Antonio Rosa da forma a la ‘Armonía’ que encontró en el confinamiento

Antonio Rosa es granadino, pero murciano de adopción. Y se ha dedicado profesionalmente a la publicidad, aunque él realmente es artista (por mucho que empezara tarde a cultivar su vocación). Porque desde muy pequeño siempre le interesó la pintura, e incluso pasó por la Escuela de Arte y Oficios y aprendió de grandes maestros como Gonzalo Moreno, Elisa Séiquer y Dionisio Paje. ¿Y qué tienen los tres (o los cuatro) en común? La escultura. Porque es ahí donde Rosa se encuentra más cómodo. Y lo demostrará a partir de este jueves en la ciudad que le acogió hace ya varias décadas atrás.

Porque el granadino inaugura este jueves en el Real Casino de Murcia una exposición que ha bautizado como Armonía y que se podrá disfrutar en la Sala Alta durante apenas tres semanas: hasta el 28 de abril. Además, la inmensa mayoría de las obras que presentará serán inéditas, y producto de los meses de confinamiento (ya sea directamente en lo referente a su ejecución como, por lo menos, a su concepción). Porque el encierro nos marcó a todos de una manera o de otra, y el arte fue el refugio al que muchos se agarraron para superar el difícil día a día (entre medidas sanitarias e impotencia). En su caso, la música cumplió un papel fundamental para mantener la serenidad durante aquella etapa, y de ahí la temática central de la muestra y el título, de doble sentido.

Fiel al estilo que le caracteriza (realista y altamente detallista), Rosa rinde a su vez tributo a la figura femenina, ya sea por medio de la escultura propiamente dicha –en resina o mármol, principalmente– o a través de sus relieves, en su mayoría de gran tamaño, y que brindan a esta exposición una estimulante doble vertiente. Y esto es así también gracias a su forma de entender el arte, pues, en un mundo en el que «ya está todo inventado» –como asegura en declaraciones al Real Casino–, él encuentra su estilo «interpretando y aprendiendo de los mejores creadores de la Región», pero plasmando en ellos una visión muy suya, muy particular; o, mejor, muy íntima, producto de entender el proceso artístico como «una necesidad personal y espiritual».

Y seguramente viene de ahí el extremo cuidado por los detalles que demuestran las piezas de Armonía. Aunque eso, claro, es un arma de doble filo, según apunta Rosa: «Nunca se sabe al cien por cien cuándo es el momento perfecto para dar por completa o finalizada una obra; uno se puede pasar años puliendo detalles o añadiendo cosas nuevas», asegura el andaluz, que en cualquier caso asegura que eso es más cosa del autor que del público, que, por supuesto, verá en el Real Casino de Murcia obras perfectamente concluidas. Terminadas y, sobre todo, «reconocibles», como apuntan los organizadores de la muestra: «En su obra conviven varios elementos, varias etapas, materiales y recorridos, pero su estilo siempre se ha mantenido estable», y eso le ha posibilitado «crear una imagen perfectamente identificable, y una definición de su arte que puede resumirse con la palabra que da título a la exposición: armonía».