José Joaquín Rojas, que se quedó con la miel en los labios de poder lograr un triunfo de etapa, afirmó convencido de «haber dado dos en el palo» y que en la próxima, gana.

«Sí, Trentin era el peor enemigo que me podía encontrar. Es el mejor esprinter de la Vuelta. !Qué le vamos a hacer¡», se lamentó el de Cieza, quien dijo también que tenía la etapa «muy medida y sabía muy bien lo que iba a hacer».

Por su parte, Luis León Sánchez se quejaba de que «siempre soy el hombre a vigilar, siempre le toca al mismo», porque de esta forma «es difícil ganar alguna etapa, cuando además tenemos que trabajar para la general con Fabio Aru». De todas formas, admitió que «he entrado en la fuga, pero con las piernas muy cansadas. No tenía las piernas suficientes para ganar».

Por su parte, Rubén Fernández, el otro murciano de la carrera, sigue recuperándose de una caída que sufrió. El ciclista de Churra intentó ayer entrar en la fuga, «pero no he podido», para decir sobre su estado físico «hoy -ayer para el lector- ya no me ha molestado nada y ahora a ver si puedo mejorar de cara a las próximas etapas».