Crítica

El alma de la danza levanta al público de sus butacas

El Ballet Español de Murcia de las hermanas Carmen y Matilde Rubio estrenó el pasado jueves en Murcia su última producción

Un momento de ‘Alma y compás’.

Un momento de ‘Alma y compás’. / L. O.

Tania Herrero

Afrontar un nuevo proyecto siempre es una tarea ardua, a la par que ilusionante, aunque lleves desde 1985 de forma ininterrumpida creando y dirigiendo hasta firmar un total de veinticinco producciones. En esta ocasión, la compañía de Carmen y Matilde Rubio, el Ballet Español de Murcia, deleitó el pasado jueves al público del Teatro Circo de Murcia con su última obra, estrenada en la primavera pasada en Francia.

Alma y compás es un espectáculo donde estos dos conceptos, a través del movimiento y la danza, y acompañados por la música, entran en una puja por saber quién es más importante, para terminar en una simbiosis perfecta, puesto que el uno sin el otro no es nada.

Por medio de una alegoría entre dos bandas diferenciadas por colores –negro para el ritmo y beige para el alma–, con movimientos secos y cortantes para los primeros, y fluidos y orgánicos para los segundos, se organiza toda la obra coreográfica, a través de la consecución de escenas creadas por Matilde Rubio, utilizando un amplio abanico de movimientos pertenecientes a la danza española, al flamenco, al folclore y la danza contemporánea, sosteniéndose en un amplio y magnífico vestuario, y en unas audiovisuales un tanto sicodélicas.

La música es otro elemento inspirador que acompaña al movimiento y a la evolución de éste, creada exclusivamente para la obra por Óscar Gallardo, Francisco Tornero y Juanfran Carrillo, e interpretada por sus creadores junto con Irene Carrión, Miguel Orengo, Curro Piñana y Alejandro Villaescusa de forma impecable.

Otro de los elementos fundamentales para la creación de una obra de danza de este calibre es el elenco de bailarines que hay sobre las tablas. Nacidos en las aulas del Conservatorio Teresa Souan de Murcia y madurados bajo la tutela de Carmen y Matilde Rubio, así como en los escenarios de medio mundo, los artistas de este ballet poseen y demuestran una técnica increíble durante todo el espectáculo, destacando las figuras de Mery Martínez, Irene Ballester, Cristina Martínez, Amor Cánovas, Ángel NavarroJosé Cánovas y Belén Gómez por tener papeles protagonistas, así como la prestancia de Antonio Gallego y el resto del elenco, conformado por Agustín Pagán, Isis Sangoquiza, Alejandro Mármol y Alejandro Vidal.

Matilde Rubio se adentra con esta obra en una dicotomía sobre el alma y la necesidad de que ésta exista en relación con la danza y para la danza, porque por mucho ritmo, por mucho compás, sin ese ‘algo’, sin ese sentir, el movimiento estaría vacío, relleno de algo robótico y frío que no haría vibrar al público como lo hizo el pasado jueves en las butacas del Teatro Circo.

En definitiva, una obra redonda y que en su puesta en escena en Murcia solo contó con un pequeño fallo técnico que no nos dejó disfrutar al completo de lo que la voz en off quería contarnos. Aún así, una delicia ver el talento murciano sobre un escenario tan emblemático como es el del TCM en la segunda sesión dedica a la danza en esta temporada.