Artes escénicas | Actor

Juanjo Artero: "Verme hoy tan joven en 'Verano Azul' es doloroso"

El actor es uno de los protagonistas de 'Entre copas', la obra de Rex Pickett, llevada con mucho éxito al cine en 2004 y que hoy llega al Teatro Capitol de Cieza. Artero, sin embargo, sabe que por más copas que se beba, para mucha gente será siempre el Javi de Verano azul'

Albert Soler

Juanjo Artero es uno de los protagonistas de Entre copas, la obra de Rex Pickett, llevada con mucho éxito al cine en 2004 y que hoy llega al Teatro Capitol de Cieza. Artero, sin embargo, sabe que por más copas que se beba, para mucha gente será siempre el Javi de Verano azul.

¿Cuánta gente sabe que, en castellano, Artero significa «astuto»?

Y retorcido [Ríe]. No mucha..., solo algunos. Afortunadamente, es una palabra no muy utilizada. Imagínese...

¿Usted lo es?

Astuto no lo sé, y retorcido, espero que no. Hombre, supongo que tengo mi mala folla...

¿Qué quería ser de pequeño?

Muchas cosas. Quería ser futbolista, astronauta... Mil cosas. Pero también quería ser actor, y siendo actor he podido ser muchas cosas (aunque parezca que sólo puedo hacer de policía...).

Tiene más de cincuenta tacos y sigue siendo Javi, el de la bici.

Sí. Pero, mira, hay que aceptarlo. Y en realidad es algo bonito. Al principio me molestaba más; yo quería trabajar, hacer otras cosas. Pero con la edad lo veo de otra forma, como que soy parte de una serie que ha marcado la vida de mucha gente, incluso una época.

Entre nosotros: un Chanquete en la realidad debe ser un tío pesado de la hostia.

¡No, no! Sería un de esos amigos que sabe qué decirte en cada momento. Sería ideal. Yo he conocido al personaje y al actor, y Antonio Ferrandis era también una maravilla.

Los niños ya no juegan en la calle, y mucho menos se acercan a caballeros mayores que viven en una barca...

No, porque están con el móvil y no ven a nadie..

Le confieso que no vi ningún capítulo de Verano Azul, prefería ir por mi cuenta a la playa a pescar turistas.

¡Pero si también la han emitido en invierno, hombre! Creo que la han repetido en todas las épocas del año; no tiene excusa.

Para usted será una pesadilla, que le recuerden cada dos por tres cómo era cuando tenía diez años.

[Ríe] Es triste, sí. Hace poco me he visto en El río que nos levanta (1989) y duele verte tan joven. Duelo, ¿eh?

¿Es difícil asumir que nos hacemos mayores, que es lo que le ocurre también a su personaje de Entre copas?

Es una realidad, así que debe asumirse. Y debe asumirse con buen humor. Como decimos en la obra, es el ciclo de la vida. Pero hay que aceptarlo, es lo que hay, no queda otra. Y si no nos hacemos mayores, malo...

Eso sí. Pero quizás unas copas ayuden a llevarlo mejor.

Al menos, quizás ayuda a olvidarlo [Ríe]. El problema es que a la mañana siguiente aún lo recuerdas más, porque con la edad te cuesta cada vez más recuperarte de los excesos del día antes.

Qué va a decirme...

A nuestra edad ya se sale de vez en cuando.

¿Las copas pueden ayudar también a encontrar el amor, como en la obra?

Pueden ayudar, sí. Pero también te pueden revolver la mente y confundirte. La noche confunde a la gente, ya se sabe.

¿No es mucha responsabilidad hacer Entre copas, después de que se hubiera hecho una gran película?

Un poco sí, pero éste es un espectáculo nuevo; basado en la misma obra, sí, pero que nada tiene que ver. Existe la misma responsabilidad que siempre. Además, ya hice El hijo de la novia, que también había sido nominada a los Oscar...

Va persiguiendo a los Oscar, al parecer.

Es difícil, es difícil [Ríe].

¿Pero usted entiende algo de vino?

Nada de nada.

No me diga eso, hombre...

Me gusta, eso sí. Pero me va muy bien, porque mi personaje es el único que no entiende. Todos van hablando del olor a la madera, del sabor a roble con toques de cereza... y él no tiene ni idea.

No puedo terminar sin preguntarle algo que me corroe. Escucha, Javi: ¿ataste mucho?

Sí, pero de la forma en que se ataba en aquella época, sin móvil ni nada, todo era muy difícil. Era todo tan distinto. Algo podía hacerse, eso sí.