El Real Murcia que dirige Iñaki Alonso, equipo que ocupa el primer puesto del Grupo IV de Segunda B, no ha conseguido todavía deslumbrar a los aficionados de Nueva Condomina, en gran medida, porque la plantilla carece de un jugador resolutivo y con capacidad de organizar el juego en el centro del campo con cierta suficiencia.

De cualquier modo, sólo un par de excepciones en la última década ponen de manifiesto que los granas no se han caracterizado por tener entre sus filas ese futbolista que, en mayor o menor medida, tiene la responsabilidad de marcar los tiempos del equipo. Teniendo en cuenta que por este perfil de jugador suspiran todos los equipos del fútbol profesional a excepción de los dos ´gigantes´ de la Liga, no será fácil encontrarlo y menos en el mercado de invierno.

Los responsables de la plantilla, con Iñaki Alonso en el banquillo y con el ex jugador Sergio Fernández como director deportivo, llevan ya tiempo pensando en incorporar un centrocampista y un interior zurdo, aunque los últimos acontecimientos han provocado que ahora en Nueva Condomina se suspire más por la llegada de un nuevo delantero antes que la de un hombre de banda.

Los dos últimos ´genios´ que defendieron la elástica grana corresponden a etapas diferentes. Uno de ellos fue el valenciano Vicente Blanco ´Tito´, un centrocampista que lideró al conjunto murciano en el ascenso a Primera División logrado en la campaña 2002-2003 con David Vidal como técnico del equipo, aunque no siguió en la entidad el curso siguiente en Primera.

Entre medias, en el mercado de invierno de 2007, apareció de la mano de Lucas Alcaraz el jerezano Bruno Herrero, quien tuvo buenas actuaciones con la camiseta murciana, pero que en ningún caso llegó a ser el ´cerebro´ que tanto se andaba buscando desde la secretaría técnica del club.

El otro caso es más reciente y todavía está más presente en la memoria de la grada murcianista. Se trata del madrileño José María Movilla, el último en este caso que demostró grandes dosis de talento en el centro del campo, pero en Nueva Condomina, a diferencia de Tito que sólo pudo hacerlo en el viejo estado de la Puerta de Orihuela.

El ´calvo divino´, como lo apodaba Jesús Gil en sus días como colchonero, llegó al Murcia para su última estancia en Primera procedente del Real Zaragoza. El curso en la máxima categoría fue un desastre y, tras el descenso, optó por quedarse en las filas granas. Fue el valedor de que lo que ocurrió el pasado verano en Girona, el descenso a Segunda B, no ocurriera un año anterior con el murciano José Miguel Campos en el banquillo.

En la plantilla actual del Murcia sólo Richi y Aguilera parecen fiables en el centro del campo. El problema es que el primero ya no está tan fuerte como en su etapa anterior para aguantar la lucha durante noventa minutos, y el canterano tiene buenas cualidades para explotarlas en el centro, pero nunca pensando en la creación de juego. Samper, el dueño, insiste en que siendo líderes no hay motivos para pensar en reforzarse.