Arde Bogotá | Antonio García Cantante

"Hablamos de las cosas que nos pasan a nosotros y a nuestra gente; del amor, de la vida, de la muerte"

"La presión del segundo disco desapareció en cuando encontramos el hueco para empezar a componer, pero, hasta que eso no pasó, sí que había cierto nerviosismo", confiesa el ‘frontman’ cartagenero

Arde Bogotá.

Arde Bogotá.

Arde Bogotá están de nuevo ‘on the road’. Sin cambiar de rumbo, el rock sigue muy presente en este segundo disco, “Cowboys de la A3”, donde, echando mano de metáfora, se encajan el sombrero de Clint Eastwood con el viaje como leitmotiv, un viaje imaginario a todas partes o ninguna, conradiano, penetrando más y más en la espesura del corazón de las tinieblas; infinitos viajes al pasado y a los recuerdos. Viajar, viajar y viajar con Lalo GV, amigo y productor, guiándoles en el camino.

“Qué vida tan dura” ha sido el último single previo al lanzamiento de “Cowboys de la A3”, que verá la luz el 12 de mayo; un disco muy esperado tras “La Noche” (Sony Music 2021), que, dos años después, sigue apareciendo en la lista de discos más vendidos en España.

Con autoridad, directos y estimulantes, Arde Bogotá siguen la estela del rock. Furiosos riffs que evocan a Arctic Monkeys, Foo Fighters, The Black Keys o Héroes del Silencio remachan juramentos de sangre y gritos al abismo de la noche. “Cowboys de la A3” es un disco encantador y desgarrador. Evoca paisajes sonoros casi punk, oscuros y retumbantes –en ocasiones-, con la voz a la vez flexible y obstinada de Antonio García, que puede transformarse en un aullido corrosivo, sin miedo a explorar. ¡Sube el volumen!

Arde Bogotá ya no están a corta distancia del estrellato; reclaman el centro de atención para sí mismos. ¡Diablos, son la realeza del rock. Punto! Su nueva música siempre es motivo de celebración, en este caso, un avance intuitivo y emocionante que ha volado en la preventa. Hemos hablado con Antonio García, cantante de la banda cartagenera, para entender mejor lo que nos aguarda. Ahora han ido al BIME en Colombia, lo que puede ayudarles en su expansión por Latinoamérica, y la gira de presentación dará comienzo a finales de mayo. El 8 de junio, justo dos años después de su paso por la plaza de toros, estarán de nuevo en Murcia. Sus amigos, y los que pronto lo serán, ya no estarán tristes.

Ya está aquí vuestro segundo disco ¿cómo son estos días previos a la espera?

Muy ajetreados. Hay mucho trabajo estos días y no te da tiempo para pensar en otras cosas. Si le va a gustar el disco a la gente o si no le va a gustar… Lo cual es bueno para evitar ponerse nervioso.

Supongo que una gira tan larga os habrá empujado a escribir, componer, en la furgo, habitaciones de hotel... ¿Cómo ha sido en general el proceso?

Hubo algo de lo que comentas, pero la mayoría del proceso ha sido igual que en los trabajos anteriores: los cuatro chavales metidos en el local de ensayo. Hicimos lo imposible por generar espacios para ensayar en Cartagena y mantener nuestras rutinas de trabajo, aunque a la vez hubiera que girar y hacer mil cosas. No quisimos que la vorágine de conciertos cambiara nuestra forma de hacer el disco. Nos ha permitido mantenernos fieles a como hacíamos las cosas.

“Cuando estés perdido circunvalando Madrid A-3 eso significa casa”. Esa creo que fue la premisa de la partía este disco. ¿ Cuál es el concepto que encierra “Cowboys de la A3”? ¿Es un disco de viajes? ¿Qué distintos viajes contiene?

Nos pusimos a hacer canciones para ver dónde estábamos, y muy al principio de ese proceso salió “Cowboys de la A3”. Ahí ya empezamos a tirar del hilo, y la canción generó un universo alrededor que era un disco de viajes. La premisa fue componer sin miedo ni presión, hacer un segundo disco del que nos sintiéramos orgullosos. Hemos hecho un disco de viajes porque todo lo que nos ha pasado mientras lo hacíamos nos ha pasado viajando, por eso, cuando se nos ocurrió esa temática, fue tan natural para nosotros ilustrarla con letra y música. El trabajo tiene 12 canciones que representan 12 viajes a lugares distintos: la fiesta, que suena como creemos que tiene que sonar un coche que va a una discoteca, nuestros pecados en el mejor sentido de la palabra… Hay un viaje muy esencial que es el de la propia canción (“Cowboys de la A3”). Nosotros ahí queríamos contar un viaje al pasado, una narración sobre una cosa que ya no existe, como una memoria, y por eso tiene ese tono tan folk.

