A noventa minutos del ascenso, Alberto Monteagudo tenía una idea muy clara en su cabeza: el Cartagena jugaría en Majadahonda con un 5-3-2. Lo había ensayado durante la semana y, a pesar de que no habían jugado así en toda la temporada, consideraba que era la mejor apuesta para defender el resultado positivo del partido de ida. El gol en propia puerta de Míchel Zabaco lo echó todo al traste, pero lo cierto es que Pau Torres fue prácticamente un espectador durante los noventa minutos reglamentarios gracias a la solidez de esa línea defensiva. Ese despeje fallido que se coló en la meta albinegra provocó que todo quedara en agua de borrajas.

En cualquier caso, queda claro que Monteagudo tiene un sistema para la liga y otro para los play-offs. El curso pasado sucedió exactamente lo mismo: alternó el 4-2-3-1 y el 4-3-3 a lo largo de toda la temporada, pero cuando llegó la fase de ascenso, contra el Alcoyano, metió a tres centrales para que nadie se colara en el área albinegra. El año pasado eran Moisés, Míchel Zabaco y Gonzalo Verdú los lugartenientes de la meta cartageneristas. El sistema funcionó bien, porque los tres centrales rindieron a un nivel altísimo.

Esta temporada, el manchego ha tenido un verdadero quebradero de cabeza para elegir su línea defensiva, porque Moisés, Míchel Zabaco y Josua Mejías han hecho un año espectacular. Cada uno con sus condiciones, pero los tres han sido de los mejores centrales de la categoría. Al inicio del curso era Moisés el que estaba fuera del equipo, luego Josua Mejías desapareció de las alineaciones, y finalmente ha sido Míchel Zabaco el que menos minutos ha tenido. Precisamente el burgalés se convirtió en el desgraciado protagonista en Majadahonda.

Monteagudo tenía tan claro que iba a jugar con tres centrales, que ni siquiera la lesión de Óscar Ramírez le hizo cambiar de idea. En lugar de colocar a Josua Mejías como lateral derecho (donde ha jugado en alguna ocasión), introdujo a Hugo Rodríguez de carrilero, en una posición inédita para el jerezano. Hugo tuvo que colaborar en defensa como nunca antes lo había hecho en toda la temporada, ya que está acostumbrado a aparecer en la zona de tres cuartos de campo, donde suele ser decisivo con su velocidad, su habilidad y sus centros al área. El extremo reconvertido a lateral cumplió con su cometido e hizo un esfuerzo tremendo para adaptarse al puesto.

Lo que implica jugar con ese esquema es que el equipo pierde la aparición de los extremos y los mediapuntas en la zona de tres cuartos. Los laterales tienen un recorrido más largo, aunque Óscar Ramírez y Jesús Álvaro están acostumbrados a aparecer permanentemente en zonas de ataque. Sin embargo, desaparecen de la ecuación futbolistas como Gaspar, Owusu o el propio Hugo. En Majadahonda, Aitor Ruibal jugó escorado a una banda, y el otro delantero, Isaac Aketxe, caía al costado izquierdo, dejando a Rubén Cruz como referencia fija.

Está por ver si Monteagudo permanece fiel a su idea de Majadahonda y vuelve a colocar a cinco defensas (esta vez con la zaga titular al completo), o si, por el contrario, vuelve a lo que le ha funcionado durante toda la temporada. El esquema del rival también influye en determinadas ocasiones. A los entrenadores les gusta colocar ese sistema de tres centrales y dos carrileros cuando el rival también lo utiliza, para anularse mutuamente y fijar las marcas. Antonio Iriondo, el entrenador del Rayo Majadahonda ya colocó a su equipo de esa manera en el partido de ida en el Cartagonova, y Monteagudo tomó nota para la vuelta.

Para los albinegros, lo sucedido en el Cerro del Espino ya es pasado, aunque el golpe moral aún escuece en la ciudad portuaria. Mañana en Vigo tendrán la oportunidad de resarcirse. Lo que es seguro es que Sergio Jiménez no podrá jugar para los cartageneristas ni en este partido, ni en el resto de los encuentros del play-off, debido a su expulsión en Majadahonda. El club recurrió la decisión, pero no prosperó.

Por tanto, el Cartagena pierde al único pivote defensivo de su plantilla. Monteagudo hace semanas que no le coloca de titular, pero es una baza que pierde para las eliminatorias restantes. La única alternativa es jugar con Cordero y Chavero como mediocentros, pese a que ambos tienen más virtudes ofensivas que defensivas. Además, Miguel Ángel Cordero está a un partido de la suspensión por acumulación de tarjetas.

Si el Cartagena pierde al futbolista sevillano de cara a la vuelta de esta eliminatoria, Monteagudo tendría un gran problema. Tanto en defensa de cinco como en defensa de cuatro, el ex del Nástic es una pieza fundamental para dar equilibrio al equipo. Cordero se ha readaptado a la posición de ´6´, porque es capaz de sacar el balón con criterio, llegar al área y hacer un esfuerzo descomunal en defensa. Su aportación es más necesaria si cabe, una vez que Chavero no está en su mejor momento físico de la temporada y arrastra la carga de minutos. El otro centrocampista de la plantilla, Diego Benito, apenas ha jugado tres partidos de titular en todo el curso.