Música

Pablo Acosta: "Para quienes hacemos música antigua la acústica es como el lienzo para el pintor"

El murciano regresa a "casa" con su grupo la próxima semana. Actuarán en la Iglesia de San Miguel de Mula y ofrecerán un programa "precioso y muy solemne" dedicado a las Lamentaciones y responsorios para Jueves Santo de Tomás Luis de Victoria, "una de las obras cumbre del Renacimiento"

El cantante murciano
Pablo Acosta. Adrián Talavera

El cantante murciano Pablo Acosta. Adrián Talavera / Asier Ganuza

Asier Ganuza

Asier Ganuza

El pasado martes se celebró el Día Europeo de la Música Antigua, y coincidiendo con unos días tan señalados para la comunidad de estudiosos e intérpretes de este repertorio –históricamente circunscrito a la Edad Media, el Renacimiento y el Barroco–, el cuarteto vocal catalán Qvinta Essençia publicó su segundo álbum, El sentir de mi sentido (2023). La ocasión, por tanto, es perfecta para conocer a su bajo, el murciano Pablo Acosta, que además regresará la próxima semana a la Región junto con el resto de sus compañeros –la soprano Èlia Casanova, el alto Hugo Bolívar y el tenor Albert Riera– para actuar en la Iglesia de San Miguel de Mula. De todo ello, de su trayectoria y de proyectos paralelos –acaban de grabar la banda sonora de una película que tiene a Blanca Portillo y Asier Etxeandia como protagonistas– nos habla en esta entrevista.

Pablo, en torno a este ‘género’ hay mucho desconocimiento, así que vamos a aprovechar que es un experto en la materia y la cercanía de su día (el pasado 21 de marzo) para hacer algo de divulgación. ¿Qué es la música antigua?

Por ‘música antigua’ podemos entender, simplemente, la música del pasado. Ahora bien, quizás de lo que hablamos aquí es de la llamada interpretación histórica. Se trata de una manera de acercarse a la práctica musical que presta especial atención a todos aquellos factores que permiten acercarse lo máximo posible a la concepción original del compositor. Todo esto implica un conocimiento previo del estilo –a través del estudio de las fuentes musicales y los tratados de la época– y contar con los instrumentos musicales utilizados entonces, que hoy en día son mayoritariamente reproducciones.

Tengo la sensación de que cada vez hay más formaciones –sobre todo vocales– que se acercan a estas músicas. ¿Estamos viviendo un boom a pequeña escala en lo referente a la difusión y práctica de estos sonidos?

No creo que pueda definirse exactamente un boom. Tanto mis compañeros como yo mismo llevamos ya años metidos en la música clásica, e incluso nosotros cogimos el testigo de lo que otros empezaron décadas atrás. Pero también es cierto que cada vez son más los conservatorios en los que se pueden estudiar disciplinas específicas de música antigua, y ese trabajo ha empezado a dar su fruto.

¿Por qué merece la pena recuperar en 2023 la música de hace cuatro, cinco o seis siglos?

El patrimonio musical no es como el arquitectónico o el pictórico; no es tangible y, por lo tanto, solo existe en el momento en que se interpreta. Pero, al igual que valoramos y cuidamos la catedral o restauramos nuestra imaginería barroca, también debemos contribuir a la revalorización de nuestro patrimonio musical, del que aún queda mucho por descubrir. Cuando entramos en un templo de aquella época, contemplamos con atención sus tallas, sus detalles..., pero olvidamos que, siglos atrás, la música sonaba constantemente en estos espacios. Y sin esa música es como si observáramos el edificio ‘desnudo’. Así que, independientemente de cuestiones de gusto estético, tenemos una responsabilidad con las músicas del pasado, que son parte fundamental para su recuperación, estudio y divulgación.

«Para quienes hacemos música antigua la acústica es como el lienzo para el pintor»

«Para quienes hacemos música antigua la acústica es como el lienzo para el pintor» / Asier Ganuza

¿Cómo y cuándo llega usted a la música antigua?

