Música

Ginebras: "Sigue habiendo gente a la que le sorprende que hagamos nuestras propias canciones"

Magüi, Sandra, Raquel y Juls, el cuarteto revelación de la pandemia, acaban de sacar su segundo disco, ‘¿Quién es Billie Max?’ (2023), un disco mucho más maduro y, sobre todo, consciente, que el primero. Lo presentan este viernes en la Sala Mamba! de Murcia después de que su actuación original, prevista para el 20 de octubre, se cancelara a última hora

Manuel León | Vanana Records

Manuel León | Vanana Records

Apenas un día antes de que Ginebras tomaran el escenario de la Mamba!, la sala informaba de la cancelación del concierto en Murcia de las madrileñas «por problemas logísticos surgidos a última hora». Lo único positivo de aquel anuncio era que, al tiempo que se rompía la ilusión de un buen puñado de seguidores que esperaban con ansias la actuación de Magüi (guitarra rítmica y voz principal), Sandra (guitarra solista y segundas voces), Raquel (bajo) y Juls (batería), la organización ponía fecha a su inminente regreso. Era 19 de octubre, y la reprogramación centraba el foco sobre el 1 de diciembre; o, lo que es lo mismo, este viernes. Así que, tras algunas semanas de tensa espera, el concierto ya está a la vuelta de la esquina. Pasado mañana, el cuarteto llevará al directo en el local de Atalayas las canciones de su segundo disco, ¿Quién es Billie Max? (Vanana Records, 2023), el de su consolidación, con el que girarán hasta abril del año que viene inmersas en una fiesta sin fin. Porque en este álbum no hay espacio para la bajona; todo son colores vivos, luces, ansiedad, locura, desenfreno... Y, aún así, y aunque aquel debut pandémico ya queda algo lejano –después de reventarlo con su primer elepé, Ya dormiré cuando me muera, de 2020, y pisar incluso las tablas del WiZink Center–, ellas mantienen la emoción, los nervios y el entusiasmo de la primera vez. Magüi nos lo cuenta.

¿No hay espacio para la bajona en vuestros discos, Magüi?

Se podría decir que, cuando nos sentamos a escribir y nos imaginamos tocando encima de un escenario, no nos sale lo triste, porque aún cuando hablamos de temas serios sigue habiendo ese buen rollo detrás y ese aire despreocupado. No sabemos si siempre será así, pero, y aunque en nuestras vidas sí que hay bajones (obviamente), por ahora nos sale enfocar de manera positiva cualquier tema.

¿Qué buscabais con Billie Max? ¿Es un personaje imaginario o tiene parte de real?

Lo de Billie Max fue surgiendo poco a poco. Al principio ni siquiera era el nombre de la canción, pero fue tomando protagonismo hasta parecernos el hilo conductor perfecto para el disco. No es nadie y es todas a la vez, no existe pero sí, es esa conjunción de las cuatro que solo nosotras podemos entender al 100%, pero con quien mucha gente está consiguiendo conectar.

¿De qué temas os habéis ocupado en este segundo álbum?

Hablamos de fiesta, de rabia y de salud mental. Estos son los tres pilares fundamentales del disco, y han estado muy presentes en nuestras vidas mientras se ha ido cocinando el álbum. A nosotras nos encanta compartir la felicidad y celebrar las cosas; cualquier excusa nos vale para juntarnos con nuestras amigas a pasarlo bien. Pero a la vez, durante este tiempo hemos madurado y hemos vivido cosas que han afectado a nuestra estabilidad mental y a la de la gente a la que queremos, por eso también nos parecía importante hablar de ello.

«Hablamos de fiesta, de rabia y de salud mental. Estos son los pilares fundamentales de este disco»

undefined

¿Creéis que se hacen necesarias canciones que reivindiquen el feminismo o la lucha del colectivo LGTBI en un momento de auge de la extrema derecha como ahora?

A nosotras la reivindicación nos sale sola. Es decir, desgraciadamente, hoy cuatro tías que se suben a un escenario a cantarle a chicos y chicas es reivindicativo por sí mismo. Pero obvio que sigue siendo necesario, y a veces nos creemos que la sociedad siempre va a avanzar a mejor, a mayor tolerancia, pero está claro que no es así, por eso ahora es más necesario que nunca, para no dar pasos atrás. Sabemos que tenemos un altavoz que usar.

Un grupo de chicas, ¿todavía sorprende?

Durante los cuatro años que llevamos... esto ha cambiado mucho, pero sí, sigue habiendo gente a la que le sorprende. Y no solo que seamos chicas, sino que hagamos nuestras propias canciones. Pero cada vez son menos ellos y somos más nosotras, las chicas tocando. Aunque aún queda mucho por hacer... Lo que nos gusta a nosotras de ser un grupo de chicas es que muchas niñas se nos acercan a decirnos que tocan un instrumento, y ahí es cuando nos sentimos muy orgullosas de darles los referentes que no tuvimos nosotras de pequeñas.

Vuestra vida ha dado un giro estos últimos años. ¿Os preguntáis por lo que os está pasando? ¿Cómo lo lleváis?

