Murcian@s de dinamita

Diego Vera, el hombre de papel

Diego Vera.

Diego Vera. / Pascual Vera

Pascual Vera

Pascual Vera

Diego Vera Fernández siempre quiso ser periodista. Ni siquiera había terminado bachillerato en el instituto Alfonso X el Sabio, cuando acudía a la vieja barbería de la carretera de El Palmar, cercana a su casa, a leer el periódico. Allí leía aquellos diarios tamaño sábana que existían a comienzos de los sesenta. Comenzaba así una costumbre que se desarrollaría durante los siguientes 55 años, aunque aquel Diego Vera que transitaba en pantalón corto por los caminos y las acequias de su entorno en lo que luego sería Ronda Sur, aun no lo sabía: echarse a la vista todos los diarios de la región y los nacionales.

Aquel chaval soñaba entonces con escribir algún día en aquellos papeles repletos de noticias y de informaciones de todo cuanto ocurría en Murcia y en otros lugares del mundo. Su única opción para conseguirlo, según él entendía, era enviar cartas al director. Sobre el tema que fuera. El caso era lograr ver publicado su escrito. Y en cualquier diario. Sin preferencias.

Y Diego se atrevió a hacerle llegar al director de aquel diario una solicitud para colaborar en la publicación. Inmediatamente fue admitido en el periódico, encargándosele uno de los temas que ha venido desarrollando ininterrumpidamente desde 1966: tribunales. Y Diego se convertiría, sin haberlo premeditado, en alguien tan asiduo en el Palacio de la Justicia, como Temis, la dama de la justicia que preside la audiencia con una balanza en una mano y una espada en la otra.

En el año 1972, Diego tuvo conocimiento de que en la Universidad Complutense había comenzado la carrera de su vocación: Ciencias de la Información, por lo que se matriculó en ella al año siguiente, siendo pues titulado en la segunda promoción de estos estudios en España.

Pronto pasó a ocupar plaza de redactor en Línea, y más tarde de redactor jefe, hasta su cierre definitivo en 1983, acabando la vida de esta publicación, con él como director en funciones. Durante esos diez años, Diego hizo de todo en el periódico cada día: entrevistas, reportajes, obituarios, crónicas de sociedad… Y en todo ponía el tino, el rigor y la precisión que han caracterizado siempre sus escritos.

En 1984 Diego Vera aterrizó en la Universidad de Murcia. Con él, con su trabajo, con sus dosieres, sus recortes de prensa y sus escritos, llega realmente la prensa a la UMU. Desde entonces, con la paciencia de un orfebre y la dedicación de un eterno currante comienza a gestarse el archivo de prensa que la UMU nunca había tenido. Y el centro comenzó a tener memoria escrita de todo lo acontecido desde entonces.

Al cabo de los años, estudió Derecho, su segunda carrera, y poco después Geografía e Historia, más tarde Historia del Arte, y, por último, Ciencias Políticas y de la Administración, «pero todas las hice como ampliación de periodismo», precisa como quien ha ido a hacer un recado a la tienda de la esquina. Aunque le faltó Medicina, su espinita clavada.