Música

El garage de Shaman Shaman se hace con el CreaMurcia

Tras las actuaciones de los finalistas, la banda asturiana Desakato tomó el escenario con su gira de despedida

Pascual, bajista de Shaman Shaman, durante la final | LOLA LÓPEZ

Pascual, bajista de Shaman Shaman, durante la final | LOLA LÓPEZ / Lola lópez

Lola López

Lola López

Una vez más (concretamente, por trigésimo primera vez), el certamen CreaMurcia tiene nuevos ganadores en su categoría de pop-rock. Shaman Shaman fueron los vencedores en una noche protagonizada por el ruido del punk.

El trío murciano subía al escenario frente a una pantalla que disparaba secuencias fragmentadas de interferencias y código binario. Tras un grito de Pons, a la guitarra y las voces principales, se sucedieron con contundencia y solvencia un racimo de canciones cortas pero intensas.

La solidez del bajo de Pascual retumbó por la sala Mamba!, y la concentración de Alfredo a la batería hacía avanzar sin pausa los temas de un grupo que no era nuevo en el CreaMurcia (la final del certamen en 2021 ya fue testigo de su punk garagero de corte psicodélico), pero que la noche del viernes sonó con un acierto como nunca antes.

El segundo puesto cayó en manos de Martina Efedra, quinteto de capitanía argentina que tuvo la ardua tarea de romper el hielo actuando en primer lugar. Para hacerlo, tiraron de actitud: colorido, gafas de sol, canallismo y cartas del tarot que lanzaban al público de las primeras filas.

Quienes dejaron al público caldeado para Desakato, que coronaron la noche grande del certamen con su gira de despedida, fueron Ave Alcaparra, valedores del tercer puesto. Con apenas un EP publicado y un par de conciertos en su currículum, el frenético cuarteto saltó al escenario de la sala con el aplomo de quien confía en su directo.

El discurso desgarrado y visceral de Jorge Coy, culebreando sobre la atronadora base musical de Miguel (guitarra), Adrián (batería) y Álvaro (bajo) caló en los asistentes, atrapados por lo frenético de su actitud, 100% punk.

El CreaMurcia demostró el viernes, como cada año, que el amplio paraguas del pop-rock tiene combustible para rato en la capital.