Exhibición

Los murales de Hernández Carpe en el Arqueológico vuelven a la luz

La Comunidad se compromete con la fundación que vela por la obra del pintor a su exposición pública al menos dos veces al año

Todavía queda uno oculto tras una pared de pladur que se quiere eliminar

El director de Patrimonio Cultural y la presidenta de la Fundación Hernández Carpe junto al mural.

El director de Patrimonio Cultural y la presidenta de la Fundación Hernández Carpe junto al mural. / CARM

Asier Ganuza

Asier Ganuza

Poco a poco, Hernández Carpe va recuperando el foco que le corresponde. Poco a poco, sus murales, con los que llenó de color a aquella Murcia gris de la dictadura y que durante las últimas década han permanecido ‘ocultos’ –ya sea metafórica o incluso literalmente–, van volviendo a la luz, recuperando la atención de entendidos y gente de a pie. Y eso es, en gran parte, gracias a la fundación que desde diciembre de 2022 pelea por poner al artista de Espinardo, fallecido hace ya casi cincuenta años –en diciembre del ‘77–, en el lugar que merece.

Son muchas las piezas que esta institución, bautizada por El Mural y capitaneada por la hija del creador, Cecilia Hernández-Carpe, ha ‘recuperado’ en los últimos tiempos, tirando abajo paredes que las ocultaban –como ocurrió hace un par de años con una que impedía el disfrute de una de sus obras en un colegio madrileño– o llamando la atención sobre intervenciones (muchas) que hizo en sedes bancarias, hospitales y otros edificios públicos de la Región; murales que, en muchas ocasiones, nadie veía (aunque estuviera a la vista de todos). No era el caso, sin embargo, de los que hoy nos ocupan, y que se encuentran en el actual Museo Arqueológico en la capital del Segura.

Se trata de dos murales complementarios que le fueron encargados al artista a mediados de los cincuenta, cuando este inmueble era el Palacio Provincial de Archivos, Bibliotecas y Museos. En concreto, el proyecto era para el salón de actos, ubicado en la primera planta: uno para el estrado y, el otro, para decorar la zona de la ventana próxima al balcón de la fachada principal del edificio. El primero estaba dedicado a la conquista de Murcia por Alfonso X ‘El Sabio’, que aparece en primer plano con la Virgen de la Arrixaca y, al fondo de la escena, se suceden las tropas y las tiendas militares. El segundo mural representa a un grupo de músicos cristianos y musulmanes que reciben a las huestes castellanas.

Sin embargo, tiempo después el Ministerio de Cultura, titular del inmueble, decidió ubicar la Biblioteca Regional y el Archivo Histórico en edificios de nueva planta, y, en 1999, el (hoy) Arqueológico fue clausurado para su remodelación y adaptación para otorgarle un uso exclusivamente museístico. Así, el salón de actos se adecuó como sala de exposiciones temporales y, para ello, se tabicaron las ventanas y el mural de Hernández Carpe se cubrió con paredes de pladur. «Estas paredes se encontraban a una cierta distancia del mural, por lo que se respetó de forma íntegra y no se produjo ningún daño, hecho que se pudo constatar cuando fue descubierto para examinar su estado de conservación», recuerdan desde la Consejería de Cultura.

No obstante, no fue hasta el año 2014 cuando, con motivo de la exposición temporal MedievArte, se decidió descubrir el mural principal, ya que, por la propia temática de la exposición, se consideró apropiado integrarlo en la muestra. En ese momento se pudo realizar una restauración mínima, reintegrándose pequeñas pérdidas cromáticas, y se decidió retirar de forma definitiva la pared que lo ocultó durante quince años para ser protegido con un estor con unas estructuras modulares no fijas que lo resguardaban del mobiliario expositivo y de la radiación ultravioleta, principal agente de deterioro de las pinturas. «Este cambio permite cerrar el espacio adecuadamente siempre que el proyecto expositivo lo requiriera, pero también deja abierta la posibilidad de ver el mural siempre que las circunstancias lo permitan», explican.

Sin embargo, desde la fundación no han querido que su exhibición quede condicionada al capricho de las muestras venideras (como así ha sido desde entonces), y se ha llegado a un acuerdo con la Dirección General de Patrimonio Cultural para establecer un calendario anual que permita la exposición pública del mural en el período intermedio entre los distintos proyectos temporales, y, en concreto, la Comunidad se ha comprometido a que esto ocurra al menos dos veces al año. Además, la Consejería va a solicitar al Ministerio que elimine el tabique de pladur que aún protege el otro mural y que se haga una instalación similar a la de su complementario.

Se trata, por tanto, de una nueva victoria para la Fundación de Arte El Mural de Hernández Carpe, que sigue sumando paradas a las rutas que elabora para poder (re)descubrir a un artista cada vez menos olvidado. Porque, aunque seguro quedan paredes que tirar, ya son muchas las obras del murciano sobre las que ya nadie pasa sin dedicarle, al menos, unos segundo. Y su producción, y más en nuestra tierra, fue ingente.