Música

Nacho Para: "Este disco pretende ser un cálido refugio para el duro invierno que se avecina"

El vocalista de Bantastic Fand acaba de publicar ‘No parking tickets in the clouds’ (2022), su primer álbum en solitario

Nacho Para.

Nacho Para. / L.O.

No parking tickets in the clouds (2022), producido conjuntamente con Jorge Navarro, supone el estreno en solitario de Nacho Para, cantante de Bantastic Fand. Con un título entre la invitación y la advertencia, esta colección de canciones abarca toda la vida del autor, desde antes de los Rivertones hasta el presente. La dificultad para juntarse con otros músicos durante la pandemia fue el impulso definitivo para grabar estos temas, de un corte más intimista, con apenas guitarras eléctricas. Tampoco hay excesiva producción: Para ha intentado que todo fueran primeras tomas, de lo más natural; casi se oye el crepitar del fuego, recogiendo un poco el espíritu del Desire de Dylan o el Cloud Nine de Harrison. El resultado es un disco doloroso y esperanzado, cuyos pequeños y humildes mapas ayudan a escapar de la acritud de la vida urbana a donde las nubes y el horizonte se pelean.

Durante los peores meses de la pandemia, en el confinamiento, muchos artistas parecían estar en ebullición creativa. ¿Fue tu caso? Me lo sugiere una canción como Only seen my face, de la que es co-autora de la letra Isabel Márquez.

Había esa sensación de que el mundo se había parado. Recuerdo que empecé por la letra de Move around, que era una canción que tenía hace tiempo por ahí y a la que nunca le ponía palabras. Move around es una invitación a moverse, a hacer cosas, a que el miedo al virus no nos paralizara. Pero yo vivo en el campo, y la verdad es que no me cambió mucho la vida. De hecho, apenas usé la mascarilla porque por allí no me encontraba con nadie. Quizá de ahí la chulería de retar al virus: «Come on, try to hurt me». En cuanto a Only seen my face, fue la primera canción completamente nueva que compuse en aquellas circunstancias. La letra está escrita a medias con Isabel Márquez, que ella sí vivió el confinamiento duro en Madrid. Era interesante mezclar los dos puntos de vista: un hombre maduro en el campo y una chica joven en Madrid.

¿Cómo te planteas este disco?

Sin giras, sin actividad, se abría una oportunidad única de componer y grabar con calma, a fuego lento, como pocas veces uno puede permitirse a lo largo de la vida. No la quería desaprovechar. Tampoco podía juntarme con amigos músicos, así que empecé yo solo. No tardé en escribir tres o cuatro canciones, y empecé a incorporar otras que tenía por ahí inacabadas y que podían encajar con las nuevas. Un gran amigo de Bilbao, Joserra Rodrigo, vino a verme cuando se abrieron por primera vez los cierres perimetrales y me ayudó mucho con la selección, y con el orden. En el verano de 2021 dejamos escrito un papel con el disco exactamente como finalmente ha salido. Solo faltaba grabarlo, encontrarle el tono adecuado, aunque el tono lo iba a marcar la portada, que también la tenía decidida.

La presentación parece la de una historia contada en capítulos. Desde luego, esa portada a lo Cuenta conmigo ahonda un poco en esa idea.

Es una foto de 1979, de cuando yo tenía 16 años y me fui con unos amigos de excursión. La imagen parece tomada en Canadá, con esas camisas vaqueras y las montañas nevadas al fondo, pero en realidad es la Alpujarra almeriense. Estamos ahí intentando hacer unas migas, que no cuajaron, y aún así nos las tuvimos que comer echas una bola cruda. Esa imagen me recordaba a otra que vi una vez en los invernaderos: unos inmigrantes de Malí comiendo con las manos, todos del mismo barreño, una masa parecida. Almería, América, África. Para mí, en esa foto están todos los paisajes, geográficos y humanos, que me han marcado. En el libreto interior, siguiendo con la idea de fotos antiguas, pedí fotos de esa época a cada uno de los músicos. Algunos eran jóvenes; otros, como los coletristas Pablo Vizcaíno e Isabel Márquez, niños.

Aunque se trata de tu debut en solitario, participan también los músicos de Bantastic Fand.

