Entrevista | Rudi Protrudi Cantante y guitarra

The Fuzztones: "Sigo cabreado. Todavía soy la clase de tío que no llevarías a casa de tu mamá"

La legendaria banda de garage rock neoyorquina es una de las grandes bazas de la actual edición del Microsonidos, y esta noche, por fin, vuelven a GBC capitaneados por su carismático líder y teloneados por FernanDeads

The Fuzztones, con Rudi Protrudi en segundo lugar (empezando por la izquierda).

The Fuzztones, con Rudi Protrudi en segundo lugar (empezando por la izquierda). / L. O.

The Fuzztones, leyenda del garage rock, regresan a Murcia a merced de Microsonidos. El nombre del grupo, fundado en Nueva York por Rudi Protrudi –cantante, guitarrista, compositor, líder y único miembro estable de la banda–, deriva de Fuzz Tone, marca de un pedal de efectos de guitarra cuyo sonido popularizó el éxito (I can’t get no) Satisfaction, de The Rolling Stones.

Protrudi, auténtico huracán escénico, comenzó su carrera en 1980 tocando en Tina Peel, un grupo de pop bubblegum pasado por la turmix del punk-rock, pero, amante del garage y el rock psicodélico, pronto se fijó en los Troggs y los Sonics para entrar en el garage-rock. Cambio de rumbo y cambio de nombre. El primer single de los Fuzztones, Bad news travels fast (1984), fue un trallazo, y el primer LP, Lysergic emanations (1985), les llevó a encabezar internacionalmente el género garagero. Son referencia de grupos como The Hives y The Horrors. Protrudi además le da a la psicodelia, el surf, el bubblegum, el beat y el rock and roll, y también al cine de serie B y los cómics.

The Fuzztones están de gira –aquí les acompañan FernanDeads, banda murciana entre el pop, el rock, el garage y el indie-punk–: buena ocasión para charlar con Rudi Protrudi, que mantiene su habitual socarronería y su incombustible actitud.

Estáis celebrando vuestro cuarenta y tres aniversario. ¿Qué se siente?

Como si fuera ayer. Siempre he tenido la impresión de que los Fuzztones eran mi vocación, y esperaba que la banda durara todo este tiempo, incluso más. Aunque hayamos pasado por tantas formaciones, siempre intenté que siguiera adelante, y todavía lo hago. No le veo el final hasta que me muera en el escenario.

Hace cuatro décadas del lanzamiento de vuestro apreciado single Bad news travels fast. ¿Cómo salió la canción? ¿El mensaje prevalece?

En estos tiempos de corrección política e ideología woke, creo que probablemente hoy mejor que nunca. Además, yo sigo cabreado; todavía soy la clase de tío que no llevarías a casa de tu mamá. 

Esa fue nuestra segunda o tercera canción original, y la compuse con Michael Chandler (de The Outta Place, y luego en The Raunch Hands), un letrista muy talentoso. Yo solo tenía el título, porque es un refrán en los Estados Unidos. Me inspiran los refranes para los títulos; tenemos algunos más, como Actions speak louder than words. Hay unas cuantas canciones que he compuesto así, pero es que a veces una canción se escribe sola: si tienes un gran título, te inspira sobre de qué tiene que ir la letra. Y, en este caso, fue un poco así: imaginé que la letra que él tenía en mente correspondía a una canción poderosa, como mi enfoque musical, así que los combinamos y resultó genial, y desde entonces hicimos nuestro trato Jagger-Richards y nos convertimos en un equipo compositor para unos ocho temas más.

¿Lleváis The Fuzztones una vida intensa desde entonces, o se ha moderado con el tiempo?

[Ríe] Intensa, sí, muy intensa; todavía lo es. Creo que es quizás lo que me mantiene joven: no puedo sentarme en una mecedora cuando tengo la posibilidad de salir al mundo y tocar rock and roll. Tengo mucha suerte: me mola mucho tener todavía con 71 años una banda joven y fans que quieren verme; esto hace que siga queriendo tocar y girar por todo el mundo.

¿A las nuevas generaciones les interesan The Fuzztones?

Sí. Es extraño. Muchas de las llamadas ‘bandas de garage revival’ solo parecen atraer a los revivalistas del garage. No voy a dar nombres, pero si fuera a ver a una banda de garage revival, vería a la mayoría de los tíos del público con cortes de pelo a tazón y camisas de paramecios, y chicas con minifaldas haciéndose las guays. Eso está muy bien, pero The Fuzztones parecen atraer a todo el mundo. Si vas a un concierto de The Fuzztones –y siempre ha sido así– podrías ver un punk al lado de uno que le da al skateboard, a un rude boy al lado de un hard-rocker, a un chico negro, a un asiático, a una china, a alguien de 80 años y alguien de 8. En la última gira, un tipo trajo a su hija de 6 años; es una gran fan de The Fuzztones. No sé por qué, pero The Fuzztones gustan a todos. Tengo que pensar que es porque hacemos buena música. El sonido duro mola, pero también tiene melodía, letras interesantes y creo que todos somos muy guapos. ¡Somos sexys!

¿Qué recuerdas de cuando surgió Lysergic emanations? ¿Has experimentado con psicotrópicos? ¿Qué impacto tuvieron en vuestra creación musical?

