Los aledaños del pabellón de la Fonteta de San Luis fueron testigos del 'déjà vu' que ayer vivió todo el UCAM CB Murcia. Aficicionados, jugadores, cuerpo técnico... todos volvieron a repetir la misma imagen con la que se finalizó la pasada campaña. La plantilla universitaria se subió al autobús que le trajo desde Valencia entre aplausos y una euforia que volvió a alcanzar su pico más alto cuando Fotis Katsikaris fue manteado por los seguidores que se desplazaron para presenciar el choque.

Y es que con el regreso del entrenador griego al banquillo murciano a mediados del mes de enero, el UCAM comenzó a sembrar el fruto que recogió ayer por la tarde. Un premio que ni los más optimistas hubieran firmado hace cuatro meses. La novena plaza en la ACB supone la segunda mejor clasificación del club en toda su historia, después de que hace exactamente un año se consiguiera la mejor marca tras disputar el play off por el título al conquistar el séptimo lugar. Pero es que, además, el noveno puesto abre de nuevo las puertas de Europa al UCAM este verano.

El Unicaja, al tener en su bolsillo el pasaporte para la Euroliga tras conquistar la Eurocup, deja un hueco en la segunda competición europea que ocupará -con casi total seguridad- el equipo murciano. Un baile que permitirá al UCAM enlazar su segunda temporada consecutiva en una competición internacional y que también puede servir para conservar las joyas más preciadas. Porque el poder repetir el mismo escenario que el de esta temporada es la mejor baza con la que contará el club para intentar retener a sus principales activos. Entre ellos, un Fotis Katsikaris que acaba contrato y al que la afición murciana ya le ha expresado su deseo incondicional para que lidere el proyecto de la próxima campaña.

Una campaña para la que la entidad no querrá repetir los mismos errores que el pasado verano y en la que no estará Facundo Campazzo. El base, cedido en Murcia por el Real Madrid en los dos últimos años, cumplió ayer su partido número cien en la Liga Endesa y, al mismo tiempo, su último encuentro con la camiseta del UCAM. Sus 17 puntos y seis asistencias fueron vitales para lograr la victoria en la Fonteta de San Luis pero, sobre todo, un triple a falta de treinta segundos para el final que sentenció prácticamente el triunfo. Los jugadores que dirige Katsikaris saltaron a la pista conscientes de que dependían de sí mismos para volver a firmar otra temporada histórica, ya que la derrota del Bilbao Basket en Gran Canaria en el único partido adelantado de la jornada, dio vida al UCAM para alcanzar la novena posición.

Los murcianos tiraron de garra y orgullo ante un rival que se jugaba un camino mucho más benévolo en las eliminatorias por el título, tras liderar varias jornadas la clasificación, que el tramo al que finalmente se enfrentará tras perder la segunda posición. El UCAM inició el encuentro cargado de concentración y con sus esquemas muy claros. La frescura con la que los universitarios movieron el balón en ataque y la fortaleza innata en defensa sorpredieron a un Valencia que se vio sobrepasado en los primeros diez minutos.

El escolta Vítor Benite lideró los primeros compases del encuentro con ocho puntos en el primer cuarto y llegando a subir el balón en varias ocasiones para iniciar la jugada (4-8). Con la ventaja en el marcador a los murcianos no les entraron las prisas y siguieron cocinando cada posesión de forma inteligente. Campazzo, desatado, se coló hasta en dos ocasiones entre dos rivales y tras un pase a Delía, el entrenador taronja, Pedro Martínez, se vio obligado a pedir tiempo muerto (6-14). Los valencianos lograron reaccionar para recortar distancias en el marcador, aunque con las rotaciones el UCAM aguantó el tipo y dos triples, uno de Baron y otro de Van Rossom, cerrarón el primer capítulo (13-22).

En el segundo cuarto ambos equipos apretaron todavía más los dientes. La intensidad subió sobre la pista de la Fontenta y eso provocó que se llegasen a ver más puntos desde el tiro libre que con el balón en juego (19-28) . El marcador se convirtió en un arcodeón que permitió acercarse al Valencia en los instantes previos al descanso, pero el UCAM aguantó el tipo. Oriola se convirtió en la principal baza local y tanto Sikma, con dos acciones en el poste bajo, como San Emeterio apretaron el luminoso (27-32). Sin embargo, los de Katsikaris supieron mantener el colchón antes de encarar el túnel de vestuarios (27-34).

El descanso no sentó nada bien al UCAM y el Valencia arrancó la segunda parte con un parcial de 6-0. Los de Pedro Martínez ajustaron sus esquemas en defensa y en ataque para poner en verdaderos aprietos a los murcianos. Aunque el UCAM aguantó el primer golpe (36-40). Pero fue entonces cuando Dubljevic se hizo fuerte en la pintura para empatar de nuevo el encuentro y San Emeterio confirmó la remontada con un triple liberado (44-41).

Los de Katsikaris aguantaron la primera embestida y bajo la batuta de Llompart, más Radovic y Delía, se volvieron a colocar por delante. Sin embargo, otra canasta de Diot sumado a un Will Thomas, que hizo mucho daño a la defensa murciana en los últimos minutos del tercer cuarto, se llegó al desenlace con el Valencia Basket por delante (53-49). Ante la adversidad el UCAM tiró de orgullo y con un parcial de 0-9 volvió a presentar su candidatura para asaltar la casa del actual subcampeón de la Eurocup. Los murcianos recuperaron su fortaleza defensiva y obligaron a que el Valencia se precipitase en varias acciones en ataque (57-61). Sin embargo, dos pérdidas del UCAM en los últimos minutos dieron lugar a un final de infarto (61-61).

Fue entonces cuando los de Katsikaris decidieron que si había que caer no iba a ser por sus errores y a nadie le tembló el pulso. Incluido a Campazzo que, tras no conectar en dos posesiones con algún compañero, se sacó un triple para sentenciar el partido tras una entrada a canasta de Billy Baron (61-67). Con esa ventaja el UCAM ya tenía cogida la sartén por el mango en los últimos segundos para acabar colocando el punto final a una temporada que le vuelve a abrir las puertas del cielo (67-70).