También hay viajes a lugares donde no queríais ir o que están muy lejos de donde queríais estar.

Sí, hicimos una canción, “Qué vida tan dura”, que es un viaje hacia donde no queda nadie ; un viaje a donde uno no quiere ir. Nos pasa a gente relacionada con la música o que suele estar fuera de casa. Es eso de estar en un sitio donde hay diversión, fiesta, pero no el sitio donde tú quieres estar, pero te toca estar. Es ese anhelo de querer hablar con alguien que se ha quedado en casa y hablarle desde un lugar tan lejano que ya no se sabe ni dónde es, pero desde luego no es donde uno quisiera estar.

El último single antes de la salida del álbum, ha sido “Qué vida tan dura”. ¿Ha sido dura para vosotros? Parece que hayáis ido en volandas todo el tiempo, pero ¿ha habido mucha presión con lo del segundo disco? ¿Bloqueos creativos?

La canción es sobre otros para los cuales la vida sí ha sido más dura, y sobre todo irónica. Nosotros somos unos privilegiados absolutos por trabajar de lo que trabajamos. La presión desapareció cuando empezamos a componer. Había mucho trabajo girando, y fue difícil encontrar el hueco y la energía para escribir canciones. Hasta que eso no pasó, había cierto nerviosismo a nuestro alrededor. Pero cuando habíamos escrito “Los Perros”, “Cowboys de la A3”, “Copilotos”, “Besos y Animales”… nadie tuvo presión, porque sentíamos que había un disco ahí que nos representaba.

¿“Veneno” es una canción sobre un viaje que se trata de olvidar?

Sí, es un viaje al olvido, como que vas recordando lo que estás intentando dejar atrás, y precisamente por el ejercicio de alejarte te persigue aún más. De eso va el tema, de intentar dejar atrás a una persona, y sin embargo, como el veneno, el recuerdo, en lugar de hacerse pequeño, cuanto más lo piensas más grande se vuelve.

El sexo también está implícito en este disco. Aquí aparece en “Besos y animales”.

Como “Nuestros pecados” es un viaje mucho más festivo a un mundo precisamente animal, al sexo, a la pasión, a la diversión, y a cómo dejar atrás todo lo que no sea exclusivamente carnal para que no contamine esa experiencia.

Ahí parece que insistís en ese viaje a la perdición que podría ser también “Escorpio y sagitario”.

Sí, “Escorpio” tiene una metáfora basada en el horóscopo, en las estrellas, en el destino, que es algo también muy metido en el mundo de los viajes. El destino, los paisajes, las fuerzas que llevan a los personajes a cosas que ellos no pueden evitar, y está directamente ligada con “Veneno” y con “Besos y animales”, en el sentido en que es de ese tipo de temas más pasionales de la banda y más centrados en lo físico y menos en lo mental.

Escribes desde el amor, pero parece que también desde el rencor, a juzgar por “Clávame tus palabras”.

Esta canción es un viaje al odio, a la confrontación con una persona, a la discusión. La canción se origina toda de un riff que ideó Pepe, y él lo tenía muy claro: “Esto para mí es un viaje al odio”. Explicó muy bien la referencia, pero luego, cuando lo hicimos con la banda, sin querer el viaje al odio tuvo un final feliz, un cambio al final que él no se esperaba que tuviera la idea que había traído originalmente, y que solo pudo existir gracias a que la hicimos entre los 4, porque la canción se convierte en otra cosa cuando llega a su destino. Hay 12 viajes en el disco a 12 lugares muy distintos. En este tiempo no solo hemos viajado a lugares apetecibles, sino también hacia conversaciones que no queríamos tener. Esa canción es un viaje al odio y es un ejemplo de eso. Pero ojo, porque hay un ‘plot twist’ al final.

El tema de los viajes es un recurso muy literario, también muy cinematográfico. ¿Ha formado parte de vuestras referencias un libro esencial de la generación beatnik como fue “On the road” de Jack Kerouak?

