Entrevista | Mar Romera Pedagoga y divulgadora

"Los juegos didácticos digitales generan futuros ludópatas"

La especialista visita Murcia este miércoles para ofrecer en la Fundación Mediterráneo una conferencia sobre el "mundo acelerado" en el que vivimos y la influencia de las redes sociales.

Mar Romera.

Mar Romera. / nines minguez

JUAN FERNÁNDEZ

La de Mar Romera es una de las voces más recurrentes cuando en este país hablamos de pedagogía; más si cabe, si en la charla se deslizan conceptos de inteligencia emocional, ámbito en el que es una especialista. Considerada como una activista de la Educación, es una defensora a ultranza de la figura del maestro y de la escuela pública, y mañana visita Murcia de la mano de la Fundación Mediterráneo para ofrecer, a partir de las 20.00 horas, una conferencia en la que ofrecerá sus ‘Claves para sobrevivir a un mundo acelerado’ y, especialmente, para mitigar los peligros de las redes sociales, en especial entre los más pequeños. La entrada es libre.

¿Son las redes sociales tan nocivas como se tiende a pensar?

Como cualquier instrumento, no son malas ni buenas en sí mismas, sino según cómo las utilicemos. Einstein no se preguntó si sería buena o mala la energía nuclear; evidentemente se salvan vidas haciendo radioterapia, pero también se hacen bombas. Todo es relativo. La circunstancia realmente importante es cómo se han ido introduciendo en el desarrollo de un niño o de un adolescente en un corto espacio de tiempo. Las redes nos han permitido hacer videollamadas por WhatsApp y gracias a Facebook podemos encontrarnos con familiares perdidos de hace un par de generaciones, pero no hemos sido capaces de ver que detrás de todo esto hay un mundo de intereses tremendo y no estamos preparados para este nivel de control. 

¿Son imprescindibles?

Por supuesto. Hay ocasiones en las que no puedo entrar en alguna conferencia o en algún programa del ordenador porque me pide el Facebook o el Instagram para poder entrar. O a día de hoy no puedo ir a un banco a hacer una gestión o a institución pública si no tengo un correo electrónico. Mi madre, por ejemplo, tiene que mostrar el mío para poder hacer muchos trámites. Entonces sí, son imprescindibles gracias a disponer de una estrategia neoliberal que les ayuda a introducirse en la sociedad.

¿Cómo les pueden afectar a los más pequeños?

Lógicamente a quienes nos han ganado la batalla ha sido a los adultos. Los niños aprenden lo que les enseñamos. Cuando un peque está jugando en el parque y su mamá o su papá, que lo están vigilando, tienen la mirada puesta en la pantalla, el niño lo acaba aprendiendo. Si el niño ve cómo estás todo el día inmersa en la pantalla, entiende que eso es algo bueno. Porque tú eres mi madre y eres buena. Por tanto, el problema lo tenemos los adultos. Para mí, un peque no debería saber que las pantallas existen antes de los tres años. Incluida la televisión, si me apuras. Y yo no lo hice así con mis hijas porque no sabía lo que ahora sé. 

¿Y a partir de los tres años?

Entre los tres y los seis años, un niño debería saber que las pantallas existen, pero que necesitan compartirlas. Es decir, vemos unos dibujos, pero los vemos juntos. Que nunca exista una relación de unidad con la pantalla. Y por supuesto nunca utilizar juegos de los que llaman ‘didácticos’. Esta perspectiva de utilización de artefactos digitales en equipo debería prolongarse hasta cuarto o quinto de Primaria.  

¿Tampoco juegos didácticos digitales?

Para nada. Esto ha sido otro movidón importante que nos han vendido las multinacionales y con el que estamos rompiendo la estructura neurológica de los pequeños. Le estamos colocando un juego a un menor en el que tiene que meter el círculo en el círculo y el cuadrado en el cuadrado, y cuando lo mete salen estrellitas de colores;estamos generando ludópatas. Para un peque de 18 meses, eso produce exactamente el mismo efecto en su cerebro que el que recibe una persona de 30 años que mete una moneda en una máquina y le salen 20.

