Entrevista | Pilar Pérez Quílez Informática y escritora

"La informática y la literatura tienen mucho en común: si algo falla en el texto o código, el trabajo se cae"

 La jumillana, con experiencia en el terreno del relato, ha publicado su primera novela, La nacionalidad del peinado (2024), con el conflicto norirlandés como telón de fondo.

La escritora Pilar Pérez Quílez.

La escritora Pilar Pérez Quílez. / L.O.

Lola López

Lola López

La protagonista de La nacionalidad del peinado (Amaniel, 2024) es Luisa, una murciana que viaja a Belfast para aprender inglés y se encuentra con una serie de incógnitas que la llevan a verse enredada en «un conflicto que no es el suyo». Su autora, la informática Pilar Pérez Quílez, es una jumillana que residió en Belfast y se vio fascinada por una ciudad física y socialmente marcada por los largos años de conflicto entre católicos y protestantes. La búsqueda de las «verdades» de cada bando ha sido el motor de esta novela. 

Lo primero que llama la atención al leer la sinopsis del libro es la ambientación: la época del conflicto, en Irlanda del Norte, entre católicos y protestantes. ¿Por qué este escenario para la novela?

Quería saber cuáles eran las ‘verdades’ con las que se identificaba o justificaba cada bando en el conflicto norirlandés. Me motivó para documentarme y escribir la novela. Hay un poema de Antonio Machado que incluyo en el epígrafe que resume muy bien la filosofía de partida: «¿Tu verdad? / No, la verdad, / y ven conmigo a buscarla. / La tuya guárdatela». 

Parece que su gusto por Irlanda del Norte viene de lejos: residió en Belfast un par de años. Ahí ya habían pasado unos años desde que el conflicto se apaciguó, ¿qué ciudad se encontró al llegar? Imagino que aún quedarían rescoldos...

Aterricé en Belfast en la primavera de 2008, por lo que habían pasado exactamente diez años de los Acuerdos de Viernes Santo que supusieron el final del conflicto armado en Irlanda del Norte. Me impresionaron los detalles físicos que podían encontrarse en la ciudad: agujeros de bala, edificios destrozados por estallidos de bomba todavía sin restaurar, murales conmemorativos, alambradas en los patios de las casas o callejuelas laberínticas que impedían a los transeúntes acceder fácilmente a las viviendas. También me sorprendió la forma en la que los norirlandeses evitaban posicionarse o hacer referencia al conflicto. Por ejemplo, si le preguntabas a alguien dónde vivía, te contestaba con evasivas del tipo: «Al lado de mi suegra». El barrio o incluso la calle en la que residías te situaba, aunque fuera involuntariamente, dentro de un bando.

Volviendo a esa sinopsis, hay tintes de misterio, de suspense... ¿Qué encontrará el lector en La nacionalidad del peinado?

Descubrirá, junto a Luisa, la protagonista, un puñal verde esmeralda preparado para ejecutar una venganza. La cuestión es: ¿de qué y quién quiere vengarse Kevin, su casero? ¿Quiere realmente desquitarse o es solo una broma que le gasta para hacerse el interesante y ligar con ella? Sea como sea, y por culpa de ese puñal (y por cotilla), Luisa se encontrará en mitad de un conflicto que no es el suyo y que se remonta al día en el que murió la madre de Kevin. Os aviso, en esta novela, nada es lo que parece ser.

Por lo que avanza ese argumento, y sumado a ese ambiente de misterio, parece que las barras de bar siguen siendo los mejores lugares para obtener confidencias...

[Ríe] ¡Las personas que manejan el grifo de la cerveza lo saben todo! Y en la barra de Luisa se sienta John, al que le gusta muchísimo hablar. A través de sus confidencias descubriremos los principales hitos del conflicto de Irlanda del Norte desde el punto de vista protestante, mientras que Kevin será el encargado de mostrarnos los acontecimientos más importantes desde la perspectiva católica. Imagino que a los lectores les sonará la formación terrorista I.R.A., pero, ¿conocen que había grupos paramilitares también del bando protestante? Los descubrirán leyendo La nacionalidad del peinado.

¿De dónde surge ese título?

El peinado es un concepto a partir del cual hilvano todos los capítulos del libro. Nos encontramos con tres tramas: la historia familiar de Kevin, la de John y las aventuras en 2008 de Luisa, que, aparte de preocuparse por la existencia de ese puñal verde esmeralda, se enamora, se divierte, se decepciona... Una experiencia próxima al Erasmus, para los que tengan curiosidad por cómo se vive y para aquellas que quieran rememorar su estancia en el extranjero. En cuanto a por qué elegí el concepto del peinado, al comenzar a escribir me di cuenta de que si quería representar a un personaje británico lo dibujaba cortándole el pelo redondo, en plan Beatle, mientras que una personaje vasca llevaría el flequillo corto y una andaluza, el pelo recogido en un moño con unos aros. Me refiero a la representación de personajes estereotipados. Porque, al final, en este libro el conflicto norirlandés se relaciona con los diferentes conflictos identitarios que tenemos en España a través de las aventuras de Luisa y sus amigos.