Desde niño he sido un apasionado de la Historia del Arte, especialmente de la Edad Media, el Renacimiento y el Barroco, y era inevitable que al comenzar a cantar sintiera atracción por este tipo de repertorio. Además, para mí, la música y el arte en general siempre han estado ligados al espacio en el que se presentan. La relación entre el hecho artístico y el espacio me parece interesantísima. Recuerdo la emoción que, aun siendo niño, sentía al escuchar el repique de campanas de la catedral; era como que el sonido ponía el marco y la voz a la obra artística, la contextualizaba y le daba sentido. Incluso tenía en casa campanas con las que jugaba a recrear esos sonidos y espacios. Es difícil concebir la música antigua sin tener en cuenta el dónde se interpretaba.

Y de ahí, al conservatorio.

Primero estuve en algunos coros amateurs, pero sí, después inicié mis estudios de Canto en el Conservatorio. Y a la vez empecé a tocar la viola de gamba, lo que me acabó llevando a Salamanca, donde me formé en la Academia de Música Antigua de la Universidad y obtuve mi titulación profesional. Acabé mis estudios superiores de Canto especializándome en la interpretación de música antigua en Barcelona.

Allí se fundó Qvinta Essençia, un cuarteto vocal de referencia nacional e internacional en este ámbito y del que forma parte. ¿En qué consiste el proyecto?

Pues es difícil describir nuestro trabajo por la cantidad de elementos que intervienen... Muchos de estos elementos, además, trascienden lo meramente musical. Pero bueno, lo sencillo es decir que Qvinta Essençia es un grupo especializado en música antigua, aunque para nosotros es, más bien, un espacio donde sentirnos libres y hacer las cosas a nuestra manera. Porque el producto final es el resultado, fundamentalmente, de cómo nos relacionamos entre nosotros, de escucharnos, valorarnos y potenciar nuestras capacidades (siempre en virtud de la belleza). Qvinta Essençia es, sin duda, el proyecto musical de mi vida, y gracias al cual puedo decir que el camino recorrido ha merecido la pena.

En 2019 lanzaron su primer disco, Marenzio, Madrigals, dedicado, efectivamente, al primer libro de madrigales de Luca Marenzio. Y hace unos días vio la luz el que es su segundo álbum .

Efectivamente. Lo hemos bautizado como El sentir de mi sentido y se centra en la música y la poesía amorosa del Siglo de Oro. Estábamos deseando poder mostrar este trabajo del que nos sentimos muy satisfechos y que esperamos que tenga una buena acogida.

La sensación general es que este tipo de música se hacía en centroeuropa, pero aquí están ustedes para acercar esta música a la tradición española.

Es que... ¿quién mejor que un grupo español para interpretar un repertorio que ejemplifica, sin duda, uno de los momentos cumbres de la historia musical de España? En Europa nos llevan mucha ventaja, pero sobre todo en aspectos como las ayudas que reciben los músicos o la gran cantidad de conciertos que se programan. Por poner un ejemplo, si tienes la suerte de visitar el Palacio de Versalles, podrás comprobar que cada día y a diversas horas hay conciertos distribuidos por diferentes lugares del palacio. En la capilla se programa música sacra; en el teatro, ópera, y en las estancias privadas, música de cámara. Suena fundamentalmente música francesa del periodo barroco. No estaría mal algo semejante en España... Pero, en cualquier caso, el repertorio del Siglo de Oro es nuestro y nadie puede hacerlo mejor que nosotros.

También me contaba que tienen algún que otro proyecto entre manos relacionado con Santa Teresa de Jesús y el cine...

Sí. Estamos entusiasmados con este proyecto. Acabamos de grabar la banda sonora de Teresa, la próxima película de la directora Paula Ortiz, que como bien dices está centrada en la vida de Santa Teresa de Jesús. La película, además, está protagonizada por Blanca Portillo y Asier Etxeandia... Ha requerido un intenso y precioso proceso de búsqueda para encontrar la música más adecuada para cada escena. Y la banda sonora no solo cuenta con repertorio histórico, también con composiciones de Juanma Latorre, de Vetusta Morla. Además, el proceso de grabación ha sido muy interesante al tener que adaptar nuestro trabajo a las exigencias del cine.

