Entrevista | Javier Ruibal Cantautor

"Se nota el cartón del muñeco cuando se ve que está hecho sin corazón"

El gaditano protagonizará esta noche el concierto de clausura de la presente edición del festival Murcia Tres Culturas, cita que aprovechará para presentar su nuevo disco y celebrar el treinta aniversario del icónico 'Pensión Triana' (1994)

El cantautor gaditano Javier Ruibal.

El cantautor gaditano Javier Ruibal. / L. O.

A principios de los noventa, Javier Ruibal, Premio Nacional de Músicas Actuales 2017, reunió a Chano Domínguez, Martirio y Jorge Pardo, entre otros, para grabar, en dos sesiones con público, un disco en directo en los Estudios Sonoland de Madrid; disco que sería, no ya fundamental en su carrera, sino en la canción de autor española: el mítico Pensión Triana (1994). Aquel álbum colocó a Javier Ruibal en un lugar prominente, y sigue siendo reverenciado y reivindicado por la crítica, el público y grandes músicos de todos los estilos.

Ahora, con motivo del treinta aniversario de este álbum clave, Ruibal se ha echado a la carretera de nuevo y esta noche se subirá al escenario de la Plaza de los Apóstoles de Murcia, desde donde se encargará de clausurar la presente edición del festival Tres Culturas. El gaditano repasará en directo las canciones de aquellos años acompañado de una banda de jóvenes grandes músicos que también tendrán muy en cuenta las composiciones del último disco del cantautor, Saturno Cabaret (2023). Será una exquisitez.

Compaginas la gira de tu disco nuevo, Saturno Cabaret, con la conmemoración del treinta aniversario de Pensión Triana. ¿Qué lo hace singular?

Los treinta años de Pensión Triana se presentaron cuando estábamos moviendo ya el Saturno Cabaret, lo cual me agrada: así no se interpreta como que uno recurre a aquel disco porque no tiene nada más que contar. Estamos contando el Saturno Cabaret y también volvemos a cantar Pensión Triana, que es un álbum que aún hoy respira alegría e ímpetu, vitalidad; una emoción alta que se contagia y que conlleva una gran entrega por parte de todos los implicados, y no tanto a favor del artista al que acompañan estos músicos maravillosos, como de un repertorio que se ha consolidado como uno de los más queridos de mis trabajos.

¿Qué recuerdas de aquella grabación?

El público asistía a un experimento insólito: venir al estudio y vernos grabar y tocar en directo. Eso sí, también tomaban sus copas… Pero se hizo en directo, una canción detrás de otra durante dos días que fueron muy emocionantes. Recuerdo la vitalidad que respirábamos todos y la emoción profunda que a mí me daba recuperar un repertorio descatalogado desde un año y pico antes. También añadirle seis canciones nuevas y tener, cuando me volvía hacia atrás, los coros de Gema Corredera y Martirio, a Jorge Pardo, a Carlos Carli –que ya no está el pobre, ¡qué lástima!–, a Chano Domínguez, Toño Toledo, John Parsons, Luis Dulzaides, Guillermo McGill… Estar con todos ellos en el escenario de ese estudio es una foto inolvidable e impagable para mí.

Fue un disco muy querido. ¿Había que celebrarlo?

Había que volver a girar con él. Han pasado treinta años volando, y sigue siendo muy emblemático. No lo hemos revestido de nuevos arreglos; hemos tratado de hacerlo tal como era con la nueva tremenda banda que me acompaña. Cada uno tiene su expresividad y su encanto, y son también muy buenos improvisadores; se tiran al agua que da gloria. Y es una fiesta, sobre todo porque son unos músicos muy jóvenes que se han criado oyendo este disco y los de los artistas que tocaban conmigo.

Pensión Triana, Cabaret Saturno..., son nombres que suenan a refugio, a sitio seguro.

Pensión Triana era una de las seis canciones nuevas que se aportaban a un repertorio que estaba descatalogado. Me gustó mucho la idea de hacer un homenaje a los lugares de refugio de los músicos, sí. Durante muchos años, cuando no nos hemos podido permitir el lujo de ir a hoteles en condiciones, hemos vivido el romanticismo de la profesión alojándonos aunque fuera durante horas en pensiones, hostales y sitios así donde hay mucha más literatura que en el Waldorf Astoria, y la canción resultó tan bonita y llamativa que llamarle a esa reunión de músicos, a esa aventura, Pensión Triana me pareció que era lo más adecuado, aparte de que suena muy bien, es muy sonoro en sí mismo. 

Y el Saturno Cabaret..., claro que era también un lugar seguro. Evoca un cabaret de los cincuenta, el único espacio de libertad con el que contaban todos los de aquella generación, que se tragaron y tuvieron que asumir lo peor de la posguerra y de la situación de tiranía y de falta de libertad. Yo quería hacer un homenaje a la entereza de todas esas personas, al instinto de libertad que no pudieron doblegar nunca. Fueron defendiendo la alegría en la medida de lo posible con un jazz hiriente.

Tocas todos los palos en la música. ¿Llevaban razón quienes decían «en lo puro no hay futuro, la pureza está en la mezcla»?

