¿Cómo y cuándo empezó a hacer rítmica?

Yo jugaba como cualquier niña y no empecé apuntándome a una escuela, como es habitual, porque mis padres conocían a una entrenadora que les dijo que creía que tenía talento para este deporte. Por eso no pasé por una escuela, directamente entré en competición.

¿Pero había hecho algo antes?

Ni ballet ni nada. Tenía solo siete años.

¿Y qué tenía que la hacía especial para la rítmica?

Era muy delgada y alta. Sobre todo en la rítmica lo que llama la atención es la flexibilidad, la estética y el físico.

Y desde entonces, menuda carrera. ¿Lleva la cuenta de los Campeonatos de España que ha ganado?

Sí, diez, pero sí que es verdad que tengo otras siete u ocho de plata, otras tantas de bronce€

Vamos, que no sabe cuántas medallas tiene.

De oro sí, pero del resto he perdido la cuenta.

¿En algún momento llegó a dejar la rítmica?

Sí, cuando tuve 10 años hice un parón de casi uno porque la gimnasia requiere mucho entrenamiento. Me di cuenta de que me estaba perdiendo muchas cosas, como jugar en el parque o ir a un cumpleaños, pero después supe que no podía estar en casa sin hacer nada, que necesitaba actividad, y por eso volví.

Tiene 24 años. ¿Por qué sigue?

Soy una persona que persigue las cosas hasta que las consigue. Desde bien pequeñita he tenido muchas oportunidades de subir a Primera Categoría y nunca me he rendido hasta conseguirlo. De hecho, llevo muchos años diciendo que me lo voy a dejar al siguiente porque la condición física se va perdiendo por la edad. Ahora voy a competir un año en Primera y después ya veré qué hago.

¿Alguna vez estuvo en los equipos nacionales?

Estuve en seguimiento por la selección española en el último año de infantil y en los dos de júnior. De hecho, estuve en los últimos controles para ir al Europeo, pero por decisión propia al final me quedé en casa.

¿Cómo suple esa inferioridad en la que se encuentra con niñas de 15 o 16 años?

Una gimnasta mayor, de mi edad, lo que va perdiendo en físico, lo va ganando en experiencia, en templanza para salir al tapiz, enriqueces tus ejercicios en otros aspectos que cuando eres pequeña no te das cuenta. Pierdes una cosa, pero ganas otras muchas.

¿Es la gimnasta de más edad en España a día de hoy?

En el circuito nacional quizás no sea la mayor, pero poco me queda para estar en el top.

Vamos, que eso de retirarse ni se lo plantea.

Bueno, hasta que no lo vea, no me lo creeré. Llevo tres años diciendo que es el último y aún no he dado el beso en el tapiz, que es como nosotras nos retiramos de la gimnasia. Aún no tengo clara la decisión.

¿Y cómo llegó hasta Murcia?

He estado en varios clubes. Empecé en Novelda, pero después me ficharon en Castellón. Pasé por el Mabel de Valencia, estuve en Primera en Manises y luego me fui a Alicante. Caí en Murcia porque siempre había perseguido ser del club Cronos, lo había seguido muchísimo. Me llevaba muy bien con las niñas de allí y al final me vine para acá. Fue complicado por los desplazamientos.

Pero más complicado sería ir a Castellón.

Ya, pero allí solo entrenaba de jueves a domingo. Era complicado tanto económicamente como de tiempo, pero llegué hasta Murcia por admiración al club Cronos. Ahora estoy fichada por Gymnos y pertenezco al Santomera, pero siempre que he cambiado de club ha sido porque no había gente de mi edad.

Ahora también es entrenadora. ¿Le gusta?

Desde pequeñita sabía que quería ser entrenadora. En Santomera me han podido adaptar los horarios para que siga entrenándome y entrenando a chicas. Me encanta.

¿Sus estudios han estado enfocados al deporte?

No, estudié Farmacia y me costó mucho compaginarlo con el deporte, pero con esfuerzo todo se consigue.

Eso de salir de fiesta, complicado para usted.

En formato reducido. Entre las competiciones y los exámenes había que decidir gimnasia o salir, y desde bien pequeña tenía claro que lo primero era estudiar.

¿Y ahora, cómo es su día a día?

Por las mañanas trabajo en una empresa que se dedica a la confección de prendas deportivas tanto de gimnasia como de otros deportes. Me levanto a las siete de la mañana, llego a casa a las tres, y a las tres y media salgo para el pabellón de Santomera a entrenar.

Mucha gente critica su deporte porque es demasiado duro para niñas tan pequeñas.

Eso va en función de la disciplina del club. Yo he estado en los dos extremos, porque en el Santomera las prebenjamines solo entrenan dos días a la semana y pienso que no hacen falta tantas horas para conseguir buenos resultados, depende de la intensidad del entrenamiento.

¿En qué ha evolucionado este deporte más?

Ahora las gimnastas no tienen que estar necesariamente delgadas. Para estar en un equipo nacional no solo basta con ser alta y delgada, debes tener muchas más cosas, como buena técnica de aparato, tener carisma... Ahora se necesitan muchas cosas que antes no se miraban.

¿Qué cree que le ha faltado hacer en la gimnasia?

Una de ellas era subir a Primera y lo he conseguido este año, incluso lo había dado ya por perdido. Sí que me hubiera gustado formar parte de un equipo nacional, pero en la rítmica está todo muy cerrado, no es como el atletismo, donde si eres campeón de España y logras una marca, estás seleccionado. Aquí dependes de más cosas.

¿Y nota que aún tiene ambición?

Sí, reconozco que soy una persona que quiere hacerlo siempre bien. Trabajo para conseguir el máximo, me preparo siempre para ser campeona de España, aunque luego llegue alguien que sea mejor, pero es ley de vida. Ahora entreno con niñas que tienen ocho o nueve años menos que yo, incluso a algunas las doblo en edad, pero me encanta porque siempre me ha gustado trabajar, ser constante y mantenerme.