Conozco el libro porque es muy famoso. Creo que el origen a nivel de inspiración de todo está en un diciembre que cogí el Covid y me encerré en un piso en el que vivía en Madrid, que daba a un patio interior que no tenía luz; la ventana daba a un muro que estaba a un metro. Ahí me dio por ver películas de cowboys; en ellas el horizonte está muy lejos, no como en aquella casa, y yo creo que de ahí empezó a generarse la conexión en mi cabeza del mundo del cowboy con el que estábamos viviendo nosotros cuatro. Me puse varias. Recuerdo ver “El poder del perro”.

Y ya os sugirió una canción directamente, “Los perros”.

Sí, claramente. También vi “Brokeback mountain” (que nunca la había visto, y me gustó), “El bueno, el feo y el malo”, que la he visto como 800 veces.

Clint Eastwood salía por ahí.

Es que aunque hagas una película del oeste sin Clint Eastwood, él está. Es imposible en tu cabeza despegar a ese actor de ese universo cinematográfico.

¿No había ninguna de John Wayne, de John Ford?

Puede que no, no soy tan fan de John Wayne como de Clint Eastwood.

Elegir 'Los Perros' para avanzar el segundo disco, ¿no fue arriesgado? ¿Pensasteis en algún momento que os habíais pasado de frenada? ¿Era este un viaje de huida?

'Los Perros' es un emblema de lo que somos como banda. Nadie del equipo dudó nunca que debía ser un adelanto y representar al disco. Al final, lo que cuenta (un viaje de huida) y cómo lo cuenta (un rock) representa la esencia de los cuatro amigos que somos Arde Bogotá. Es otra de las primeras canciones que hicimos, y salió muy fácil. Cuando eso pasa en la banda, quiere decir que es algo que nos representa bien y en lo que estamos cómodos los cuatro. A nivel temático habla mucho del momento en el que estábamos, como de dejar los curros, pegar el salto al vacío y cambiar de trabajo radicalmente… A nivel musical representa que estábamos en la certeza de que somos lo que queremos ser: una banda de rock, y que queremos hacer una canción así.

Hay todo un género literario, no sólo de las guías turísticas, sino también de un universo de obras literarias en torno a los viajes. Viajes y también algún antiviaje, comentas tú en unas notas a propósito del disco. Podría ser el caso de “Copilotos”.

Sí, es una canción muy especial del álbum, y conforme he ido teniendo la experiencia de escucharlo con gente delante, siento que la canción se vuelve más valiosa. De repente, en medio de un disco de viajes hecho por una banda de rock and roll, aparece una canción superpequeña en la que hay una instrumentación muy pequeña, en la que todo se vuelve muy íntimo, y está hecha al revés de las demás porque cuenta todo lo contrario. Todas las demás canciones hablan del sitio al que van o del sitio del que vienen, como del propósito de estar de viaje, y esta habla de simplemente el placer de no estar en ningún sitio, del viaje por el propio viaje, del viaje a ninguna parte, en el sentido de dos personas que comparten un vehículo y no importa dónde vayan, porque el mérito es estar juntos.

-¿Hay alguna analogía de “Copilotos” con el rally París-Dakar?

Total. El Paris–Dakar se dice que es el rally más duro del mundo. De todos los viajes, el destino más difícil al que llegar es Dakar. Por eso lo utilizamos como metáfora ahí, en el sentido de si nos fue bien en el momento más duro, cómo no nos va a ir bien en el resto del camino.

Las películas de cowboys han influido mucho, pero supongo que también habrá influido esa vida en la furgoneta que os ha mantenido durante prácticamente un año en movimiento con casi 100 bolos por todo el país, incluso con salida a Colombia.

Claro. Yo creo que ahí está la raíz de todo. Nosotros hemos hecho 86 conciertos desde mayo de 2021 hasta diciembre de 2022. Todo eso ha obligado a que nos hayamos pasado ese año y medio viajando sin parar. El tiempo que realmente hemos tenido para reflexionar sobre las cosas que a nivel personal nos pasaban y las cosas que nos pasaban como banda, ha sido sobre 4 ruedas y de camino a algún sitio. Eso yo creo que nos ha perforado el cerebro y ha contaminado nuestra producción artística, creo que de una forma positiva, porque nos ha abierto un nuevo universo visual y sonoro que era el de la carretera.

Hablábamos antes de “On the road” de Kerouak. Podríamos hablar también de la “Odisea”, de ese viaje a Ítaca, incluso de Kavafis. No sé si ha caído también entre tus lecturas.

