Música

Jazz San Javier: alma libre de prejuicios

La segunda noche del Festival Internacional de Jazz de San Javier se convirtió en una formidable mezcla de estilos que invitaban a bailar. El trío de Alfredo Rodríguez fue de la música afro-cubana al bolero, abriendo la noche para el quinteto de soul pop Mamas Gun

Lo que a priori podría pensarse como un programa menor terminó por convertirse en una sesión doble impecable. Con las actuaciones de Alfredo Rodríguez Trío, libre de prejuicios, y del quinteto británico Mamas Gun, liderado por el formidable cantante Andy Platts, el Jazz SanJavier nos regaló una agradable velada de lo más contrastada, en que las canciones y los recuerdos fluyeron bajo un buen ambiente.

El trío de Alfredo Rodríguez ofreció un magnífico concierto, en el que el piano llevó la música de raíces cubanas y el jazz a alturas inimaginables, deconstruyendo entre los tres melodías previamente expuestas. El batería Michael Olivera era el latido, con esa forma tan delicada de tocar la batería, casi acariciándola, compinchado con el bajista Yarel Hernández. Los tres sometían su virtuosismo al desarrollo de cada pieza, sin alardes fatuos. . Se trata probablemente de uno de los tríos más imaginativos del momento.

El público del Parque Almansa en la segunda noche del festival

El público del Parque Almansa en la segunda noche del festival / Loyola Pérez de Villegas

El genial pianista de La Habana destacó por su capacidad natural de integrar todos los géneros de la música tradicional, la clásica y la moderna, en perfecta sintonía con sus compañeros, pero además impactaba su habilidad improvisatoria, dejándose llevar por la pasión con un sonido propio por el que circula desde la música afro-cubana al bolero, el jazz o el funk. A veces saltaba de la banqueta y se salía del teclado, que parecía quedársele pequeño, y literalmente le rascaba las tripas.

Abrió El despertar merodeando alrededor de Dawn, una pieza de su álbum The little dream. En el clásico bolero de Consuelo Velázquez Bésame mucho resonaba Bill Evans, y Debussy nadaba en Yemayá con la diosa del mar. Apenas interpretaron unas pocas piezas más, con momentos fuertes y calmados, incorporando la sencillez del minimalismo melodioso -en la línea de Wim Mertens o la Penguin Café Orchestra- también en canciones populares (Ay, mama Inés, que llevó hacia el chachachá flexibilizando los tempos), o una divertida versión de Thriller de Michael Jackson a ritmo de timba cubana. Toda una lección de cómo llevar a terreno propio una composición ajena, manteniendo la sencillez e ingenuidad que forman parte de su esencia y construyendo a su alrededor un paisaje sonoro lleno de colores y matices deslumbrantes. Para el bis eligieron El manisero, añadiendo algunas notas de Guantanamera. La comenzó con una mano sobre las teclas y la otra rasgueando las cuerdas directamente, alternando las melodías.

El trío de Alfredo Rodríguez dejó huella y entusiasmó al público con un concierto sabroso y sofisticado.

De la cubanía al soul

De la cubanía de Alfredo Rodríguez, la velada giró hacia el soul-pop de Mamas Gun, la otra banda del formidable cantante y compositor Andy Platts, que el pasado año visitó Jazz San Javier con Young Gun Silver Fox.

El grupo, con sede en Londres, de nombre inspirado por el disco de Erykah Badu , presentó su ultimo disco, Cure The Jones, que suena a clásico contemporáneo del soul, a la vanguardia junto a los Dap Kings, Charles Bradley, Lee Fields o Mayer Hawthorne. En las canciones de Mamas Gun, redondas y adictivas, suenan los 70, el groove, la psicodelia, la música negra, Curtis Mayfield, Bill Withers (a quien se homenajea en Looking for Moses, compuesta el día en que murió), Marvin Gaye, Stevie Wonder (se percibe su fraseo en Friends to lovers), Sly & The Family Stone, incluso el nexo común quizás sea Hall & Oates; el ritmo invitaba a bailar. Los músicos, aunque algo estáticos, se conjuraban en clave de funk y jazz-fusión para levantar el ánimo, con un sonido fresco y sofisticado que nos fue conquistando poco a poco. Dave Oliver a los teclados recordaba a Mick Talbot de Style Council, y Andy Platts estuvo impecable como cantante, su voz lució un falsete ideal.

Volvieron a deslumbrar con el único bis, donde sonaron This is the day y Golden days. Dejaron una sensación de alegría y diversión, junto con una maestría musical excepcional. La magia de la música soul nunca desaparece.