Y a pesar de esto, todos los centros parecen pasar del libro de texto al aprendizaje digital.

Sí, porque se ha colado muy poquito a poquito. Evidentemente, yo no puedo culpar a la editorial, que hacer lo que la sociedad le pide; el problema es que los adultos no sabemos qué hacer con este nuevo entorno cultural. Además, la tecnología es la mejor niñera del mundo, y la más económica:nadie me cuida mejor a un niño, que hasta me lo deja sentado durante un buen rato. 

A veces puede ser una buena herramienta para hacer frente a las altas ratios de las escuelas.

¿Altas ratios? Eso no es cierto. Tenemos una de las ratios más bajas de Europa, por debajo de la que tienen países como Finlandia. Lo que tenemos es una muy mala organización de recursos. Si yo en un centro tengo cien niños y diez profes, la ratio es diez. Se acabó. Otra cosa es cómo nos organizamos...

Los datos que se derivan de informes europeos no dicen esto. Sitúan a España entre los países con más peques de primer ciclo de educación infantil por aula.

Que no es verdad, que tenemos un montón de profesores en muchas localidades de España que tienen 3 o 4 niños. Que el año pasado conocí a una maestra con una niña todo el año. El problema es que hay que compensar las cosas. Y cuando tú me hablas de esas ratios, estás incluyendo a los concertados o privados. Esa es otra película. 

Exacto, esos datos incluyen también las escuelas privadas.

Pero las privadas no suponen ningún problema porque si no tiene clientes, cierran. Por eso no se puede poner el foco en las ratios de centros privados. Hablemos de ratio en escuelas públicas, que es de lo que tenemos que hablar. Si en España solamente hubiese tiendas de Chanel, tendríamos un problema para vestirnos, pero hay tiendas populares. ¿Qué sentido tiene hablar de si en una escuela privada en la que se paga equis dinero al mes hay más o menos niños? El Estado tiene que garantizarme que yo tenga una plaza en escuela pública. 

Pero si hablamos de la educación infantil de 0 a 3 años, hay muy pocos centros públicos.

En ese caso, sí, depende muchísimo de la comunidad. Ahora estamos en un proceso en el que hay que adaptarse al medio. Lo que se está intentando hacer desde muchas regiones es intentar poder garantizar la escuela pública, al menos, a los peques de dos años. 

Uno de los ámbitos donde más destaca es en el estudio de la inteligencia emocional. ¿Cómo de importante es su desarrollo desde una edad temprana?

Una persona se desarrolla de manera integral desde el momento en que es concebida, prácticamente, no en Primaria o en Secundaria. De hecho, el desarrollo es inversamente proporcional a la edad cronológica:cuanto más pequeñitos somos, más potencial de desarrollo hay en el sujeto. Y el desarrollo emocional está incluido aquí. Cuando haces un pastel, no hay un ingrediente más importante que otro,es un todo integrado que aporta un mayor rendimiento a la harina cuando se le añade la levadura en su tiempo justo. Y a las personas les pasa lo mismo: se desarrollan de manera integral. 

Entiendo, pues, que la emoción es una cualidad innata a la que hace falta un proceso eficiente de adaptación, ¿no?

Somos seres emocionales. Las emociones son respuestas adaptativas del ser humano para que exista la supervivencia. Lo dijo Darwin. A partir de aquí, si no trabajamos y entrenamos los afectos, tendremos personas rotas sin posibilidad de desarrollarse de manera plena.

Ahora se habla mucho de integrar la educación emocional en las escuelas.

Mi padre desarrolló su mundo emocional en la calle: vivió una posguerra, aprendió a fracasar, conoció la muerte desde cerca... Tuvo que aprender a vivir. Y sin embargo, mis hijas están metidas en burbujas de protección desde las que no pueden aprender a vivir. Por eso está de moda introducir los programas de educación emocional dentro de la escuela. La escuela siempre debe estar pensada para poder provocar lo que no se da de manera natural.