Música

Arde Bogotá: "Ya están puestas las reglas del juego, ahora vamos a pasárnoslo bien"

El cuarteto cartagenero lanza ‘Los perros’, el primer adelanto del que será su segundo disco

Arde Bogotá, este viernes en la azotea de La Opinión.

Arde Bogotá, este viernes en la azotea de La Opinión. / Juan Carlos Caval

Asier Ganuza

Asier Ganuza

Arde Bogotá no levantan el pie del acelerador. Es su forma de afrontar el carrusel de emociones, éxitos y reconocimientos que ha traído consigo La noche (2021), su primer disco. «Nosotros tiramos hacia delante», dice Dani Sánchez, guitarrista del cuarteto cartagenero; «de hecho –continúa–, intento no pensar demasiado en lo que hemos logrado en este tiempo. Paso más tiempo preocupándome por lo que vamos a hacer (el disco, la gira, etc.) que por las cifras. He llegado a la conclusión de que no tiene sentido detenerse en el pasado si puedo seguir trabajando en el futuro».

De la misma opinión es su socio a las seis cuerdas, Antonio García, también vocalista y frontman del grupo, que este viernes visitó la redacción de La Opinión. «Yo creo que el no dejar de trabajar ha sido el mejor remedio que podíamos poner para que todo esto no nos sentara a ninguno de una manera... rara, para que este cambio tan repentino que hemos sufrido a nivel vital (personal) y también como banda no nos afecte demasiado», apunta el joven músico. Quizá por eso en el nuevo single del grupo pide «valor al volante» y lanza una advertencia: «Y aunque me quiera parar (no...), nunca me voy a parar».

Los perros –así se llama el tema en cuestión, en plataformas desde hoy– es el primer adelanto del que será el próximo disco de Arde Bogotá, el segundo. Es un lanzamiento que, obviamente, les ilusiona –«es el que inaugura esta nueva etapa», señala el cantante– y que, en términos globales, ilustra a la perfección el momento que atraviesa el grupo, y, a nivel particular, el punto en el que el proyecto despegó definitivamente: «Siento que tiene mucho que ver con lo que estábamos viviendo cuando se escribió –explica Antonio García–, cuando decidimos dejarlo todo para dedicarnos en exclusiva a nuestra música. Era nuestro sueño, pero también un salto al vacío: al final, no somos funcionarios, no tenemos el trabajo garantizado, el futuro es absolutamente incierto... Pero lo que dice esta canción es que, joder, hay muchos motivos para sacar fuerzas y jugártela, así que vamos con todo. Y lo que haya pasado o la suerte que hayamos tenido ya no importa, así que vamos hacia delante y a por ello».

Por supuesto, desde el punto de vista estrictamente musical, la banda acompaña el mensaje con, quizá, una de las canciones más contundentes que hayan escrito en su todavía corta pero intensa carrera. «Lo mejor que hemos sacado de la gira de La noche es saber que el apoyo de la gente es grande, y tener eso claro se nota mucho a la hora de componer», asegura Dani. «Digamos que eso nos ayuda a soltarnos con cosas que igual en un principio nos generaban más dudas –añade el guitarrista–. No sé..., quizá antes podíamos decir cosas como: ‘Voy a refinar un poco el sonido para que encaje mejor en equis mundo’, o ‘tal vez esa guitarra es demasiado agresiva para ciertos festivales’. Pero eso se acabó: con Los perros no nos hemos querido cortar. Y lo bueno es que tenemos muy claro que a la gente a la que le guste Arde Bogotá esto le va a molar»

"Tenemos la certeza de que somos una banda de rock y de que la gente nos entiende así, así que podemos hacer nuestra música sin miedo, sin caretas"

Antonio García

— Cantante y guitarra

«Somos la misma banda que hizo La noche –añade Antonio–, las mismas cuatro personas, y escuchamos la misma música que entonces, así que no íbamos a hacer un segundo disco radicalmente distinto; ninguno hemos aprendido a tocar el saxofón –bromea–, así que... Pero es lo que decía Dani: hemos salido a la carretera y hemos tenido la suerte de encontrarnos con el público y descubrir qué significan para ellos nuestras canciones. Y nos hemos reafirmado en una chorrada que antes decíamos mucho pero que ahora sabemos con certeza: que somos una banda de rock y que la gente nos entiende así. Entonces, podemos hacer este tipo de canciones sin miedo, sin caretas; yendo más lejos de lo que fuimos con Abajo o Cariño», reflexiona el vocalista cartagenero, que se apresura en matizar: «Y lo mismo para el otro lado, ¿eh? Porque también hemos descubierto que somos una banda de rock que puede hacer Exoplaneta sin que a nadie le chirríe, que podemos dejarnos llevar por canciones más melódicas, dulces y baladosas sin dejar de sonar como la banda que queremos ser».