Yo con la música me planteé una situación bastante sui generis: «Haré siempre lo que me apetezca». Eso sí, intentando personalizarlo, de manera que no fuera una pura imitación. Aunque aprendí imitando y copiando, como se aprende en todos los oficios, pero la idea no era hacer cualquier tipo de música a manotazos. Si estás haciendo una evocación de una música del Caribe, hazlo con el respeto debido, igual que si es con la música magrebí el flamenco o el pop. Históricamente ya estuvieron ahí los Beatles, los Rolling y algunos otros para enseñarnos que hay un pop de mucha calidad y muy bien hecho al que habría que remitirse de vez en cuando, en vez de tanta producción enloquecida con tal de ganar públicos. 

En fin, que he intentado nadar y guardar la ropa; tener toda la libertad para componer y escribir y, al mismo tiempo, ser leal con mi oficio y con los magníficos autores que ha habido antes que yo, que han dejado toda una estela de trabajo magníficamente hecho. Pero tengo claro que la pureza en sí misma no es virtuosa, y todo a lo que vamos llegando es por pura evolución. Un paso queda dado por el anterior. 

De todas formas, ¿quién sabe qué es puro y qué no? Lo que sí sé es que se nota el cartón del muñeco cuando se ve que está hecho sin corazón, que es una burda copia de algo que viste u oíste. Con eso hay que tener cuidado. Hay que –y va a sonar a cursilada, pero es así– ser puros de espíritu, y enteros moralmente.

¿Se está retrocediendo en libertades? ¿Saturno Cabaret es un tributo a la defensa de las libertades? Este disco evoca personajes de la España de los cincuenta... ¿Es una visión melancólica, pero esperanzadora?

Se está retrocediendo por la obcecación y el egoísmo repugnante de unos individuos muy energúmenos que siempre andan buscando acaudillar, y pasarse por salva sea la parte todos los logros que han costado muchísimo esfuerzo. No hay que ser muy radical de izquierdas ni demócrata a ultranza para darse cuenta de que es una sinvergonzonería lo que se traen entre manos. Todo ese ímpetu de expulsión de los extranjeros que no vengan con muchos billetes (a los que vienen a trabajar hay que repudiarlos) y procurar que no tengan ni sanidad ni en un futuro un documento nacional de identidad español o europeo, ese tipo de actitudes son muy peligrosas, y ya se vio que desembocaron en una guerra mundial terrible. Todas estas cosas hay que mirarlas con detenimiento y con precaución y estar ojo avizor. 

Y Saturno Cabaret evoca la época de los cincuenta, sí. Es un tributo a todos aquellos que no pudieron gozar de las libertades que muchos de ellos clandestinamente luchaban por conseguir, y si no, no se hubiera llegado a la democracia como llegamos, que fue un tránsito razonable, pero se llegó a donde había que llegar: la libertad política completa, y en los derechos sociales, lo más consolidados posible.

Este viernes estarás en el Murcia Tres Culturas, cuyo lema es la tolerancia. ¿Qué tendrá de especial tu concierto?

Un festival que habla de las tres culturas vocacionalmente ya indica que busca la integración y el respeto a la pluralidad, el afecto y aprecio por el diferente; diferente que no es tan diferente, simplemente habla con otro acento, otra lengua, tiene otro color de piel y viene de la Cochinchina. El asunto es que haya un respeto y un sentido afectuoso y comunitario. Además, cuando se desarrolla esto, al final es como un escudo que nos protege a todos. Si alguna vez hay que parar el río, como no nos pongamos todos a poner piedras, no se para. Aunque parezca imposible, se puede hacer, pero piedra a piedra sin coordinación no hay quien lo frene, y en este caso sería el río de la discordia, el abuso, la discriminación y la xenofobia. Así que el nombre del festival está muy bien puesto, y recuerda lo que este país fue de convivencia entre tres culturas con sus religiones y sus idiosincrasias, y que convivieron perfectamente hasta ser expulsados unos y otros.

¿En qué punto se encuentra la canción de autor?

Está estupendamente, porque cada vez los músicos saben más música, escriben mejor, han leído más poesía..., y eso va subiendo el nivel. Ha cambiado mucho de lo que era en un principio, cuando estaba todo basado más en una predilección por la palabra y el mensaje que casi siempre coincidía también con deseos de libertad. Sin perder eso, ha pasado a ampliar la visión del autor que se expresa, y se hace con toda la libertad. Está muy bien que las etiquetas sirvan instantáneamente o temporalmente para clasificar las cosas y ponerlas en sitios para distinguirlas de otras, pero la ceremonia de la mezcla de todo… No hay cosa más rica que juntar unas especias y otras y aromatizar un plato, y ese será el camino por el que la canción de autor y todas las músicas van a ir confluyendo. Ya se toca flamenco con jazz, jazz con música africana, caribe con oriental... Se acabaron las purezas, a Dios gracias.

PROGRAMA DEL TRES CULTURAS PARA ESTE SÁBADO

  • Concierto juvenil, 12.00 horas: Babel (Lluís Pinyot, Mohamed Solulimane y Sergio Ramos), toda la riqueza musical del Magreb en la calle Besabé. Acceso libre.
  • Concierto, 19.00 horas: Vocal Vircan, formación de canto polifónico georgiano, en la Iglesia Pasos de Santiago. Acceso libre.
  • Concierto, 20.30 horas: Zalema, flamenco medievalista, en Los Molinos del Río. Acceso libre.
  • Concierto, 22.00 horas: Javier Ruibal, canción de autor, en la Plaza de los Apóstoles. Acceso libre.