Artes escénicas

Ladies Football Club: el Romea recuerda cuando ellas ganaron la posesión

Peris-Mencheta regresa este sábado al teatro murciano con un once de mujeres que narran, en formato musical, el origen de los equipos femeninos durante la Primera Guerra Mundial

Cuando ellas ganaron la posesión

Cuando ellas ganaron la posesión / POR L. O.

La Opinión

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La Primera Guerra Mundial obligó a muchas mujeres, hasta entonces recluidas en sus casas, a lanzarse al mercado laboral, a trabajar en la industria. Eso significó un mayor desarrollo a nivel social y, en algunos casos, la posibilidad de cultivar o descubrir pasiones que, quizá, habían permanecido latentes, como el deporte y, más concretamente –para lo que nos atañe– el fútbol. Sin embargo, el fin de la contienda acabó con el sueño...

Y es que esta es la premisa sobre la que se construye Ladies Football Club, un musical basado en la novela homónima de Stefano Massini que mañana llega al Teatro Romea de Murcia de la mano del actor, dramaturgo y director Sergio Periz-Mencheta. Pero él es prácticamente el único hombre de la función; el escenario es para ellas. Para Noemi Arribas, Xenia Reguant, Ana Rayo, María Pascual, Nur Levi, Alicia González Rey, Carla Hidalgo, Irene Maquieira, Paula Muñoz, Diana Palazón y Belén González; once mujeres que interpretan personajes con perfiles muy diferentes pero unidas por una pasión, jugar al fútbol.

Así, Ladies Football Club cuenta la historia del origen del fútbol femenino en Inglaterra durante la gran guerra; un hito fechado el 6 de abril de 1917, cuando las trabajadoras de la firma Doyle&Walker aprovecharon la pausa del almuerzo para «correr detrás de un balón y distraerse», señala en una nota Peris-Mencheta, que se ha encargado también de la adaptación teatral junto David Val.

Pero lo que constituía un divertimento creció y estas humildes trabajadores empezaron a pensar en mejorar el juego y en unirse en un equipo. Los hombres estaban en el frente y el fútbol masculino se había suspendido, así que era el momento idóneo para desarrollar clubes formados por las trabajadoras de las fábricas textiles o de municiones.

Por supuesto, además de lograr la atención del público y su afecto, también provocaron la hostilidad por parte de las instituciones masculinas del fútbol. «Disputaron los partidos de una liga de fugaz duración. Y, terminada la guerra, muchos de estos equipos fueron obligados a disolverse por ley». Además, con el regreso de los hombres del frente, las trabajadoras perdieron sus puestos en las fábricas y volvieron a casa.