Ha dado un giro, pero no tan grande como algunos se piensan. Cuando, antes de que pasase todo esto, cada una nos imaginábamos cómo sería la vida de alguien que toca en un grupo y a quien le van a ver miles de personas, eso que se nos venía a la cabeza era muy distinto a lo que hoy es nuestra realidad. Porque seguimos siendo las mismas personas que éramos hace cuatro años. Pero nos sentimos superafortunadas de poder estar viviendo nuestro sueño, que es alucinante; de poder vivir de nuestra pasión, que es algo que muy poca gente consigue. Siempre decimos que hemos tenido mucha suerte, pero tampoco hay que quitarse mérito, porque también hay muchísimo trabajo detrás y muchas decisiones bien tomadas.

¿Es más difícil compartir la tristeza que la alegría?

Para nosotras, sí. Nos sale menos natural. Aunque en el seno de la banda hablamos muchísimo también de esas otras emociones, ¿eh? Pero es verdad que cuando nos imaginamos subidas al escenario y cantando nuestras canciones nos imaginamos más compartiendo la felicidad, aunque sea hablando de temas más serios. Al final, vemos la tristeza como algo más íntimo, y más difícil de compartir entre las cuatro. Quiero decir: es mucho más difícil de aunar el sentimiento de cuatro personas distintas en una canción cuando este es negativo que cunado es positivo, porque somos muy distintas en nuestra manera de vivir esos bajones.

«Seguimos siendo las mismas personas que hace cuatro años. Pero nos sentimos súper afortunadas»

undefined

¿Qué cambios habéis introducido en este último disco?

Lleva mucha más preparación, y mucha más consciencia sobre todo. El primero fue un disco hecho sin experiencia, y este ya tiene un poquito más de eso. Digamos que teníamos las cosas más claras y sabíamos que queríamos subir un escalón musical –algo que, creemos, hemos conseguido– e introducir nuevos sonidos, como sintetizadores, o nuevos estilos, como la balada.

¿Cómo surgió lo de componer Ansiedad?

Iba a acabar pasando en cualquier momento porque es algo que está a la orden del día y todas la sufrimos. Teníamos una amiga que estaba pasando por un muy mal momento, con mucha ansiedad, y pensamos que lo que mejor podíamos hacerle era una canción para intentar animarla. Al final nos ha acabado salvando a nosotras.

¿Este disco tiene mucho de vosotras?

Sí, porque nos hemos querido implicar mucho más en el proceso que con el primero. Hemos sido más conscientes de la producción, y también teníamos claras las cosas que queríamos tratar, así que ha sido una experiencia increíble.

¿Qué significó que grabara Dani Martín en vuestro disco? ¿Cómo surgió? ¿Cómo fue trabajar con él?

Pues un sueño. Él un día nos escribió diciendo que era muy fan, y desde ahí hemos tenido contacto, y nos aventuramos a proponerle una canción aun sabiendo que no era fácil. Pero no lo dudó ni un segundo, y nosotras no podemos estar más felices de haber conocido a uno de nuestros ídolos, que ha resultado ser además una persona maravillosa.

¿Cómo fue lo de grabar Gracias por venir en Abbey Road? Debió de ser una experiencia memorable.

Fue otro sueño; realmente uno que jamás imaginamos ni soñamos. Entrar ahí hace que te recorra algo por todo el cuerpo, una sensación espectacular, como si la historia de la música estuviera ahí dentro. Fue sin duda lo más fuerte que nos ha pasado.

¿Os queda algún sueño que todavía parezca imposible de alcanzar?

Ya no nos parece imposible nada, así que nos dedicamos a soñar a lo grande. Ahora estamos focalizadas en sacar nuestra música de España, ir a Latinoamérica e intentar girar por allí; nos encantaría.

¿Cuál ha sido el cambio más importante que habéis experimentado en vuestra vida a partir del éxito de vuestro primer disco?

El cambio principal podría ser haber dejado los trabajos de oficina para apostarlo todo por la música. Es algo que al principio da miedo, pero que sienta muy bien cuando te das cuenta de que puedes vivir de lo que más te gusta. Eso y no poder ir a los festivales como íbamos antes…

¿La industria os está tratando bien?

La industria nos trata genial, y nosotras a ella. Creo que somos artistas muy queridas por la escena: nos llevamos bien con todo el mundo y nos encanta conocer, hablar, debatir... Evidentemente hay cosas que mejorar, pero estamos orgullosas de la escena que hay.

En los inicios os gustaba lo del ‘tontirrock’. ¿Qué tal lleváis ahora que digan que sois mainstream, como si fuera un defecto?

Aún sorprende que se haga esta pregunta con una connotación negativa. ¿Qué es ser mainstream? ¿Llegar a la mayor gente posible? Pues entonces todo el mundo quiere serlo. Hacemos música y ya está.

¿Cómo afrontáis la gira?

Con muchas ganas. Las salas y los festivales son muy diferentes, ambos tienen cosas increíbles. Así que con muchas ganas de sentir el calor de la gente más fan en las salas.