No. A lo mejor es ridículo, pero el único libro de viajes que he leído lo he leído después, porque ya hablando sobre el disco con la gente del equipo, me recomendaron “Los autonautas de la cosmopista”, de Cortázar y Dunlop, el libro ese que hicieron viajando por una autopista de Francia, y van documentando las paradas... Es el único libro exclusivamente sobre viajes que he leído.

¿Has tirado de referencias literarias, cinéfilas, o son más bien autobiográficas? Dicen que ya se ha escrito, se ha dicho todo.

Hay una cita de Bolaño que dice algo así como “desde Homero ya está todo dicho”. Entonces lo que uno puede hacer es jugar con la estructura. Nosotros hablamos de cosas recurrentes, de las cosas que le pasan a la gente que nos rodea, de las cosas que nos pasan a nosotros, del amor, de la vida, de la muerte. Sin ir más lejos, esa tríada la utiliza Miguel Hernández tal cual la nombro yo. Como siempre, el disco habla de cosas reales nuestras. Intentamos hacer un ejercicio de honestidad para que se note que nos importe el trabajo que hacemos y que las cosas signifiquen algo. Entonces es fundamentalmente autobiográfico, porque cuenta cosas que nos han pasado realmente y las mete en un mensaje que ojalá la gente entienda, y luego se llena de referencias a otros mundos que también le han puesto imágenes y palabra a las cosas que nos pasan Por ejemplo, el cine del oeste, que le pone un sentido a lo que nosotros hemos querido hacer. Nuestro afán es ser autobiográficos, ser claros, y, en la medida de lo posible, ser originales. Por supuesto hay canciones de amor en este disco, como en el noventa por ciento de los discos de la humanidad, pero ojalá haya alguna que hable de ciertas cosas de una forma original que a alguien le suene exactamente como necesita que le suene.

La metáfora de los cowboys, y la estética, os funciona bien. ¿Cómo se os ocurrió adoptarla?

El concepto del cowboy de la A3 nace porque en el invierno de 2021 estábamos todo el tiempo viajando Cartagena-Madrid como locos. No habíamos dejado nuestros trabajos anteriores, pero la banda se había vuelto muy exigente, y en cuestión de días nos encontramos haciendo piruetas para estar en los dos extremos de la autovía a la vez, de manera que nació con ese identidad con el camino, con los personajes que no están nunca en un lugar concreto porque su destino es no estar sujetos a nada, y entonces apareció la metáfora, la conexión con el cowboy, y con ella todo lo demás, esa estética del viaje, del horizonte, de ser uno con el paisaje.

Desde la furgoneta habéis visto muchos paisajes desérticos.

En las películas de vaqueros el paisaje es un personaje más, plantea una metáfora sobre lo que otros personajes dicen, sienten, y en nuestro caso es igual: cuando tú vas camino de una discoteca, el paisaje es seguramente oscuro, pero hay luces seductoras, divertidas. Pero cuando vas camino de la nada, de dejar atrás las cosas, esas mismas luces tienen otro color, otro significado . De eso va el disco, de las cosas que se ven al otro lado de la ventanilla.

Al otro lado de la ventanilla encontrasteis la Flor de la Mancha.

Sí, Flor de la Mancha es un hotel que hay en La Roda. En él pernoctamos después de tocar en el Festival de los Sentidos: al final es un elemento de la carretera, un lugar donde nos pasan cosas.

Sorprende el título de “Todos mis amigos están tristes”

Salió de una reflexión al salir de la pandemia. En ese momento nos dio la impresión de que todo el mundo estaba bloqueado por la situación, estaban tristes. A mi me provoca rabia que todo fuera así, la reacción a la tristeza de mis amigos. Hicimos una cancion superpunk.

El álbum se cierra con “La salvación”.

Debe ser como la primera o segunda canción que escribimos, y ya sin saberlo era una canción de viaje (“se me hace largo el viaje para esta conversación)”. Y es una canción muy importante para nosotros, que habla de lo que llamamos el viaje a casa, es el último viaje de todos que entendemos como el viaje de vuelta, en el que estás volviendo de los golpes o de los premios, o lo que sea , y parece como un viaje a la derrota, pero nosotros queríamos hacer un viaje como el del que sale del túnel con una lección aprendida. Nos pusimos superserios y trascendentales como me estoy poniendo yo ahora, y es una canción de la que estamos muy orgullosos.

