Murcian@s de dinamita

María Dueñas, la escritora de los diez millones de libros vendidos

María Dueñas. L.O.

María Dueñas. L.O. / Por PASCUAL VERA

Pascual Vera

Pascual Vera

Han pasado 14 años y podríamos decir que parece que fue ayer. O que ha pasado un siglo. María Dueñas tiene las cosas –las de la vida y las literarias– tan claras como las tenía ya entonces, cuando su primera novela se convirtió en un superventas que dejó perplejos a propios y extraños. Pero en el periplo existencial de esta escritora –entonces profesora de Filología Inglesa de la Universidad de Murcia– han ocurrido tantos acontecimientos, que se diría que serían necesarias varias vidas para poder albergarlos. No en el caso de esta escritora, que hace poco menos de una década y media no sabía que lo era, ni que atesoraba en su interior una de las virtudes más preciosas que puede tener un ser humano: la capacidad de contar historias que atrapen a los lectores, a miles, a millones de ellos.

Han transcurrido 14 años y parece que ha pasado una era y varios mundos, desde que aquella profesora se decidió a poner negro sobre blanco la historia que un día comenzó a rondar por su cabeza, ambientada en Tetuán, capital del Protectorado Español de Marruecos durante la Guerra Civil española.

Aquella profesora confiaba en el poder de su historia, y visitó editoriales y medios de comunicación. El Gabinete de prensa de la Universidad de Murcia fue uno de los primeros altavoces con que contó aquel libro cuyas tiradas, aún muy reducidas, empezaron pronto a multiplicarse. El resto es historia: uno de los mayores éxitos editoriales de los últimos tiempos en nuestro país, una versión televisiva que rompió récords de audiencia, y el comienzo de una carrera literaria que dura diez años y que está jalonada por otras tres novelas: Misión olvido (2012), La templanza (2015) Las hijas del capitán (2018) y Sira (2021).

Cuando El tiempo entre costuras alcanzó su primer año de vida y vendido 375.000 ejemplares, la presión se le antojó insostenible: docencia, presentaciones, entrevistas, visitas a ferias del libro… Fue el momento de pedir una excedencia momentánea –que acabaría transformándose en definitiva– a la Universidad de Murcia y celebrarlo con sus amigos y compañeros en la facultad de Letras, de los que se despidió con un «hasta la vista», que acabó, indefectiblemente, convirtiéndose en un adiós. Los libros, su pasión por la escritura, y una cohorte de admiradores que comenzaron a seguirla, tuvieron la culpa.

Cinco millones de ejemplares vendidos hasta la fecha la encaramaron a lo más alto, una cifra mareante e inesperada, muy alejada de aquellas primeras ediciones que apenas llegaban a 3.500 ejemplares, aunque para la escritora, la alegría más grande siempre provino de la excelente acogida que tuvo entre unos lectores que se convirtieron en los mejores embajadores de las excelencias de la novela.