la escuela de fútbol de la Federación y hasta el primer año de juvenil no me federé. No recuerdo bien cómo llegué a jugar un amistoso con el Palmeral y metí tres goles. Entonces me ficharon y allí acabé mi etapa juvenil. Intenté hacer una incursión en el Ranero de División de Honor y en el Real Murcia de Liga Nacional, pero al final no me quedé. La verdad es que yo no he tenido nunca un padrino en el fútbol, que es importante cuando estás empezando. Donde he estado me lo he ganado yo.

¿Dónde siguió cuando acabó su etapa juvenil?

Me fui al Zeneta, en Preferente, una categoría que en aquella época tenía un buen nivel porque había dos grupos. Las tres primeras temporadas estuve allí, en un campo de tierra, y posteriormente pasé por el Plus Ultra, Pozo Estrecho y el Progreso, que fue donde acabó mi carrera en 2008 para después volver a empezar.

¿Por qué lo dejó?

Porque tenía una novia a la que no le gustaba mucho el fútbol y al final terminé cansado de historias. Me tiré tres o cuatro años sin jugar federado hasta que un amigo cogió el Sangonera, en Primera Autonómica, y le dije de ir a entrenar, pero no me quedé y me fui a jugar con los veteranos. Y fue ahí cuando tuve la lesión más grave de mi vida, una fractura por estrés que me tuvo tres meses parado, algo que nunca me había pasado. Un tiempo después, a este amigo mío le llamaron de Alcantarilla y me pidió que le echara una mano como ayudante. Tenía ganas de fútbol, mono, y estuve con él. Pero cuando iba a empezar la siguiente temporada le dije que no me veía como segundo entrenador y pese a que ya tenía 36 años y llevaba tiempo sin competir, me propuse ponerme en forma. Hice la pretemporada y al final firmé allí, en Primera Autonómica, y estuve dos años en Preferente. Ascendimos aunque después volvimos a descender tras darse una carambola en la última jornada y de marcanos el gol el portero del equipo rival que, encima, era de Alcantarilla.

¿Y qué pasa que Alcantarilla no tiene un equipo en una categoría superior?

Alcantarilla tiene cosas muy buenas y cosas menos buenas. Es una ciudad con más de 40.000 habitantes que había perdido la ilusión por el fútbol. Por población y tejido empresarial, debería tener un equipo, como mínimo, puntero en Tercera.

¿Cómo surgió llegar a la presidencia?

Por mi condición de empresario, estaba ayudando a la directiva y mi empresa patrocinaba en parte al club. También busqué otras ayudas y desde la directiva me propusieron ser presidente. Vieron que me muevo mucho y hacía falta gente joven. La persona que estaba quería desvincularse un poco, pasar a un segundo plano. Yo les dije que sí, pero que quería terminar la temporada jugando porque deseaba retirarme con 40 años en el campo. Hablé con el entrenador, Paco Montesinos, y le pregunté si era válido para él. Me dijo que para 90 minutos no estaba, pero que para 60 y lanzar las faltas, sí.

¿De qué juega?

Soy zurdo y juego de mediocentro, aunque cuando era más joven actuaba de interior izquierdo.

Pero no se pudo retirar en el campo por la pandemia.

Así es, cumplí los 40 años confinado. Todo lo que había pensado se fue al traste. Y cuando llegó esto, intenté llegar a un acuerdo con mi mujer porque a mí no me podía retirar el fútbol, yo tenía que dejármelo y una pandemia no podía acabar con esto. Medio llegué a un acuerdo con ella para ir a entrenar en septiembre y si llega el momento de este año de jugar, me haré mi ficha.

Siendo el presidente, el entrenador no se atreverá a dejarlo en la grada.

Bueno, Paco Montesinos, cuando ya era presidente, me llegó a dejar en la grada, en el banquillo y hacerme calentar y no ponerme, y no tomé ninguna represalia. Soy bastante coherente. Mucha gente dice que ser presidente y jugador es una locura, pero sería tirarme piedras contra mi tejado si no quiero lo mejor para mi equipo. Si el entrenador cree que estoy en condiciones de jugar, seguro que me pondrá.

Pero deben poner ahí unos límites muy finos.

Paco Montesinos, que es una persona visceral en algunos momentos, piensa muy en mi línea. De hecho, él no supo que yo era el presidente hasta que decidió que contaba conmigo como jugador. Después, cuando se enteró, no lo vio como un problema, sino como una ayuda porque muchas veces a los entrenadores los echan por los resultados, no por cómo trabajan. Pese a que no llegamos a meternos en el play off, vi que su trabajo era bueno y por eso no me planteé destituirlo.

Siendo el presidente, los jugadores tienen que tenerle mucho respeto.

Siempre he intentado diferenciar entre ser presidente y jugador, aunque es complicado. Creo que lo he conseguido, porque cuando estoy dentro soy un compañero más, y cuando estoy fuera, el presidente. Lo que intento hacerle llegar a los jugadores es que cuanto mejor hagamos las cosas, más gente vendrá al campo.

Y ahora su entrenador se ha ido a Andorra.

Habíamos hablado de que pasara a ser director deportivo y contactamos con Juan Antonio Calvo para que fuera el entrenador. Empezamos a trabajar y a entrenar, pero me dijo que le habían llamado de un equipo de Primera División de Andorra para ir a entrenar allí. Hace tiempo ya me comentó que Andrés García Tébar, que fue profesor suyo del curso de entrenador, le había llamado para decirle que iba a dirigir al CE Carroi y que estaba siguiendo el trabajo de Paco en Alcantarilla a través de las redes sociales, ya que tenemos un community manager que está haciendo una labor espectacular. Le propusieron ser director deportivo en Andorra, pero poco después le llamaron para darle también el cargo de entrenador porque García Tébar no llegó a un acuerdo. Cuando llegó allí vio que era un proyecto interesante y le dije que se quedara, que no perdiera la oportunidad. Ahora tenemos un convenio con el CE Carroi para intercambiar jugadores y jugar amistosos. Ahora, entre Calvo y yo estamos haciendo esa labor de director deportivo y también hemos incorporado a un amigo que lleva tiempo alejado del fútbol pero que tiene muchos contactos y conoce bien este deporte.

Ahora se han quedado como el único club de Alcantarilla.

A nivel senior sí, porque el Nueva Vanguardia desapareció después de meterse una gente que quiso hacer cosas raras, comprando plazas y llevándolas a Alcantarilla. Hubo historias que no he querido saber mucho, pero al final lo que pasó es que un club histórico se perdió y generó mucha desilusión, pero ahora estamos intentando recuperarla desde un proyecto serio.

A usted no solo no le pagan por jugar, sino que le cuesta dinero porque patrocina con su empresa.

Patrocino con mi empresa, intento echar una mano, pero son muchos los sponsors que poco a poco estoy tratando de llevar a Alcantarilla generando sinergias entre ellos como un pequeño club de empresas.

Ahora mismo no pueden ni entrenar.

No podemos desde el confinamiento perimetral, ya que tres cuartas partes del equipo son de fuera del municipio, aunque la mayoría vivan en poblaciones cercanas. Ahora mismo no veo muy próximo el inicio de la competición en Preferente. El día 28 se replanteará la situación a nivel sanitario y por muy rápido que queramos empezar, hasta mitad de diciembre o enero no vamos a poder jugar.