Cuando un avión comienza a rodar sobre la pista del aeropuerto, el despegue suele ser el momento de mayor peligro y el que más nerviosismo genera tanto en la tripulación como en los propios pasajeros, ya que se trata del momento más peligroso y en el que más probabilidades hay de que pueda suceder algo inesperado. A los aficionados del Real Murcia, en este caso la tripulación grana, todavía no han tenido la fortuna ni de sentir ese nerviosismo viendo a su equipo despegar, ya que los pupilos de Manolo Sanlúcar, después de empatar ayer en casa del Recreativo de Huelva y tras dos jornadas en las que no conocen la victoria, han dejado claro en quince días que, de momento, el conjunto grana no tiene pinta de que vaya a separar las ruedas del asfalto en tiempo récord. Si la derrota de la jornada inaugural ante el Écija se interpretó como una broma de mal gusto, el hecho de que ayer se repitieran fallos defensivos impropios de un equipo confeccionado a base de talonario ha puesto ya de los nervios a más de uno.

Unos señalan ya a jugadores que apenas llevan dos partidos con la camiseta grana, otros han ido más rápidos y dudan de la capacidad del entrenador para lidiar en una plaza tan exigente, mientras que otro grupo de seguidores quiere pensar que este inicio de Liga es algo así como «dar dos pasos hacia atrás para coger impulso». Sin embargo, la realidad salpica un poco a todas las tesis de los aficionados, ya que el hecho de que el Murcia no tenga un plan reconocible, que al equipo le cueste un mundo hacer goles y que la línea defensiva se empeñe en aumentar las críticas sobre la confección de la plantilla son motivos de peso como para pensar en una reacción inminente o en otra situación que nadie esperaba esta temporada.

Respecto a la derrota ante el Écija, al menos Manolo Sanlúcar tomó nota. El centrocampista David Sánchez y el delantero Pedro Martín eran las caras nuevas del técnico gaditano, quien tiene los dos problemas que no quiere tener ningún entrenador, problemas para meter goles y más problemas para ajustar una defensa que no está dando el nivel en este arranque liguero. Orfila y Álex Ortiz, de nuevo los centrales esta semana acompañados por un David Forniés en el lateral zurdo que ayer en Huelva lo hizo todavía peor que hace una jornada en Nueva Condomina, no son de gran ayuda para un equipo que necesita, además de ganar, comenzar a ofrecer un plan al que mantenerse fieles. Si en la primera jornada el Murcia pecó de querer tener el balón demasiado tiempo en su poder, ayer pasó lo contrario y los balonazos largos en busca del fútbol directo más puro dio mejor resultado. De hecho el tanto de Pedro Martín llegó tras un balón largo de David Sánchez.

Desde el pitido inicial, tanto locales como visitantes se dedicaron unos diez minutos de tanteo para ver por dónde respiraba cada uno y quién iba a arriesgar más sobre el campo. Y de hecho, hasta el gol del Murcia, la disposición de los murcianistas no era la peor, pero tras el tanto se mezcló el orgullo de los locales con los numerosos regalos en defensa para, al final, poder dar casi gracias de haber recogido un punto de Huelva. No se produjo ninguna ocasión clara de peligro hasta que llegó el primer tanto del Murcia este curso. Martín, el exjugador del Mirandés, no perdió la fé para correr detrás de un balón que llegaba desde el cielo y, además de un buen control, se aprovechó de una tímida salida del cancerbero del Recre para poner por delante a los de la capital del Segura.

Quizá hubiera sido mejor que el gol llegara más tarde, pero lo importante era marcar antes que el rival. El problema es que tras el gol de los visitantes, el Recreativo pareció conjurarse para apostar de forma descarada por dar un paso al frente, adelantar sus líneas y lanzarse en busca de arreglar el entuerto. Así, la recta final del primer tiempo fue lo peor que tuvieron que ver los seguidores granas por televisión, ya que los locales parecían que literalmente iban a ´comerse´ a los de rojo.

El paso por los vestuarios tenía una misión clara. El Murcia iba ganando, se había visto superado por la presión del rival y necesitaba un tiempo muerto. El problema es que al volver al campo no se vieron esas señales de resurrección que esperaba todo el mundo, más bien todo lo contrario, ya que la defensa murcianista comenzó a realizar concesiones y a ponerle las cosas más fáciles a los jugadores que dirige Javier Casquero.

Diez minutos tardó el Recreativo en dejar al Murcia con cara de póker. Una internada por la banda izquierda, donde David Forniés lleva dos semanas sin justificar ni mucho menos su fichaje, se convirtió en letal cuando Lazo envió un centro por alto que sí que desnudó las carencias defensivas, falta de centímetros entre otras cosas, por lo que Boris remató con apenas levantar los pies del suelo.

Desde este momento, el apartado del juego grana pasó a un segundo plano para todos, ya que lo importante era que los locales no consumaran la remontada. No lo consiguieron, pero también en gran medida porque los cambios que realizó Casquero no le sentaron bien a su equipo y se frenó en seco el ímpetú de un equipo que tampoco quería perder esta semana, ya que al igual que los granas comenzó la Liga con una derrota en el Cartagonova.

Cuando David Sánchez sufrió un codazo en la cara que se saldó con un aparatoso vendaje, muchos seguidores quisieron buscar en el banquillo al canterano Juanma, pero Sanlúcar no lo incluyó en la lista de convocados y parece que nadie va a atreverse a darle galones al joven talento de la cantera grana. Pedro Martín marcó el gol y realizó un par de buenos controles, Chamorro es como si no hubiera entrado al campo y Víctor Curto desaparece sin extremos que lo nutran de ocasiones. El Murcia está hecho a base de talonario y de jugadores con experiencia, pero se han olvidado de que al final, lo más importante, es convertirse en un equipo de fútbol de verdad, donde todos defiendan, donde todos ataquen y donde todos corran cuando la pierdan, algo que en este Murcia brilla por su ausencia.