DANZA CRÍTICA

Sin ‘cascanueces’ no hay Navidad

Sin ‘cascanueces’ no hay Navidad

Sin ‘cascanueces’ no hay Navidad / Tania Herrero

Tania Herrero

Al igual que al escuchar a Mariah Carey y su All I want for christmas is you ya sabemos que la Navidad está a la vuelta de la esquina, cuando Clara y su cascanueces inundan la escena ya huele a Pascua. El pasado jueves, 21 de diciembre, en el Teatro Romea, pudimos disfrutar de una mágica versión coreografiada por Rodolfo Castellanos en la que se pudieron apreciar reminiscencias a Petipa y Balanchine, pero bajo un prisma adaptado al talento de los integrantes de este maravilloso proyecto.

Esta producción de PAR en Dansa (Proyecto de Alto Rendimiento en danza), incentivado por la Factoría Cultural de Tarrasa, nos muestra a unos jóvenes bailarines con edades comprendidas entre los 18 y los 23 años, que hicieron gala de una pantomima extraordinaria y una pulcritud técnica en la que cabe destacar la musicalidad con la que bailaron en total sincronía durante toda la obra.

En esta producción no solo hay que resaltar la labor coreográfica y la dirección artística minuciosa de Castellanos, sino también la factura del magnífico vestuario diseñado por Carles Solé, cuya elección cromática y de textura, junto a los decorados de Noemí Batllori, te transportaban ipso facto al universo del ballet. Así mismo, las cabezas gigantes de las ratas y del Cascanueces de Sergi Plana incentivaron esa magia creada a lo largo de la representación, amplificada por el magnífico diseño de luces.

En cuanto a las intérpretes, no solo habría que destacar la actuación de los papeles principales, interpretados por Íria Ramírez, Fernando Hurtado, Julen García, Victoria Casals, Elina Vostrikova y Antón López, sino la de Andrea Martínez, solista del Vals de las Flores y egresada del Conservatorio de Danza Teresa Souán de Murcia.

De esta misma institución participaron en el papel de niñas las jovencísimas estudiantes Nuria Arias Hernanz, Vega Carrasco Contreras, Carmen García Hernández, Cecilia Pérez Blanco, Sofía Rosique Martínez y Elvira Vilc Oñate, que, con apenas doce años, realizaron una actuación impecable dirigidas por Mónica Guerrero.

Un Cascanueces que, a priori, pudiéramos pensar que al ser realizado por preprofesionales pudiera adolecer de falta de calidad, sorprende al espectador gratamente por justo lo contrario, y prueba de ello fueron los aplausos con los que el público agasajó a los intérpretes durante y al finalizar la obra.

Una pieza y un proyecto merecedores de esa ovación, así que si tienen posibilidad no se pierdan la actuación de hoy en El Batel de Cartagena, merece la pena. En cuanto a los ayuntamientos, tomen también nota de esta maravillosa iniciativa, que perfectamente es trasladable a cualquier ciudad.