Entrevista | Manuel Luna Antropólogo y músico

"Mi territorio son todos los lugares en los que he aprendido"

El intérprete Manuel Luna.   | SUREFOLK

El intérprete Manuel Luna. | SUREFOLK / Enrique Soler

Enrique Soler

Esta noche baja el telón del ciclo ‘A la luna de Barranda’, y será con el antropólogo, músico, e intérprete Manuel Luna. Nos presentará Viajes sonoros, un recorrido selectivo por las distintas experiencias vividas hasta ahora con la música de raíz, y habrá guiños a la nueva línea de la Cuadrilla Maquilera.

¿Qué nos ha preparado para esta noche en Barranda?

Tenemos un repertorio con un grupo bastante contundente, con dos puntas muy importantes, como José Antonio Aarnoutse con las guitarras, y también nos acompañarán Alejandro con las percusiones, Pablo con el contrabajo y yo con la voz. Haremos un repertorio de música de raíz a nuestro estilo.

¿Qué guiños encontraremos esta noche?

Nos vamos a centrar en lo que va a ser la nueva línea de la Cuadrilla Maquilera, la banda sureña con la que trabajo estos sonidos. Los ritmos del norte los guardo con otro grupo, tengo esa ductilidad. Nos centramos en esta línea, ya que tengo como objetivo para febrero sacar disco nuevo. Haremos un guiño bastante intenso a las cosas de por aquí, espero sorprender al público con los arreglos que haremos, nos vamos a despeinar de una vez por todas.

Adelántenos lo que va a ser ese nuevo trabajo.

Por poner un ejemplo de lo que puede tener este disco, además de cosas del cancionero tradicional, vamos a preparar música para baile bastante clara, no será con la estructura del rock y del pop en los comportamientos escénicos de bajo, batería y acompañamientos. Vamos a trabajar con las músicas electrónicas, que ahora están de moda. El reggaetón nos lo han metido por todos lados y nos tenemos que defender con los productos propios. Haremos una selección de parrandas con programaciones digitales y sonidos fuertes, a ver cómo lo recibe la gente.

¿Cómo nació Viajes sonoros? ¿Es un disco autobiográfico?

Diríamos que es un disco raro, porque parece que siempre te debes a la Región donde trabajas el producto, y en la música tradicional los territorios son bastante importantes. De hecho, las bandas que ahora están pegando, como Tanxugueiras o Baiuca, utilizan un poco lo de su ámbito territorial, y esa cuestión matiza los repertorios. En el caso de Viajes sonoros, no puedo obviar que soy investigador de muchos años y que he trabajado en Andalucía oriental, en Murcia, en La Mancha o en Cantabria, además de estar mucho tiempo trabajando en Radio 3, así que tengo un conocimiento bastante amplio de lo que pasa en la música tradicional en España. Pensé en hacer un disco de todo ese material que he ido descubriendo con el paso de los años.

Hablaba de esos límites geográficos. Cuando hablamos de la música de raíz, ni son tan amplios, ni se limitan a los espacios geográficos.

Dentro de un cómputo general, de una estructura musical formal determinada, hay variaciones, y yo presento las mías. Por ejemplo, las parrandas que toco no son tradicionales, son creadas por mí. No tengo territorio: mi territorio es el que he aprendido de todos estos lugares, y tampoco me debo a una sola población. Comprendo que la cuadrilla de un pueblo, tiene que defender lo del pueblo, ese es su cometido. En el caso de la música profesional, hacemos nuestra propia selección. Ya pasó con las sevillanas, que comenzaron siendo seguidillas de una población y terminaron siendo repertorio de artistas profesionales. Es normal, y además nos provee de mucha sabiduría conocer esta tradición, saber cuándo tocas unas parrandas o unas pardicas que en el noroeste las pasan por fa sostenido y en la zona de Lorca por re menor, ese carácter lo entendemos. He vivido mucho tiempo con las cuadrillas y es lo que me ha quedado. Cuando hablamos de cuadrillas de ‘arrejuntaos’, que cada uno es de un sitio, y siempre digo que controlamos una cosa que es especial y emocionante: en Murcia la gente se junta y, cuando el que toca la melodía sale tocando, los demás le seguimos sin ningún problema. La gente se queda maravillada del conocimiento del ámbito territorial que hay aquí en Murcia, es tan grande que permite un fenómeno que ocurre en muy pocas músicas.

También es importante dejar constancia de todo ello, para que esa cultura no se pierda.

Este ámbito es el que más hemos trabajado. Ahora no hay intimidad etnográfica, porque está internet y la gente lo sube todo. Podemos ver todos los festivales subidos a las redes. Esta cuestión afecta a los derechos intelectuales y la propiedad de autor, y muchas multinacionales del mundo informático se aprovechn y roban miserablemente todos estos productos para venderlos en otros mercados, sin que lo sepamos siquiera.

Las nuevas tecnologías tienen su parte buena y otra no tanto.

Es un gran negocio, digamos las cosas como son. He encontrado discos míos que los están vendiendo en Alemania o en Japón y yo no controla la situación, no sé dónde está ese producto y meterse en un proceso judicial es una cuestión que aburre por la burocracia y los gastos que puede conllevar.

Viene a su segunda casa, porque ha participado muchos años en las actividades paralelas que se organizan con motivo de las Cuadrillas de Barranda.

Barranda es el paradigma, de alguna manera. Aquí se centró la operación de retoma de lo que habían sido las tradiciones, se creó un paradigma y empezamos a ver cómo la gente acudía al encuentro desde muchísimos puntos de la Región y provincias limítrofes, y todos se encontraban identificados en esa fiesta. Tienen un alto grado de valor representativo. En torno a esto podemos definir lo que ha sido el Sureste español, que existe aunque pertenezca a cinco provincias.