Murcian@s de dinamita

José Semitiel Segura, el artista que domina la técnica y las esencias

José Semitiel Segura.  | ANA MARTÍN

José Semitiel Segura. | ANA MARTÍN / Por PASCUAL VERA

Pascual Vera

Pascual Vera

Un artista, ¿lo es porque domina la técnica y es capaz de convertir en sensible imagen lo que para el resto no es más que un anodino trozo de realidad?, ¿o más bien porque es capaz de vislumbrar la esencia de objetos e ideas, adentrándose en lo esencial mucho más allá que sus coetáneos?

Posee sin duda Semitiel Segura ambas cualidades: el poder de los auténticos creadores y la sensibilidad de los artistas de casta. Poder para trocar los materiales más toscos, prosaicos, pedestres e indúctiles y transformarlos en valiosos ingredientes con los que dotar a sus obras de sugestivas imágenes. Y una sensibilidad que le rezuma por todos los poros, convirtiéndole en avezado centinela de lo artístico, en un guardián de las imágenes que, indefectiblemente, Semitiel capta en los territorios más insospechados.

Lo que consigue Semitiel Segura con sus obras son representaciones que nos mueven a soñar, a fantasear, a evocar tiempos pretéritos y a elucubrar sobre el porvenir, a estar de acuerdo con el paisaje que nos rodea y con nosotros mismos.

Y lo hace con esa naturalidad que siempre ha demostrado, sin alharacas, con la humildad del objeto mismo que homenajea, convirtiéndolo en absoluto protagonista, con el trabajo bien hecho de los que no buscan demostrar su capacidad artística, ni su sabiduría, ni su estilo, ni su impronta. De los artistas que son capaces de lanzar a los ojos de todos facetas desconocidas, aspectos desconcertantes de nuestro propio mundo, de mirar su entorno con ojos de descubridor, confiriendo personalidad a todo lo que sale de sus pinceles.

¿Qué otro ser que no estuviera invadido, abducido, anegado por el arte, se hubiera atrevido a viajar con una maleta de tierra de Siena –¡Ah, Siena, la ciudad colgada del tiempo y del arte, la ciudad encaramada en una belleza que duele, que nos transporta, que nos embarga y que hiere– para, una vez en su ciezano hogar, en el refugio de nuestra Perla del Segura, convertirla en ese material de sueños sobre el que se sustentan sus obras?

Los artistas poseen algo de visionarios, de seres ad limitem, capaces de adentrarse en territorios incógnitos en el que los demás ni siquiera se aventurarían a imaginar. Los artistas son locos necesarios, elevadores de una ramplona realidad, seres de sensibilidad exacerbada. Tanto que sus singulares reacciones solo se justifican cuando la obra que las motivó llega a nuestros ojos. La locura del insólito viaje de Semitiel, maleta en ristre, cargado con la tierra de una ciudad de embriagadora belleza que exacerba nuestros sentidos, produciendo emociones, que es la auténtica profesión de los genuinos artistas. Y el único oficio que Semitiel conoce.