La portada de La nacionalidad del peinado, de Pilar Pérez Quílez

La portada de La nacionalidad del peinado, de Pilar Pérez Quílez / L.O.

Recientemente ha presentado la novela en varias ciudades. ¿Cómo fueron esos encuentros, qué acogida está teniendo el libro?

El libro está teniendo una acogida muchísimo mayor de la que yo hubiese soñado. Hemos hecho varias reimpresiones y mi editor, Javier Pérez-Ayala, me ha dicho ya que pronto tendremos que abrir una segunda edición. Y sobre las presentaciones, en la Región hemos hecho un par y ambas fueron un éxito: en Jumilla llenamos el Museo Etnográfico Jerónimo Molina, un emplazamiento espectacular, y en Cartagena, en la librería La Montaña Mágica, tampoco cabía un alfiler. Y también participé en la Feria del Libro de Lorca, un experiencia fantástica para poder charlar con otros escritores y editoriales.

¿Tiene más fechas de presentación próximamente?

El sábado 18 de mayo estaré de nuevo en Cartagena firmando libros en Santos Ochoa, y el viernes 31 de ese mismo mes estaremos en Libros Traperos, en Murcia. Además, estoy preparando algunas actividades con motivo del Día del Libro, como un taller de escritura en la Biblioteca Municipal de Jumilla y otra presentación en la tienda Lugareñas de Cartagena. ¡Me encanta toda la actividad que está surgiendo alrededor del libro!

Además de escritora, es ingeniera de comunicaciones. ¿Cómo conviven ambas facetas?

Sí, trabajo como informática. Pero no es tan extraño encontrar escritores en este gremio. Ambas tienen en común que son profesiones creativas cuya materia prima es el lenguaje (o lenguajes) y que necesitan una labor muy minuciosa de corrección. Si hay un detalle que falla dentro del texto o del código, tanto la novela como la aplicación informática se ‘caen’.

En 2020 ganó un concurso de relatos en su Jumilla natal con una historia que enlaza con este libro. ¿Cómo ha sido el proceso de sacar adelante La nacionalidad del peinado? ¿Ha sido muy largo?

Desde el día en el que yo decidí que tenía que documentarme y escribir una novela sobre el conflicto norirlandés han pasado más de diez años. En este tiempo, además de escribir la novela, he tenido dos hijas y he desarrollado una carrera como informática, pero nunca abandoné mi deseo de escribir y formar parte de talleres de escritura y clubes de lectura. 

¿Y cómo empieza?

Efectivamente, en un pub, cuando escuché a un chico narrar un episodio dramático del que fue testigo. El conductor de un coche sospechoso de transportar bombas recibió un disparo, lo que le llevó a perder el control del vehículo y atropellar a una madre con sus tres hijos. En ese momento pensé, ¿qué pasó aquí? ¿Cómo fue posible que la violencia escalara de esa forma? Así que comencé a documentarme en el Linen Hall, la biblioteca especializada en The Troubles (que así se llama el conflicto norirlandés), a visitar museos, leer libros, ver películas y documentales... Y aquí está la novela como resultado.

También participa en la recopilación de relatos Dieciséis historias que vienen a cuento. ¿Dónde se mueve con más comodidad escribiendo?

Casi siempre comienzo a escribir pensando en un relato, porque lo que quiero analizar o transmitir de partida es una idea o un sentimiento. Lo que pasa es que hay historias, como esta de Luisa, Kevin y John, que son tan complejas que necesitan organizarse previamente en un nivel más ‘abstracto’, digamos. Esto es similar a cómo se conciben las aplicaciones informáticas. En este sentido, indudablemente me considero ‘escritora de mapa’; es decir, tengo claro desde el principio a dónde quiero llegar.

Quizá es pronto aún para preguntar, pero ¿qué hay en el horizonte en su carrera como escritora? ¿Alguna próxima historia que ya se perfile?

Precisamente, estoy revisando ahora una novela que tengo en el cajón y que escribí con apenas veinte años. No porque quiera corregirla y publicarla, si no porque quiero retomar y desarrollar el sentimiento o la confusión que me empujó a escribirla en aquel momento. De momento, solo puedo adelantar que se desarrollará en el Altiplano y que me estoy bebiendo los libros de Santi García para conocer los secretos de nuestra Región sobrenatural.