Porque la sensación, después de un sencillo de presentación demoledor (Antiaéreo, de 2019), un EP que les colocó en la rampa de lanzamiento (El tiempo y la actitud, de 2020) y un álbum debut con el que han pulverizado hasta las previsiones de los más optimistas (La noche), es que –insiste Antonio– «la gente ya habla nuestro lenguaje, y podemos decir las cosas de otra manera»: «Ya están puestas las reglas del juego; ahora vamos a pasárnoslo bien».

El disco completo, para mayo

Los perros se ha presentando junto a un potente videoclip grabado en Cartagena –bajo la dirección de Óscar Noriega– y que supone el primero de tres capítulos (de tres canciones) que pretenden dar forma al universo audiovisual de Arde Bogotá antes, incluso, de la publicación de este segundo disco, prevista para el mes de mayo. «Nos apetecía hacer algo así. Queríamos unir de alguna forma los adelantos previos al lanzamiento del álbum –tres canciones representativas del disco– y una buena forma de hacerlo era así», explica Antonio García, que recurre a Claudia Orellana, de Son Buenos (su agencia) para desgranar la agenda de la banda: «El segundo saldrá en torno a marzo y el último, con el disco», explica, aunque es posible que antes de que eso ocurra regalen a sus fans un nuevo single

No obstante, y a diferencia de La noche, el segundo álbum de Arde Bogotá –del que todavía no quieren desvelar el nombre– no será tan evidentemente narrativo, tan lineal. «Es conceptual, pero de manera menos explícita; es más complejo, no es una historia tan fácil de entender», advierte Dani. «Es, más bien, ‘temático’», especifica José Ángel Mercader, ‘Jota’, el batería del grupo, al que se le hace raro pensar que en breve se cumplirán dos años de la aparición de La noche. «He tenido que mirar varias veces la fecha porque a veces no me creo que haya pasado tanto tiempo», dice. 

De izquierda a derecha: Pepe Esteban, Antonio García, José Ángel Mercader y Dani Sánchez.

De izquierda a derecha: Pepe Esteban, Antonio García, José Ángel Mercader y Dani Sánchez. / Juan Carlos Caval

Parapetado tras sus platos y bombos, Jota reconoce no haberse dado cuenta hasta ahora de la velocidad de crucero que ha obtenido el proyecto: «Todo ha ido sucediendo de manera muy natural, pero rápido, casi sin darnos cuenta. De hecho, el otro día me quedé un poco rayado, al borde de la cama, y le pregunté a mi pareja: ‘¿Todo esto ha pasado de verdad?’. Porque, como decían mis compañeros, nosotros no somos del todo conscientes de lo que estamos logrando; y casi que mejor, porque si te paras a pensarlo puede parecer que todo esto te queda grande». Por suerte, Arde Bogotá demuestran tener los pies en la tierra, y Pepe Esteban, el bajista –del que Antonio dice, entre risas, que es «el más inconsciente» de la banda–, es muy claro al respecto: «Para sobrellevar todo esto, a mí me ayuda pensar en que realmente no estamos inventando nada, en que hay muchos grupos que con su primer disco llenaron salas mucho más grandes que nosotros. No tenemos motivos para creernos mejor que nadie».

Pero lo que está claro es que el fenómeno Arde Bogotá avanza imparable hacia un nuevo hito. Que cada vez son más sus seguidores y, con ellos, más grandes los escenarios que los reciben. Que aunque Dani siga diciendo que da «gracias» si van a verles «cien personas», la magnitud del proyecto crece como la espuma. Y ellos, mientras tanto, siguen trabajando, mirando hacia delante sin levantar el pie del acelerador, sin centrarse en metas pasadas o venideras; simplemente, disfrutando del camino. Así que, ya saben: ‘soltad a los perros’, que estos cuatro cartageneros ‘se han escapado’ y no tienen ninguna intención ‘de parar’.