Entrevista | Alfredo Ávila Director de La Murga Teatro

"La ecuación es sencilla: si los actores disfrutan, el público también lo hace"

La Murga Teatro interpreta este sábado en el Auditorio Municipal de Calasparra 'La atípica comedia. Maldita herencia'

El director y autor teatral Alfredo Ávila.

El director y autor teatral Alfredo Ávila. / L. O.

Enrique Soler

Enrique Soler

Este sábado, a las 20.30 horas, llega hasta el Auditorio Municipal de Calasparra 'La atípica comedia. Maldita herencia', de la Murga Teatro. Se trata de una divertida comedia de Alfredo Ávila y para todos los públicos que está protagonizada por Julia, que, ante la muerte de su padre, hereda el antiguo domicilio familiar. En ningún momento ella, ni su peculiar marido, Roberto, imaginaban que algo tan aparentemente sencillo se iba a convertir en toda una siniestra aventura. Porque...

Julia y su marido van a vivir una serie de situaciones locas.

Sí. Cuando heredamos una vivienda nos encontramos con multitud de problemas en lo cotidiano, como son los impuestos, transmisiones patrimoniales... Pues estos personajes se van a encontrar con una serie de disparates encadenados y con una serie de personajes que van a ir apareciendo a lo largo de sus vidas y que harán de esta herencia algo realmente rocambolesco, divertido, lleno de absurdo y que va a ser seguro del encanto del público, produciendo muchas risas. 

Algo tan disparatado que también en algún sentido tiene su punto de comedia del absurdo.

Sí, desde luego. Ojo, no hay que confundir 'comedia de lo absurso' con 'teatro de lo absurdo', que sería lo de Beckett y Ionesco, por poner un ejemplo. Esta es una comedia de lo absurdo porque se plantean situaciones absurdas. Siempre tengo como referentes a Miura y Poncela, pero, para que la gente que no conozca nos pueda entender un poco mejor, son cosas como puede ser el humor de Gila, que creo que es muy identificativo. Son situaciones muy rocambolescas y disparatadas, que creo que van a producir en el público muchas carcajadas. Además, es un humor muy blanco, es decir, pueden ir jóvenes o niños a verlo, porque no es un humor complicado. 

Una puerta de entrada perfecta al teatro para el público joven, entonces.

Claro. La idea es que pueda venir todo tipo de público. No es una obra de teatro familiar, ¿eh?, pero sí puede ir toda la familia a verla, porque no tiene ninguna cosa que un joven o un niño no pueda ver. Pero sí, puede ayudar a subir ese escalón que te lleva a adentrarte en el mundo teatral. Porque, aunque sea una comedia -que parece que es un género que está infravalorado, o que se trata como algo más ligero-, en este caso la producción, el montaje y los personajes son espectaculares. 

Y tiene esa doble vertiente que tienen toda buena obra de teatro: que la puedes disfrutar viéndola y, luego, comentándola.

El teatro, como cualquier arte, tiene que movernos algo, tiene que generarnos una risa, una emoción, hacernos pensar..., y, sí, además invita a compartirlo. Esto es lo que nos permite la cultural en vivo, que nos ofrece un momento único e irrepetible. En la obra se cita mucho la frase: "Lo realmente importante en la vida es que nos pasen cosas", y es totalmente cierto. Y, a diferencia del cine, que se puede rebobinar, aquí, aunque sea la misma obra, siempre es diferente, porque las circunstancias van cambiado. 

En esta ocasión, sobre las tablas estarán Raquel Torres, Pedro Alejandro Villalba y José María Bañón. ¿Qué tal ha sido dirigirlos?

Ha sido genial y muy fácil porque llevamos ya un tiempo trabajando juntos. Nos conocemos y, en realidad, solo hay que dejarles a ellos evolucionar sobre el escenario. Se suele decir que es muy sencillo cocinar con buenos condimentos, y en este caso tenemos a grandes actores y un texto muy divertido. Por eso estamos convencidos de que va a ser un éxito, incluso a nivel nacional. De hecho, estamos ya gestionando con nuestra distribuidora en Madrid la posibilidad de interpretarla en la capital, y nos hace mucha ilusión. Porque es que, además, nos lo pasamos muy bien; ellos disfrutan sobre las tablas, y eso se nota. La ecuación es sencilla: si los actores disfrutan, el público también lo hace. 

También ha trabajado con Abel Magia, todo un fenómeno y que está siendo una auténtica revolución dentro del mundo del ilusionismo.

Abel es paisano, amigo y un grandísimo artista. La obra digamos que tiene algunos trucos; no son trucos de magia tal cual, pero hay algunas pinceladas... Abel nos ha aconsejado en este sentido y ha sido todo un lujo porque es un tremendo profesional de la magia. 

El guion es suyo. ¿Cómo fue el proceso creativo? ¿Cómo surge la idea? 

Ya hemos estrenado otros textos míos como La ratita presumida y Caperucita Roja, pero me apetecía mucho estrenar una obra para adultos. Era más atrevido porque parece que el teatro de este tipo necesita de un escritor conocido, famoso o relevante, pero me animé. Al final, el público decidirá y dictará sentencia, pero creo que se ha quedado un gran trabajo. He trabajado muchos años como actor y director de comedias, con lo cual tenía un poco las claves. Lo que el público necesita es que no paren de pasar cosas y que no paremos de sorprenderlos, y creo que en esta comedia cumplimos con todo ello. El desenlace esperado o no esperado para el público también va a tener algunas sorpresas... 

¿Por dónde sigue gira?

Vamos a estar por la Región y también tenemos compromisos en varios sitios fuera. Estaremos por Extremadura, también en Galicia, Castilla y León y, en breve, se cerrará el Zorrilla de Valladolid. La acogida inicial de la obra está siendo muy buena, el público está disfrutando mucho y así nos lo trasmiten. También nos hace mucha ilusión rearrancar esta gira en Calasparra, porque es un público que tiene mucha cultura teatral, porque la programación del municipio es muy interesante.