Al principio pensé que sería un álbum mucho más crudo. Acústica, voz y armónica, como los discos acústicos de Dylan en los noventa. De hecho, se grabó así: en dos semanas, casi todo primeras tomas. Pero, poco a poco, con Paco del Cerro y Carlos Campoy, empezamos a pensar en meterle arreglos. Quería aportar colores suaves, como los de la portada. Pero tenía claro que no quería enterrar mi acústica; eso debía prevalecer. Mi forma de guitarrear, medio folkie, medio bluesera y medio africana, pasa desapercibida en Bantastic Fand, excepto en temas como One of them. Es normal, porque teniendo a mi alrededor a guitarristas como Fernando Rubio, Paco del Cerro o Iván Estefanía, lo mejor que puedo hacer es rellenar y estarme quitecito, pero mi estilo, aunque tosco, es mi estilo, y eso quería que estuviera visible en este álbum.

¿Es la misma sensación grabar para una banda que hacerlo como solista?

Bueno, grabar con Bantastic Fand es un placer absoluto, rodeado de grandes músicos que además son tus amigos. Pero siempre he tenido en la cabeza hacer un disco más sencillo, un paso siguiente a la maqueta, pero sin que se acerque a la gran producción.

¿Qué diferencias, a nivel compositivo, hay entre tus composiciones en Bantastic Fand y en solitario?

Que estas son canciones compuestas por alguien que está solo, que sabe que tendrá que grabarlas solo y que probablemente tendrá que girar solo. Luego acabó el confinamiento y resulta que ya no estaba tan solo, pero las canciones nacieron así.

¿Ha sido un disco muy estudiado por tu parte o todo lo contrario?

Tengo la sensación de que es un álbum que llevo preparando toda la vida. Great creation es una canción pre-Rivertones, de primeros de los ochenta. In the afternoon la escribí en Barcelona, pero aún andaba por ahí sin letra ni estructura clara. Leaving you my soul la compuse en La Isleta del Moro en los noventa y se quedó en un cajón. Las demás son todas más recientes. Tratamos de hacer un puzzle y encajó.

La música parece haberse reducido a la expresión más básica, y tú pareces especialmente cómodo en esa tesitura. Estoy pensando en Rain or shine.

Rain or shine es la única que ha conservado el espíritu espartano original del disco, aunque de esta canción se probó una versión con banda completa. Esa versión, que estaba ya a punto de ser incluida, me recordaba demasiado al último disco de Bantastic..., así que una tarde me subí al estudio y grabé la versión desnuda.

Tú siempre has tenido inquietudes artísticas y literarias. ¿Qué libros o artistas te han motivado de cara a esta colección de canciones? En algunas creo estar metido en el ambiente de Las uvas de la ira, de Steinbeck...

Sí, Steinbeck está ahí, claro, pero quizá más Rumbo a la gloria, de Woody Guthrie, que es un libro que leí tarde y me impactó mucho. Va también de la gran crisis de los años veinte. Y ahora estamos en las mismas, en clima de preguerra y batacazo mundial. La historia es pendular, pero la vocación de este disco no es de advertencia ni de solución, sino de cálido refugio para el duro invierno que se avecina.

El título del álbum tiene algo que me recuerda a una canción de los Rolling Stones (Get off of my cloud). ¿Alguna relación?

No, la verdad. La idea surge por las crecientes dificultades de aparcar en la calle sin pagar incluso en pequeños pueblos de España. Y ya con la pandemia, multaban hasta a las personas. Quizá no había otra forma de hacerlo, pero era todo demasiado agobiante. Haciendo la letra de Hurry up salió esa idea de que no te multan por aparcar en las nubes. El vuelo de la imaginación era el último aparcamiento gratis.

¿Los bantásticos te acompañarán en las presentaciones?

Sí. La idea es girar en formato cuarteto o quinteto, aunque también habrá ocasiones en las que defienda el disco yo solo. Será en 2023.

¿Qué crees que te depara el futuro?

Espero que una buena gira de presentación. Ya tengo algunas fechas cerradas en Bilbao, Madrid, Sevilla, San Sebastián, Badajoz, Alicante, Almería… Ya se anunciará todo en su momento. También lo presentaré en casa, Cartagena y Murcia.