La Sinfónica y el Coro Nacional, unidos por ‘La Novena’

La Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia (ÖSRM) regresa a la actividad este fin de semana con «uno de los grandes acontecimientos musicales de la temporada»: la interpretación de ‘La Novena’ de Beethoven; un programa que los músicos de Virginia Martínez no afrontarán solos, sino que sobre el escenario unirán fuerzas, por primera vez en su historia, con el Coro Nacional de España, dirigido por Miguel Ángel García Cañamero. Se trata, por tanto, de un proyecto superambicioso que la formación regional no ha querido limitar al Auditorio Víctor Villegas de Murcia, su sede habitual –donde actuarán este sábado–, sino que presentará mañana en Águilas y, el domingo, en Cartagena.

El primero de los tres conciertos, el de este viernes en Águilas, tendrá lugar en el Auditorio Infanta Elena a partir de las 21.00 horas, mientras que los otros dos –el del Villegas y que se celebrará el día 21 en El Batel– está previsto que comiencen a las 20.00 horas. Al cierre de esta edición, los dos primeros ya rozaban el lleno, con entradas a 20 y 12 y 20 euros, según ubicación (en taquilla y en la plataforma de venta online bacantix.com). Las del domingo en Cartagena, que también pueden adquirirse en la citada web, cuestan 12 euros y, de momento, las reservas solo ocupan la práctica totalidad de la platea.

Además, tanto en Murcia como en Cartagena, a las 19.15 horas -tres cuartos de horas antes del comienzo del espectáculo-, se ha organizado una charla preconcierto conducida por la propia Virginia Martínez, quien ahondará en los detalles de la concepción e interpretación del programa. Un programa, por cierto, en el que, además de ella –que afronta su penúltimo proyecto con la ÖSRM antes de dejar la dirección–, también serán protagonistas las voces solistas de la soprano Berna Perles, la mezzosoprano Cristina Faus, el tenor José Luis Sola y el barítono David Menéndez.

La obra

En cuento a la Novena Sinfonía, Op. 125, de Beethoven, esta fue interpretada por primera vez el 7 de mayo de 1824, bajo la dirección del propio compositor, y tuvo una gran acogida por parte del público. El músico de Bonn sorprendió a todos con el empleo del coro y voces solistas en el último movimiento, ya que hasta entonces la sinfonía había sido un género puramente orquestal. Así pues, incluyó textos de la Oda a la Alegría del poeta alemán Friedrich Schiller para crear una obra icónica que representa la fraternidad universal y la unión de los pueblos.