Javier Pedreño Vidal (Hannover, Alemania, 14 de diciembre de 1972)

Monitor de la escuela, miembro de la junta directiva y responsables de redes sociales y medios de comunicación.

¿Cómo fueron sus inicios deportivos?

Mis orígenes deportivos están en el judo y en el baloncesto. Ambos los empecé a practicar muy jovencito.

¿Qué se le daba mejor?

Yo creo que el judo, un deporte que practiqué hasta los 19 años, porque en el baloncesto tenía limitaciones por la altura.

Pero en el baloncesto sé que su fuerte, pese a la estatura, era coger rebotes. ¿Cómo lo hacía?

Sí, me movía, me hacía hueco y todo balón que quedaba suelto era mío, esa era mi especialidad.

¿Y cómo llegó al rugby?

Fue de forma casual. Un año antes había dejado el judo y un compañero al que le acompañaba un chico que jugaba al rugby me vio por la calle y me animó a probarlo porque decía que habiendo sido judoca, seguro que me gustaría, y de esa forma casual fue como me inicié. Eso fue a finales de 1994. Estuve un año y medio buscando, no sabía qué, y lo encontré en el rugby. Hace ahora 26 años que empecé y la temporada pasada celebré las bodas de Plata con una pequeña fiesta, porque se podía, en un partido contra el Lorca. Ahora no podría hacer nada.

¿Ha estado siempre en el Universitario Cartagena?

Toda la vida. No he tenido ofertas que rechazar.

A punto de cumplir 48, sigue jugando en la Liga Autonómica. ¿Qué le mueve a continuar?

Siempre he pensado que alguna vez me tendría que retirar, pero conforme pasan los años sigo motivado y cuando he tenido una lesión me he motivado más en lugar de dejarlo. Disfruto jugando y entrenando, al margen de que tengo otras facetas en el club, y también tengo un hijo ahí que si sigue y yo sigo, sería bonito jugar con él, que es algo que no depende de mí. Mientras pueda aportar algo ahí seguiré.

Pero usted está para jugar ya con los veteranos, no con jovencitos.

Si también juego con los veteranos, no digo que no a nada.

¿Y no hacen placajes muy fuertes en su liga?

Sí, pero no lo llevo mal. El contacto no es algo que me dé miedo, es más la capacidad física que ya va costando seguir el ritmo, y si te despistas un poco estás perdido porque juego contra gente muy joven.

Pero podrá ser el padre de algún compañero.

Tengo compañeros a los que les saco 30 años y que sus padres son más jóvenes que yo.

¿Qué le enganchó del rugby?

Fue muy rápido. No sabría darte una explicación, pero quizás la forma de juego, correr con un balón de forma libre, el contacto, el placaje, el pase, un poco todo. Y luego está al aura que envuelve al juego de camaradería que también ayuda. Cuando yo entré al rugby, en el club de Cartagena éramos casi todos de la misma edad y se formó un grupo con mucho colegueo.

El tercer tiempo nunca se lo perderá.

No, pero en tiempos de covid no hay tercer tiempo como tal.

El virus ha roto uno de los encantos para los jugadores.

Entre otras cosas, pero de momento solo hemos jugado la fase de ascenso, porque la competición autonómica en Murcia no ha empezado y no sabemos cuándo comenzará. Pero la pandemia está rompiendo todo tipo de tradiciones y costumbres en nuestro deporte.

¿Se ha planteado una fecha límite?

No me lo planteo y medio en broma y medio en serio. Digo que cada partido y cada temporada es para mí una bola extra. No hago planes a largo plazo, pero cuando no me encuentre bien no seguiré. Pero sí que hay algo que me motiva mucho y es jugar alguna vez con mi hijo, pero para eso faltan al menos cuatro años.

Y no le da miedo ver jugar a su hijo, aunque debe quedar a todo el mundo claro que el rugby es uno de los deportes más limpios que conozco.

No tengo ese sentimiento de miedo. Uno es padre y tiene el instinto protector, pero el miedo mayor es que sufra una lesión importante, que es algo que puede pasar en cualquier deporte, más allá de que se dé un choque.

¿Ha sufrido muchas lesiones?

Me he lesionado en varias ocasiones, pero también es verdad que llevo mucho tiempo jugando. Ahora llevo tres años y medio que no he sufrido ningún percance de importancia, pero sí que he tenido tres importantes. Me rompí el ligamento cruzado anterior, también la mandíbula y la clavícula, pero la rodilla fue la que más tiempo me dejó sin jugar.

¿Encuentra muchos jugadores de su edad aún en activo?

Hay pocos porque lo más habitual es que la gente de mi edad se lo vaya dejando. Hay muy poquitos, pero siempre encuentras ejemplos a seguir. Por ejemplo, en Almería hay un hombre de 52 años que alterna el primer equipo de División de Honor B con el filial. Somos pocos, pero algunos sí.

Pero la experiencia en un deporte como el rugby debe ser muy importante.

Además, yo que juego en la delantera, la experiencia en las fases de juego, digamos que en la cocina, es importante.

¿Cuántas veces le ha dicho su mujer que lo deje?

Bueno, alguna vez sí que me ha dicho que va siendo hora, pero bueno, hay que jugar ese partido también.

Ese partido es más complicado.

Sí porque no hay árbitro, pero como no he tenido ninguna lesión en los últimos años, también sabe que esto me hace estar más feliz y más en forma.

¿Qué están haciendo ahora para entrenar?

Como teníamos una fase de ascenso que perdimos, estábamos bajo el amparo del protocolo nacional, nos permitió ser el único club de rugby de la Región que podía hacerlo, aunque con limitaciones. Primero fue sin contacto, sin pasar el balón, y después con contacto, y una vez pasada la fase de ascenso, estamos entrenando con mascarilla, pero nos estamos adaptando. ¿Me gusta entrenar con mascarilla? Pues no, pero entre entrenar y no hacerlo, me he amoldado a hacerlo así. Eso pasa en las categorías senior, pero las categorías inferiores están paradas ahora mismo.

Se habla también de que la crisis va a afectar mucho a clubes pequeños como el suyo. ¿Lo está notando ya?

En la categoría senior, el hecho de tener la fase de ascenso, ha hecho que se implicara bastante gente y estamos preparados porque tenemos un equipo desde el principio de la temporada, pero sabemos que otros clubes están viviendo dificultades. Las categorías base se van a resentir mucho. Nosotros somos totalmente amateur y eso nos facilita todo porque no hay jugadores o entrenadores a los que paguemos y que se vayan a ir. Pero los patrocinadores algunos no van a seguir porque no pueden y las categorías de base son una incertidumbre. Sí que nos afecta.

Usted es profesor liberado sindical. ¿Cómo les está afectando la covid?

Si hablo como docente, está afectando mucho, se está viviendo mucho de la buena voluntad de los niños y de los profesores. En Primaria van casi todos los días al colegio y se nota menos, pero a partir de tercero de la ESO, digamos que la semipresencialidad no la veo como una solución, sino como un parche.

La brecha digital también tiene que ser importante. ¿Quién no tiene para comer y sí para tener un ordenador e internet?

No solamente es la brecha digital en cuanto a los recursos tecnológicos, porque también hay otra brecha con el alumno que se queda atrás. Si tú tienes recursos, puedes pagar a alguien que dé clases particulares, pero en caso de no poder hacerlo, la brecha se amplía.

Al final, a quien más afecta la covid es a las personas con menos recursos.

Así es, no es casualidad, es causalidad.