¿Y cómo se logra un sonido como el suyo? A la hora de registrar este tipo de melodías, supongo que hablamos de un proceso que nada tiene que ver con el de un grupo moderno cualquiera, mientras que en directo entiendo que la acústica de las salas o recintos en los que actúan es capital a la hora de lograr ese aroma renacentista o barroco.

Efectivamente, nuestra manera de grabar poco tiene que ver con la música más actual. De nuevo entra en juego la importancia del espacio. Mientras que la música moderna se suele grabar en un estudio, para la música antigua es importantísima la acústica del lugar. Este es un tema muy complejo y extenso, y en ningún momento estamos hablando de una cuestión de mayor o menor calidad musical. Nosotros en nuestras grabaciones tratamos de captar algo de la magia del espacio. Además, es impresionante escuchar cómo la acústica puede transformar nuestro sonido y nuestra manera de cantar. Nosotros somos algo así como artesanos y orfebres, y para trabajar necesitamos una excelente calidad de la materia prima; la acústica, para nosotros, es como un buen lienzo para un pintor.

No obstante, tengo la sensación de que se niegan a mantener la sobriedad que parece exigir este tipo de formaciones (y este tipo de música). Sobre todo, desde el punto de vista estético.

Bueno, me alegra que lo veas de esta manera. Me siento especialmente orgulloso del resultado estético de Qvinta Essençia, pues es algo a lo que dedico mucho tiempo y, honestamente, creo que hemos conseguido crear un estilo propio.

¿Y por qué lo hacen así? ¿Buscan llegar a más gente, acercar este género a un público más joven, o simplemente es algo que les sale natural, que es parte de lo que son ustedes como personas?

Sinceramente, es algo que sale de manera natural y que me hace disfrutar muchísimo. Para mi Qvinta Essençia va mucho más allá de la actividad musical propiamente dicha, pues me permite explorar otras facetas artísticas por las que siempre me he sentido atraído. Además, me encanta que no se trate solo de una imagen que pretende ser atractiva para llamar la atención, es simplemente el resultado de lo que somos como músicos y como artistas.

Y en lo musical... ¿cómo se aleja uno de la ortodoxia en un género en el que mantener la pureza parece lo esencial?

Mira, el compositor Joan Magrané dijo de nosotros que nos alejábamos del camino de la ortodoxia «para hacer que la expresión del texto y de la música se sitúen en el centro de todo», y creo que no es posible expresarlo mejor. Nos alejamos de la ortodoxia porque nos alejamos de la partitura como formato físico, y eso nos hace entrar en otra dimensión. Nosotros lo llamamos «romper la partitura», un proceso largo que implica muchas horas de trabajo, pero que cuando se produce abre la puerta que deja pasar a nuestra verdadera esencia.

No me despido sin preguntarte por el concierto que tienen en unos días en Mula, que supongo que a usted le hará particular ilusión (por aquello de ser murcianico). ¿Qué se encontrarán quienes asistan al concierto (que, creo, es bastante propicio para las fechas en las que cae...)?

Efectivamente: el próximo lunes 3 de abril (19.30 horas) estaremos cantando en Mula, en la Iglesia de San Miguel. Haremos un programa precioso y muy solemne dedicado a las Lamentaciones y responsorios para Jueves Santo de Tomás Luis de Victoria, una de las obras cumbre del Renacimiento. Será la segunda vez que cantemos en Mula y estamos especialmente agradecidos al Ayuntamiento por confiar en nosotros. Y, claro, para mí siempre es un placer volver a la Región (solo siento no poder hacerlo más a menudo en Murcia capital...). Me haría especial ilusión poder presentar aquí nuestro nuevo CD.

Habitualmente son un cuarteto, pero creo que esta vez incorporarán a otra soprano, ¿no?

Sí, este programa tiene algunas partes a cinco voces y para ello necesitamos la colaboración de una soprano más. Es algo bastante habitual que, debido a las exigencias de la música que interpretamos, debamos contar con algunos colaboradores, pero siempre es un placer y algo que nos enriquece a todos.