Todos consumíamos tripis. ¡El impacto fue lo que se escucha! No pienses que se pueden escribir estas mierdas, canciones como Lysergic emanations o especialmente Braindrops, o Salt for zombies, sin usar sustancias químicas; quiero decir: venga, la formación de Lysergic y la de Braindrops iba bastante de alucinógenos, es evidente. Pero, desde entonces, no tanto. Hubo un ensayo en los primeros tiempos (‘83, ‘84), justo después de que entraran en la banda Michael Jay y Elan –con Michael Philips todavía era el batería– en el que tomamos ácido, y empezamos a improvisar y a inventar canciones mientras íbamos superpuestos. Además, grabamos aquello y recientemente encontré las cintas y las remastericé, porque solo estaban en cassette, y las subí a nuestro Bandcamp. Se llama Tripping with The Fuzztones, y mola. De hecho, estamos ahora mismo naciendo un documental y usé un poco como música de fondo.

¿Hay diferencias entre vuestros conciertos de antes y los de ahora? ¿La emoción es la misma?

[Ríe] Es la misma. Quizás no puedo hacer tantas cosas porque soy viejo, pero la emoción es absolutamente la misma. Es la música la que me toca a mí; realmente no pienso en ella. Cuando tenemos una buena noche, la banda me impulsa, voy donde la música me lleva, donde sea. Si el público es bueno, nos motiva para tocar, para comportarnos... de cierta manera. El público es gran parte de un concierto de The Fuzztones. Me gusta pensar que el público también son fuzztones. Todos somos un gran cable de fuzz, y nos retroalimentamos. Creo que eso es lo que hace a The Fuzztones una banda única, y a un concierto de The Fuzztones una experiencia única, porque el público es bastante responsable de nosotros, y nosotros de ellos. Es un toma y daca, y muy intenso a veces.

¿Puedes avanzar algo del nuevo documental, que estará listo para el verano?

Es sobre el legado de The Fuzztones. Repasa todas las formaciones desde el principio. Todos estamos representados, algunos más que otros, dependiendo de sus contribuciones y de cuánto tiempo estuvieron en la banda. Imagínate, veintisiete miembros o más, ni idea; muchos. Creo que pasamos por diecisiete formaciones en cuarenta y tres años. 

 ¿Habrá nuevo álbum de The Fuzztones?

Pues estoy haciendo un álbum en solitario ahora, que espero que salga después de la película. Es mi primer álbum de garage. He hecho álbumes de country, blues y folk, pero durante el confinamiento, como no tenía absolutamente nada que hacer, empecé a componer mucho material, y tenía suficiente para un álbum en solitario. Como no tenía músicos con los que tocar, empecé a grabar un álbum en solitario, así que somos Marko y yo. Marko toca la batería y yo todo lo demás, y hago todas las voces y compuse todas las canciones. Después de eso probablemente habrá otro álbum de The Fuzztones. Si no hacemos uno con material nuevo, sí que habrá uno con la banda sonora del documental. Ya lo hemos hablado, y supongo que gran parte será regrabado. No me limitaré a usar el material antiguo. Serán las canciones clásicas, pero algunas serán versiones nuevas, para tener algo que la gente no haya escuchado. Probablemente una combinación de las dos cosas.

¿Qué caracteriza vuestra filosofía musical?

Drogas, paz, dioses mágicos, troncos de árboles y orgías… Mi filosofía musical es que el rock and roll es mi religión. Me obsesioné cuando tenía 12 años y nunca he parado. Tengo canciones sonando en mi cabeza todo el tiempo; estoy totalmente obsesionado con el rock and roll, no podría dejarlo aunque quisiera. Es como un yonki con la heroína. Es lo más importante en mi vida.

¿Qué echas en falta de la música del pasado? ¿Cuáles son tus miedos y esperanzas para el futuro de la música?

Con eso ya claudiqué hace mucho tiempo; ya no queda música en ninguna parte... La mierda que sacan hoy no sé ni siquiera cómo llamarla, pero ni de coña eso es música. El rap existe desde hace cuarenta años ya. Cuando oí rap por primera vez, pensé: «Tío, esto es una mierda, va a estar de moda dos meses», pero lleva ya cuatro décadas. El techno…, personalmente no puedo imaginar cómo nadie incluso colocado podría oír un bombo así, ¡bum, bum, bum!, y no querer suicidarse. El pop es otra mierda: estas chicas cantantes con sus bailarines en el escenario y toda esa mierda, fingiendo cantar (porque están haciendo rutinas de baile)... No puedes decirme que están cantando en directo, porque nunca les falta el aliento. Todo es una mierda, y falso, porque la gente ya no está expuesta a música real, porque no la ven o la escuchan en televisión o en la radio;solo escuchan esta basura moderna. No saben lo que se pierden... Y la razón de que los Fuzztones tengan un grupo de fans de edades muy variadas es porque los fans de más edad traen a sus hijos, y a sus hijos realmente les encanta nuestra música porque nunca han escuchado música real. Chicos de 18 dicen cosas como: «Oh, me encantan The Fuzztones». Así que traed a vuestros hijos, ¿vale? Y también me gustaría decir que si tienes un tatuaje de los Fuzztones, tienes entrada libre de por vida a cualquiera de nuestros conciertos si lo enseñas en la puerta, y eso durará hasta que me muera. Por eso, ven, trae a tus hijos, tatúa a tus hijos, a tu mujer, a tu padre, a tu madre, y ven gratis a un concierto de los Fuzztones.

FICHA

Fecha: Hoy, 21.00 horas.

Lugar: Garaje Beat Club, Murcia.

Precio: 20/23 euros.