Artes escénicas

'Una noche sin luna': un ejercicio de "memoria y justicia" en el Romea

El teatro murciano levanta el telón este domingo con un monólogo de Juan Diego Botto dedicado a Lorca para el que hace semanas que no quedan entradas

Juan Diego Botto, como Lorca, durante una representación.

Juan Diego Botto, como Lorca, durante una representación. / L.O.

EFE

El Teatro Romea de Murcia levanta el telón por fin. Será este domingo, a partir de las 19.00 horas, y con una obra que, pese a haber pasado ya por la capital del Segura –por el TCM en febrero del año pasado, para ser exactos–, agotó hace semanas todas las entradas disponibles. No en vano, hablamos del montaje ganador de los Premios Max en su última edición a Mejor Espectáculo y Mejor Actor, y, claro está, de uno de los éxitos indiscutibles de las últimas temporadas. Nos referimos a Una noche sin luna, una obra con la que el popular actor Juan Diego Botto –también autor del texto– traslada al espectador los aspectos menos conocidos de la vida y obra de Federico García Lorca; un monólogo en el que no falta humor y que nace de la pasión que el argentino siente por el eterno poeta granadino.

Esta obra es, según su autor, un ejercicio de «memoria» con el que me se ha dado cuenta de lo importante que es para él hablar de la «justicia o de la impunidad». Dirigida por Sergio Peris-Mencheta, se presenta como un relato en primera persona en el que la pregunta que condiciona su desarrollo es: «¿Por qué me fusilaron?». A lo largo de la función, el propio Lorca (Botto) intenta darle respuesta con un texto construido a partir de conferencias, charlas y entrevistas en las que el poeta desvela sus puntos de vista sobre diferentes cuestiones.

Esta pieza surge cuando Botto se propone hacer un recital de poemas y va encontrando «ecos vibrantes de historias que se asemejan a nuestro presente», a partir de las encrucijadas de la vida a las que hace frente el poeta en un momento de grandes cambios sociales que le llevó a ser «amado por muchos y singularmente odiado por otros». El intérprete bonaerense recuerda lo poco que han cambiado algunas cosas con un ejemplo significativa: cuando se acusaba a Lorca de vivir de las subvenciones al poner en marcha el grupo de teatro La Barraca, «algo –comenta Botto– de lo que se nos sigue acusando a los cómicos hoy».