Exposiciones

Los azules de Picasso, Miró y Zuloaga buscan la luz de Murcia

El Centro Cultural Las Claras inaugura esta tarde una muestra con más de sesenta piezas de la Colección Abelló en la que, además de los citados, figuran obras de Sorolla, Tàpies, Juan Uslé...

‘L’accident (1951), de Antoni Tàpies.

‘L’accident (1951), de Antoni Tàpies. / L. O.

Asier Ganuza

Asier Ganuza

El gran arte no se guarda solo en los despósitos museísticos. Cierto es que las grandes instituciones –como El Prado, por poner un ejemplo– tienen a menudo mayores facilidades para la adquisición de obra de alto valor, pero en Sotheby’s se siguen vendiendo casi que mensualmente piezas de calado como la Femme à la montre de Picasso, que fue expedida el pasado mes de noviembre por 129 millones de euros –convirtiéndose en la segunda obra más cara del artista malagueño–, o el retrato de la reina Isabel de Borbón que aspiraba a convertirse en diciembre en el lienzo más costoso de Diego Velázquez, pero cuya oferta fue retirada sin mayores explicaciones. ¿Y esto qué significa? Pues que a lo largo y ancho del globo hay colecciones privadas que, a menudo, nada tienen que envidiar a las de muchas pinacotecas.

En España, una de las más importantes es la Colección Abelló, del empresario madrileño Juan Abelló; su esposa, Anna Gamazo, y sus hijos. La selección de obra que han logrado acumular no es solo referencia nacional, sino internacional. Tienen piezas de El Greco, de José de Ribera, de Francisco de Zurbarán, de Salvador Dalí, de Vincent van Gogh, de Amedeo Modigliani, de Gustav Klimt, de Wassily Kandinsky, de Edvard Munch, Henri Matisse y Francis Bacon. Por desgracia, ninguna de ellas se incluye entre las más de sesenta piezas que la familia ha cedido temporalmente a la Fundación Cajamurcia para la exposición que abre hoy sus puertas en el Centro Cultural Las Claras de la capital del Segura, pero sí hay obra de Joaquín Sorolla, de Juan Gris, de Joan Miró, del maestro Zuloaga, de Benjamín Palencia, de Tàpies, de Juan Uslé, de Francisco de Goya e, incluso, del propio Picasso.

‘Les saltimbanques’ (1904), de Pablo Picasso.

‘Les saltimbanques’ (1904), de Pablo Picasso. / L. O.

Y no solo eso: se trata de obra que, precisamente por estar en manos privadas, no es fácil contemplar en vivo. De hecho, es la primera vez que la Colección Abelló llega a la Región, por lo que no es de extrañar el cariñoso agradeció que Carlos Egea Krauel, presidente de la fundación, le dedica a los propietarios de esta cuidada selección en el dossier que acompaña la muestra: «Tengo que agradecer a la familia Abelló su especial cooperación y su generosidad al compartir con todos los murcianos y visitantes este gran tesoro de la historia del arte», escribe el máximo responsable de la institución como conclusión a un texto que introduce al espectador en esta relevante y cuidada exposición.

‘Femmes, oiseaux, étoiles’ (1942), de Joan Miró.

‘Femmes, oiseaux, étoiles’ (1942), de Joan Miró. / L. O.

Porque la selección de obra prestada para su exhibición en el centro no es azarosa; tiene un sentido. Y las encargadas de dárselo han sido las comisarias Marisa Oropesa y María Toral. Esta última hace todo un estudio del color en el catálogo para explicar el porqué de la elección del Azul –así se titula la muestra– como hilo estético del proyecto. Porque el azul, como dice la experta, está «presente en todas las obras de esta exposición, en algunos casos de forma anecdótica y en otros como verdadero protagonista». Pero es que ahí está también la clave teórica de la exposición: «La vida que proporcionan los pigmentos azules han ido transmutándose a lo largo de los siglos: el azul egipcio, el lapislázuli, el azul cobalto, el turquesa (originario de Turquía), el ultramar, el índigo (procedente de la India)… son tonalidades heterogéneas. Aunque su uso fuera esporádico por su alto coste, finalmente lo hallamos en todas las paletas de los grandes pintores que obtuvieron en él un aliado perfecto». El contexto y las posibilidades de los diferentes autores son, pues, claves para entender su uso, pero siempre mantuvo un magnetismo del que quizá otras tonalidades adolecen (o no en tal alta medida).

‘Joven gitana’ (1910), de Ignacio Zuloaga.

‘Joven gitana’ (1910), de Ignacio Zuloaga. / L. O.

Los propios Juan Abelló y Anna Gamazo han querido dejar patente también en un escrito lo especial de esta muestra, que también incluye obras del italiano Raimundo de Madrazo y Garreta, del danés Heinrich Hansen, de los franceses Edgar Degas y Pierre Bonnard, del alemnán August Macke, del neerlandés Willem de Kooning, del estadounidense Sam Francis y de otros grandes del arte español como Alberto Corazón. «Algunas de estas obras se muestran por primera vez al público y esperamos que sean de su agrado. Son obras de arte que forman parte de nuestro hogar y de nuestro día a día. Confiamos que la brillante luz del Mediterráneo, con la que cuenta Murcia, las haga brillar todavía más», firman.

‘Niño en la playa. Sol poniente’ (1907), de Joaquín Sorolla.

‘Niño en la playa. Sol poniente’ (1907), de Joaquín Sorolla. / L. O.