Cómic

Dario Adanti: "El cómic tiene la gran ventaja de que une generaciones"

El cofundador de ‘Mongolia’ visita hoy Cartagena con ‘El meteorito sobre nosotros’

Dario Adanti

Dario Adanti

EFE

El historietista argentino Dario Adanti considera que corren «muy buenos tiempos para el cómic», ya que por tratarse de un medio que «une lo audiovisual y lo literario» llega tanto a las personas más jóvenes, criadas en el medio audiovisual, como a las mayores: «Tiene la gran ventaja de que une generaciones». Así lo ha dicho en una entrevista con motivo de su visita a Cartagena, donde hoy participa en un encuentro presencial con lectores de su cómic El meteorito somos nosotros (Astiberri, 2022), uno de los tres libros finalistas de los Premios Hache, la sección para adolescentes del Mandarache.

En esta edición, casi 2.300 adolescentes lo han leído junto a las otras dos novelas finalistas, Jeans, de Mónica Rodríguez, y Se buscan héroes, de Paloma Muiña, y es la primera vez que se incluye un cómic entre los finalistas. Para Adanti, cofundador de la revista satírica Mongolia, este «es un género al mismo nivel que la novela» y que, «a diferencia de otras artesanías narrativas», tiene la particularidad de obligar a un trabajo extra de condensación: «Pasas dos o tres años trabajando en algo que se lee en un viaje de tren, y eso es lo más bonito: cuanto más esfuerzo para reducir, más directo llega».

En cualquier caso, el autor insiste en la necesidad de «desmitificar la literatura y el arte», que considera oficios «artesanos» que «se aprenden probando, sin tener miedo al error y preguntando a los maestros». «Todo lo demás son mentiras de clase. El talento es muy relativo: si nazco hoy en Gaza, es difícil que llegue a tener talento, seguramente no tendré tiempo para desarrollarlo, solo para intentar sobrevivir», reflexiona.

Sobre su obra, es un trabajo divulgativo sobre el cambio climático en el que desde un punto de vista completamente científico se acerca este problema de manera amena y desde el humor, explica. Tras años leyendo ensayos y documentos científicos sobre ello, se preguntó qué podría hacer él para dar a conocer este problema que afecta a todo el planeta, y se propuso un trabajo accesible a todo tipo de públicos –«desde mi sobrina de 12 años a mi madre de 80»– y «desideologizado», ya que se trata de «un problema científico» y que te afecta «seas negacionista, de izquierdas o de derechas».