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Oriol Jolonch brilla en la muestra del Premio de Fotografía de la UMU

El catalán se ha hecho con el primer premio en la última edición del certamen, cuyas obras más destacadas se exhiben en Los Molinos del Río

El barcelonés aporta otras cuatro piezas a la muestra

Borja Morgado, José Carlos  Bernabéu y Oriol Jolonch.

Borja Morgado, José Carlos Bernabéu y Oriol Jolonch. / Juan Carlos Caval

L. O.

Recuerda el alcalde José Ballesta que, para hacer una buena fotografía, «es necesario la luz». Y Murcia es, como apuntaba el poeta Jorge Guillén, «el único lugar del mundo donde se puede respirar la luz». Por eso no es de extrañar a la vigésimo segunda edición del Premio de Fotografía de la Universidad de Murcia se hayan presentando más de trescientas imágenes, muchas de ellas realizadas en y por autores de la Región. Podemos aventurarnos a decir, por tanto, que no ha debido tenerlo fácil el jurado –presidido por José Luján, rector de la UMU– para seleccionar al ganador del certamen; tampoco a las menciones honoríficas ni al resto de obras escogidas para completar la muestra que este jueves se inauguró en la Sala Caballerizas de Los Molinos del Río.

Por supuesto, casi todas las miradas se dirigieron –y se dirigirán hasta el próximo 2 de marzo, fecha en la que se clausurará la exposición– a la obra de Oriol Jolonch, El jardín de las jirafas mutantes. El artista barcelonés cuenta con una dilatada trayectoria en el mundo del diseño y la fotografía y se ha hecho con el primer premio del concurso gracias a una imagen modificada digitalmente y que responde sin ambages al estilo de su autor: escenas oníricas, casi surrealistas, en tonos sepias y profundamente reflexivas.

‘El jardín de las jirafas mutantes’.

‘El jardín de las jirafas mutantes’. / oriol jolonch

Tras la suya, destacan las creaciones de los cuatro artistas que han recibido menciones honoríficas por parte de un jurado en el que, además de Luján, figuran los profesores de Bellas Artes Fernando Vázquez y Francisco Caballero; el codirector del estudio La Cámara Roja, David de Flores; el coleccionista de arte Avelino Marín, y la galerista María Ángeles Sánchez Rigal, de Art Nueve, además de Carmen Veas, del Servicio de Cultura de la UMU, que ha ejercido como secretaria. En concreto, han reconocido especialmente el trabajo de José Carlos Bernabéu, con su serie El aseo; el de Antonio Pérez, Mirándo-nos. Uniendo pretéritos (arqueología de una memoria compartida), casi un ensayo que enfrenta viejas fotografías con otras más actuales; los fríos paisajes de Borja Morgado, alias ‘Veinte’, en RN 14-1.850.000 pasos, y el díptico Hubo una vez un refugio, de Celeste Moncada.

La exposición la completan Benidorm, a pesar de todo, de Raquel Agea; Salar, de Javier Arcenillas; Dior et les Champs Elysées, de Antonio Atanasio; Y nos encontraremos en nuestros sueños y Por encima de la niebla, de Carlos Bravo; Cabeza de globo y Belgrado oscuro, de Xavier Ferrer; Texturas del tiempo, de Julia G. Liébana, y Vuelo y Trepando, de Enrique Izquierdo. También la serie Las cenizas del mundo, de Rocío Kunst; Cocina tenebrista, de Amaia Marcos; Oda a la forma, de Masantosleira (Miguel Ángel Santos); Y, sin embargo, nadie busca un libro, de Malena Rosa; la obras Azul y blanco y Pendiente de un hilo, de la colección At the border, de Pertenero (Juan Jesús Peñalver); Roadtrip por el sur, de Sergio Sánchez; Nación, de Sara Temes; las dos obras de American Garden de Andrea Vélez, y la serie AFAL y el humanismo, de Yonosoylabaronesa (Carmen Cervera). Además, la muestra incluye otra pieza de Celeste Moncada, Alma como humo, y otras cuatro del propio Oriol Jolonch: Pájaros, Carrusel, Pastores y Oasis.