Cuatro fechas en el Estadi Olímpic

Las fans de Coldplay que van a los 4 conciertos de Barcelona: "¿Y si el día que no voy pasa algo?"

La banda británica comienza este miércoles con el primero de sus cuatro conciertos que darán en la capital catalana y con los que consiguieron agotar más de 200.000 entradas el pasado agosto

Alba González y Alba Puchades, en un concierto de Coldplay en Bruselas en agosto del 2022.

Alba González y Alba Puchades, en un concierto de Coldplay en Bruselas en agosto del 2022. / CEDIDA

Ignasi Fortuny

Sí, hay (al menos) tres personas que van a ir a cada uno de los cuatro conciertos de Coldplay en Barcelona. ¿Basta con ser muy fan de la banda británica para poder decir eso? No. Tampoco basta con poder permitírtelo y costearte las entradas (no precisamente baratas) y, en el caso de algunas de ellas, el viaje. A eso hay que añadir el poder cuadrar agendas y ausentarse del trabajo unos días. Y, por último -y casi lo más complicado-, hacer las 'kilométricas' colas virtuales que se generaron cuando se anunciaron los conciertos de Coldplay en el Estadi Olímpic y llegar a comprar una entrada para cada día. "Fue complicado, la venta fue catastrófica, nos costó un montón", explican las tres protagonistas que cumplen todos los requisitos anteriormente mencionados.

Son Alba Puchades (valenciana de 29 años), Alba González (gallega residente en Madrid que cumple 25 el 28 de mayo, día del último de los cuatro 'shows') y Blanca Madorrán (valenciana de 26 años que vive en Barcelona). Las tres se conocieron años atrás a través de Twitter por la condición que las trae a esta página: ser fans de Coldplay. "En general, somos de las fans que nos matamos haciendo cola para verlo ahí delante", define Puchades, que explica que en esta ocasión se tomarán las cuatro rondas con más calma. Convivirán los cinco días en casa de Madorrán (el viernes el grupo no actúa). "Si tuviéramos que pagar el alojamiento de todos los días a lo mejor no nos lo podríamos permitir", expone González.

Chris Martin actuando en Coimbra (Portugal).

Chris Martin actuando en Coimbra (Portugal). / PAULO NOVAIS

La cosa se animó

Puchades explica que el plan inicial no era el de hacer el pleno, sino acudir a dos de los cuatro: "Pensábamos ir el jueves y, como sabíamos que anunciarían más, coger entradas también para el del sábado". Pero la cosa se fue enredando y animando sola. "Nos empezamos como a picar las unas a las otras", comenta entre risas Madorrán. "Y como vamos a estar todas en la misma casa... Si unas iban un día y las otras no, nos podíamos quedar colgadas y pensamos: '¿Y si en el concierto que no voy pasa cualquier cosa y me arrepiento de no haber ido?". Ellas, que gestionan la cuenta española de Twitter de fans de Coldplay, tienen constancia de seguidores del grupo británico que van a varios de los conciertos, pero no a todos.

Las tres jóvenes toparon con Coldplay durante la adolescencia y el grupo les marcó ya para siempre, cuentan. "Aunque parezcamos fans muy locas, en realidad yo no estoy toda mi vida escuchando Coldplay. Me puedo pasar meses sin esuchar una sola canción. Pero al final es una constante en mi vida y algo que me ha ayudado a encontrarme a mí misma", argumenta González. "No siento lo mismo con otros grupos. Y es porque me han acompañado en una época superdecisiva de mi vida, descubrí un montón de cosas a partir de descubrirles a ellos", añade.

Espectáculo 'premium'

Y la pregunta del millón: ¿Cuánto les ha costado? Alguna de ellas resopla antes de decir que no ha hecho los cálculos a propósito. Pero Puchades asiente: "Unos 650 euros". Eso son tres entradas de pista (95 euros + 12,50 de gastos de gestión) y un pase 'premium' llamado 'Higher Power Early Entry' (225 euros + 30 de gastos), que incluye, además de un paquete con, por ejemplo, una pulsera conmemorativa, la preferencia de acceso al estadio para asegurarse ver el concierto en primera fila. Si los números no cuadran es porque uno de los billetes generales lo compraron como 'platinium', es decir, afectados por el polémico sistema de los precios dinámicos. "Tuvimos que comprar más cara una entrada normal", protestan.

"Los precios han subido exageradamente en comparación al 2016. Y, al final, al fan que está ahí diariamente y que no quiere perderse esa experiencia en primer plano le obligas a gastarse más para poder estar ahí. Le sale que hay una entrada disponible, quiere ir, está deseperado, y la compra. Nos hemos encontardo casos de gente que ha comprado la entrada normal por el triple de su valor original", expone Puchades.

Llegan a los conciertos de Barcelona (todas con varias experiencias previas) pendientes del cielo y sin alergia a los 'spoilers', conociendo un 'setlist' casi inmóvil (en el que para ellas no pueden faltar 'Fix you', 'Viva la vida' y 'The scientist'). "No le quita el factor especial, verlo en una pantalla no se asemeja para nada a verlo ahí, es totalmente distinto", razonan. Las tres tienen claro que el precio pagado vale la pena y destacan el espectáculo como la clave del éxito para movilizar a más de 200.000 personas en Barcelona. "Es por la experiencia que ellos brindran. Hay muchos grupos de hombres que tu vas y ves a cuatro personas tocando y no te ofertan nada más. Coldplay, en cambio, han dicho: 'no podemos bailar como Beyoncé, pero podemos ofrecer algo más, que cada persona del estadio se sienta parte del concierto'".