¿Dónde está la salvación? ¿Tiene que haber una salida? ¿Traéis la salvación con este disco? Ese cuarteto de cuerda es muy épico, a lo Oasis.

¡Gracias! Es una canción muy importante para nosotros “La Salvación”. Cuenta cosas de mucho peso, y tratamos de instrumentarla a ese nivel, de ahí la importancia de las cuerdas en el final. Lalo supo hacer crecer la canción, y metimos un cuarteto de cuerda para darle más entidad.

¿En vuestro nuevo disco sale el sol, o seguís enganchados a la noche?

Sale el sol mucho más.

Lalo G.V. nuevamente a los mandos de la producción. ¿Era algo innegociable? ¿No os han tratado de convencer con cantos de sirenas? ¿Cómo habéis trabajado con él ahora?

Al principio de preparar el trabajo, decidimos y asumimos que sería un disco continuista respecto de “La Noche”. Somos los mismos chavales, escuchando la misma música y sintiendo cosas similares, por lo que el disco tenía que parecerse al anterior. En cuanto tomamos esa decisión, fue innegociable trabajar con Lalo. Él es parte del sonido, y era necesario contar con su ayuda para que el disco sonase como tenía que sonar. El reto para él esta vez ha sido mayor, porque le llevamos las canciones más maduras, pero siento que, gracias a eso, él también ha podido aportar una producción más acertada y sorprendente que en “La Noche2”.

Arde Bogotá juega con un sonido propio y además evoca cierta nostalgia. ¿Cuáles son vuestras principales influencias?

Siguen siendo las mismas de siempre: Foo Fighters, Arctic Monkeys, Héroes del Silencio... A mí hay un disco que me marcó mucho mientras “Cowboys”, que se titula “Bronco”, de Orville Peck, y es un disco de country con un enfoque moderno, que yo creo hay un poco de eso también en nuestro disco.

¿Dónde se ha quedado “Sin Vergüenza”, y la colaboración de Dani Fernández?

Para nosotros es un tema muy importante, casi como un proyecto en sí mismo. Es una canción de la que hemos aprendido mucho como compositores y como personas, tanto de Dani como de Paco Salazar (productor), y que nos ha llevado a mucha gente. Pero cuando nos pusimos a hacer el disco queríamos generar un universo nuevo y un conjunto de temas que hablaran de un nuevo momento de la banda, por eso no la integramos en el disco.

Antes erais amigos, ahora, además, compañeros y socios. ¿Cómo se formula esta nueva relación? ¿Comienza una nueva etapa?

Como todas las relaciones, la nuestra evoluciona. Antes solo hablábamos de música y de nuestras movidas, ahora también hablamos de IRPF y de decisiones empresariales. La banda nos ha unido en un nivel fraternal, con todo lo bueno y todo lo malo que eso tiene, pero creo que hacemos bien tratando de salvar siempre el núcleo de nuestra relación, que es nuestra amistad. Nosotros estamos aquí porque nos gusta hacer música juntos, y es muy importante que eso permanezca ahí.

Estos días estáis ensayando lo que vais a hacer en la gira del nuevo disco. ¿Cómo planteáis el directo?

Hemos intentado hacer crecer un poco más el concierto para ofrecer un poquito más al público: cómo se ve en el escenario y esas cosas, pero siempre manteniendo el mantra de que debe ser un concierto de rock. Hemos visto cómo queda todo lo que hemos preparado, y a mí me encanta. Ojalá estemos a la altura de lo que el público espera de nosotros.

Del 3 al 7 de mayo estaréis en el BIME de Colombia gracias a Sounds >From Spain. ¿Hay planes para extenderse al resto de Latinoamérica?

Como Simeone, vamos partido a partido. En estos momentos solo hay sueños y castillos en el aire de cosas que nos gustaría hacer y sitios donde nos gustaría ir. De momento, la anterior aventura nos ha permitido volver. Disfrutemos del privilegio de volver a Colombia, y luego seguimos soñando.

Puestos a tocar en festivales, hasta os han reclamado para el Jazzaldia. ¿Es casualidad la fecha del 8 de junio, dos años después de tocar en la plaza de toros?

Somos muy afortunados por poder girar el disco en sitios muy guays como Jazzaldia. Vamos al festival de la guitarra de Córdoba… Pero, desde luego, el 8 de junio en Murcia será una fiesta que esperamos con mucha emoción. Estamos abrumados de la gente que va a venir. Será la primera gran presentación del trabajo, y lo estamos deseando.