España es un país, dicen, en que es imposible guardar un secreto. Pero el caso protagonizado por el lorquino Agustín Martínez es una excepción. Durante años nadie fue capaz de identificar a la misteriosa Carmen Mola, que había publicado dos novelas de espectacular éxito y que había roto los cánones de la novela policíaca con argumentos de especial morbosidad.

Hasta que el penúltimo Premio Planeta destapó el misterio. Carmen Mola era un autor colectivo que escribía a seis manos, y a uno de sus integrantes, junto a Jorge Díaz y Antonio Santos Mercero, lo teníamos más cerca de lo que sospechábamos. Agustín Martínez se convirtió así en el segundo escritor de la Región que recibía el Planeta, tras el aguileño Antonio Prieto, que lo había recibido en 1955.

Pero Agustín Martínez no solo escribe en colaboración con otros autores. Antes de la revelación del Planeta ya se había hecho notar con novelas como Monteperdido, que ha sido traducida en más de diez países y adaptada a televisión en 2018, o La mala hierba. Y prueba de su versatilidad de estilo se constata en que ha participado en los guiones de series de televisión como Sin tetas no hay paraíso, La chica de ayer, Crematorio, El don de Alba, Víctor Ros, o Feria, para Netflix. Lo más reciente es la reincidencia en Carmen Mola con la última entrega de la serie, Las Madres.

El ‘descubrimiento’ de que tras la marca Carmen Mola se escondían tres autores masculinos provocó en su día una intensa polémica, de las que nunca vienen mal en el mundo de la cultura. Hubo pronunciamientos desde ciertos sectores del feminismo y también se renovaron los prejuicios acerca de las técnicas para la consecución de best-sellers. Pero nadie discutió la eficacia de los recursos literarios añadidos al género por estos autores, y menos aún los lectores cautivados por La novia gitana y las sucesivas entregas.

Agustín Martínez, escritor concienzudo, de amplios registros, se ha convertido ya hoy en una imprescindible referencia de la literatura de calidad enfocada al entretenimiento.