The Parrots presentan esta noche en el marco del Microsonidos su esperado segundo álbum, Dos (Heavenly Recordings, 2021), continuación de su debut, de 2016. Producido por Tom Furse (The Horrors) y mezclado por Claudius Mittendorfer (Parquet Courts, Weezer, Temples), este nuevo disco, entre el garaje sin complejos y el disco-rock más arty, mantiene los guitarrazos y las melodías contagiosas, pero hay una evolución y un replanteamiento del sonido. Tras el éxito rotundo de Maldito –una colaboración con C. Tangana que ya supera el millón de streams–, You work all day (que suena habitualmente en BBC6 y NME Radio) y Lo dejaría todo, llegó It’s too late to go to bed, adelanto del nuevo álbum. Con seguidores tan ilustres como Iggy Pop, The Parrots, fuertes e inspirados, ya cuelgan carteles de ‘Sold out’ en Reino Unido, México, Austin y muchas ciudades europeas. Hablamos con ellos en vísperas de su visita a Murcia.

Fecha: Hoy, 23.00 horas

Lugar: Sala Spectrum, Murcia.

Precio: 15/18 euros.

Conocimos a The Parrots tras ganar el concurso del SOS 4.8, y desde entonces vais imparables. ¿Dos nos descubre a unos nuevos The Parrots?

Siempre vamos a esforzarnos por encontrar nuevas influencias, nuevas versiones de nosotros mismos. Una gran parte de lo bonito de crear un disco desde cero es poder sorprenderte de lo que has absorbido durante el tiempo y poder plasmarlo en tu música.

¿Cómo ha sido ese proceso de grabación entre Londres y Madrid? Creo que no era lo previsto, pero se tuvo que adaptar a las circunstancias.

No era lo previsto, no, pero pudimos adaptarnos y hacer de eso un punto fuerte y el empujón definitivo para acabar de cerrar el disco. Pudimos contar con gente a la que admiramos y que teníamos un poco más cerca aquí en Madrid.

Teníais claro con Dos que el productor tenía que ser Tom Furse, teclista de The Horrors. ¿Por qué?

Porque somos muy fans de los Horrors, y justo en su aspecto de teclista y productor vimos esa voz externa que necesitábamos para sacarnos de nuestra zona de confort.

El álbum suena poderoso y luminoso. ¿Qué buscáis transmitir a la gente?

Hay mucha más belleza en las cosas cotidianas de lo que nos damos cuenta. Al final, si quitas los Ferraris y el Hennessy de sus letras, hasta Drake tiene las mismas preocupaciones que un chaval de Molina.

El garaje sigue siendo una de vuestras mayores influencias, pero últimamente habéis añadido más estilos, y no sé si redescubierto a muchos artistas como LCD Soundsystem (en It’s too late to go o tbed la influencia de James Murphy es evidente). ¿Cómo os definís The Parrots en este momento?

Somos lo que somos, y en este disco queríamos quitarnos justo las barreras que un género impone o las de ‘lo que se esperaba de nosotros’. Somos nuestra crítica más dura, y queríamos hacer un disco que reflejase todas nuestras influencias. Hubiese sido más fácil, pero más aburrido, repetir la fórmula.

Creo que siempre os ha gustado el hip-hop, pero parece que buscáis un enfoque diferente, véase Maldito, con la colaboración de C.Tangana. ¿Cómo surgió esta posibilidad? Por cierto, parece que hayáis querido hacer también un guiño a Grauzone y su Eisbaer...

Gracias a las redes, puedes conectar con gente de todos los ámbitos y niveles (nunca perdáis eso de vista). Por otro lado, nosotros no nos olvidamos de que lo que hacemos es el cúmulo de todo lo que admiramos y escuchamos. Somos los DJ’s de nuestras propias vidas.

¿Os ha gustado el resultado de hacer más canciones en castellano? ¿Habéis notado que habéis ganado más público haciendo canciones en nuestro idioma?

Nos hemos sentido muy cómodos. Y, a la vez, muchas de estas canciones van dirigidas o hablan de gente muy cercana a nosotros, así que fue una decisión natural escribirlas en español, como cartas de amor a nuestros amigos y amigas.

Como letristas, ¿recurrís mayormente a vuestras propias experiencias o también a la ficción, aunque sea para redondear la canción?

Nuestras letras hablan sobre todo de nuestra vida y de las personas que nos rodean. Si alguna vez hemos redondeado algo es solo porque van dirigidas a gente que queremos, y como tal hay que suavizar o acentuar ciertas cosas. Todo es una intervención para resolver nuestros propios dilemas.

La última canción del disco (Romance) es vuestra historia de amor con Los Nastys.

Y nuestra historia de amor tumultuosa con Madrid, una ciudad increíble, pero que a veces parece más un torbellino o una lista de entrada a un club.

Parece que habéis tocado ya más veces en Londres que en Madrid. ¿Cómo se hace esto? ¿Os molesta?

Para nada. Hemos tenido la suerte de poder tocar delante de mucho público fuera de España, viajar, conocer y crecer gracias a otras personas, etc. Habría que ser tonto para rechazar la vida que estamos viviendo.

Estados Unidos supongo que es mucho más complicado, pero en su momento creo que hicisteis una gira de treinta y pico conciertos seguidos. Debió ser una paliza.

La vida está para vivirla. Fue increíble ver que llenábamos salas en Los Ángeles, San Francisco o Nueva York. Hemos estado rodeados de coyotes en el desierto, y siempre es un placer ver que gente de tan lejos empieza a poner a Madrid en el mapa.

Iggy Pop habló de vosotros en su programa de radio. ¿Qué os parece?

Tan solo increíble. Que gustemos a una persona que nos ha influenciado tanto es un reconocimiento mayor que muchos premios.

La canción que abre vuestro disco se llama You work all day (and then you die). El título me recuerda a Birth, school, work, death, de The Godfathers.

Creo que estamos en la misma línea de pensamiento al pensar que lo que nos han contado que debe ser la vida es una mentira, y que existen cosas más importantes que encajar en ese sistema.

¿Contentos con la recepción que ha tenido Dos? ¿Qué significa este disco para The Parrots?

Estamos muy felices. Haber contado en el disco con tanta gente a la que admiramos y queremos, gente superpotente en el mundillo –desde Tom, Claudius Mittendorfer a Los Nastys, Ade de Hinds...– ya nos supone todo. Ahora está fuera y ya no es solo nuestro, pero estamos supercontentos de cómo lo está haciendo suyo la gente y de poder hacerles sentir parte de nuestra peli.