«Buenas noches, Àngel. Puede que este mensaje no lo llegues a leer nunca, pero queríamos hacerte llegar que siempre nos llenáis el corazón cuando volvemos a ‘La Jaula’». Este es el inicio de uno de los muchos textos que el actor, director y presentador Àngel Llàcer recibe casi a diario tras subirse al escenario con su último espectáculo, La Jaula de las Locas, que mañana llega al Auditorio Regional Víctor Villegas de Murcia para quedarse sobre sus tablas hasta el próximo domingo. El barcelonés, especialmente conocido como jurado de Operación Triunfo, Tú sí que vales y Tu cara me suena, asegura –a raíz de este emotivo feedback– que su principal ilusión es hacer disfrutar a la gente, y parece que lo está consiguiendo con una obra en la que no solo dirige (junto a Manu Guix), sino que también protagoniza (con Iván Labanda). Hablamos con él para conocer un poco mejor la propuesta, que define como «terapéutica».

Àngel, ¿qué se va a encontrar el público que acuda a ver este musical?

Una fiesta. Además, el otro día me di cuenta de que la gente tiene más ganas de pasárselo bien que antes. Cuando salimos del confinamiento, la gente todavía estaba un poco cortada, pero ahora tienen verdaderas ganas de diversión y de reírse. He perdido la cuenta de las veces que se levanta la gente a aplaudir. Y yo, claro, pues me vengo arriba, y la obra en vez de dos horas y media dura dos horas cincuenta. Son veinte minutos de pura improvisación.

¿Cuál es el mensaje de la obra?

Que hay que quererse a uno mismo, a la vida y a los demás. Que cada uno sea libre de ser como es, porque la gente te quiere cuando eres tú mismo y no pretendes ser otra persona. Al igual que no puedes pretender que los demás sean como tú quieres que sean. En la diferencia está la gracia, imagínate el aburrimiento si fuésemos todos iguales.

¿Tiene algo en común con su personaje, Albin?

La espontaneidad y el positivismo. No soy una persona quejica y siempre trato de buscar el lado bueno de las cosas y pasármelo bien. Intento que ir al supermercado, por ejemplo, sea una aventura divertida.

¿Cómo le llegó la propuesta?

Me lo propuso un amigo mío de la productora Nostromo Live. Es cierto que a mí la adaptación cinematográfica que se hizo en Hollywood no me gustaba nada, pero sí la francesa, La Cage aux Folles (Édouard Molinaro, 1978), así que... De todas formas, lo que sí dejé claro a los productores desde el principio es que no quería que durante la gira se recortara, grabando, por ejemplo, la música (como se suele hacer para que sea más rentable); quería que en el resto de ciudades fuese exactamente igual que cuando la estrenamos en Barcelona o en Madrid, aunque costara más.

¿Qué esperaba o espera de esta gira [que todavía tiene que pasar por Valencia, Manresa y Palma de Mallorca, después de Murcia]?

Pasármelo bien. Mi gran ilusión era hacer una gira por España con ‘La Jaula’ porque sé que la gente va a ser muy feliz entrando en ella. Ellos aún no saben lo bien que se lo van a pasar, pero yo sí, y esa es mi mayor ilusión.

¿Qué es lo más duro de ser actor musical?

La disciplina. Es un horror. No puedes salir, fumar, beber..., y tienes que cuidar la voz, hacer deporte, no comer en exceso… Es muy sacrificado porque dedicas tu vida a eso. Es como ser un deportista de élite.

¿Qué es lo que más le gusta del espectáculo?

Todo. Pero especialmente la canción del inicio, porque es el preludio de una gran fiesta. Y, por supuesto, cantar Soy lo que soy. Pero para entenderlo tienes que verlo con tus propios ojos.

Justamente la canción Soy lo que soy dice: «Este es mi mundo, ¿por qué no sentir orgullo de eso?». ¿Se siente orgulloso de usted mismo?

Sí. Pero muchas veces me gustaría tener otra vida y haber escogido caminos distintos. Ver cómo hubiese sido mi vida trabajando en una empresa, con una mujer y siete hijos. A veces pienso que me hubiese gustado elegir cosas distintas en la vida.

¿Cómo es trabajar con Manu Guix?

Llevamos 25 años trabajando juntos, así que imagínate... No nos peleamos nunca y siempre estamos aportando. Somos como un matrimonio.

¿Con qué se queda de su experiencia en Tu cara me suena?

Con el cariño de la gente. Aunque primero con la calidad del espectáculo, que es resultado de un gran esfuerzo y trabajo de muchas personas. Es todo calidad, como a mí me gusta. Es como el buen comer. Me gustan las cosas bien hechas y Tu cara me suena es un programa que está muy bien hecho. Es impecable. Tanto el cómo se lo trabajan los concursantes como las actuaciones.

Y de la otra cara de la moneda, ¿qué diría que es lo peor del mundo de la televisión?

El no-anonimato. Me gustaría ser anónimo.

¿Es la fama una carga?

Sí, sin duda. Es un horror. No me gusta nada.

Entre todos esos mensajes que me comentaba antes que le mandaban los espectadores, ¿hay muchos procedentes de haters?

Prácticamente no. Tengo mucha suerte y no tengo casi haters. Creo que es porque no me meto en cuestiones particularmente delicada, porque todo me da igual. No me meto en polémicas ni en política. Que la gente haga lo que quiera, que yo haré lo que me dé la gana.

¿A quién le haría falta ver este musical?

A las personas que quieran explotar de felicidad. Y a las que quieran compartir con sus seres queridos dos horas y pico maravillosas.