La Unión ha decidido rendir homenaje a su cantaora más destacada en el cartel de la 61 edición del Festival Internacional del Cante de las Minas. Encarnación Fernández, doble Lámpara Minera (1979 y 1980), es la protagonista de la obra de este año, realizada por el reconocido cineasta Carlos Saura. Para crear este cartel, el veterano artista oscense ha hecho uso de su propia técnica pictórica, que aúna la fotografía y la pintura y que engloba dentro del concepto ‘fotosaurios’, según el cual transforma una imagen impresa –en este caso, de la cantaora unionense– con acuarelas, témperas, ceras y lápices de colores.

Esta conjunción de contar con Carlos Saura y que Encarnación Fernández sea la protagonista del cartel supone «un doble orgullo para el festival», tal y como señaló ayer el presidente de la Fundación Cante de las Minas, Pedro López Milán, durante la presentación del cartel en la Asamblea Regional. El también alcalde del municipio unionense quiso aprovechar su comparecencia para agradecer también a Julio Niebla, hijo Antonio Niebla, el hacer posible que Saura se haya involucrado con su arte en esta nueva edición del certamen flamenco. «Que la iconografía del Cante se vea incrementada con un autor como Carlos Saura es importantísimo», recalcó.

Vuelta a la Catedral del Cante‟

Pero, además de mostrar la nueva imagen del festival, López Milán también anunció algunos detalles de esta próxima edición, como que el flamenco volverá este año a la Catedral del Cante, al Antiguo Mercado Público de La Unión. «En 2021 nos reinventamos, sacándolo de su sede central y llevándonoslo a La Maquinista de Levante, pero había que volver», declaró el regidor unionense, que se mostró ilusionado por que los artistas vuelvan a sentir el calor del público en este espacio.

López Milán también quiso dar algunas pinceladas de lo que será la programación de esta 61 edición, como son las quince pruebas selectivas que se van a realizar por toda la geografía española para encontrar a los máximos exponentes en toque, en baile, en cante y tocando otros instrumentos desde la perspectiva flamenca. A todos ellos deseó de antemano «una carrera llena de éxitos» gracias a la promoción que se les hará desde el festival.

El presidente de la fundación también confirmó la actuación que hará la familia Rancapino, así como un homenaje a Paco Cepero, que recibirá el Bordón Honorífico a toda su trayectoria para «agradecerle su aportación al flamenco». Conviene recordar que el guitarrista jerezano ya recibió hace años el Castillete de Oro del Cante. «Este festival lo es todo para La Unión, porque no es solo un concurso, sino que forma parte de nuestra idiosincrasia y forma de ser, porque es la mayor herencia cultural que nos han dejado nuestros antepasados», concluyó Pedro López.

«Es el festival de flamenco más importante del mundo», recalcó el presidente de la Asamblea Regional, Alberto Castillo, quien remarcó la «excelencia y la singularidad de cante flamenco de origen minero», que vio en la eclosión de este arte como la única forma de sobrellevar «las durísimas condiciones de trabajo». Lo hicieron «con coplas improvisadas por el sentir popular que con el paso del tiempo confluyeron en un maridaje de preciosa simbiosis entre la música de guitarra y misteriosa desgarradura sonora», apuntó Castillo, quien puso el acento sobre «el quejío de aquellas gargantas privilegiadas, capaces de elevar con su torrente de voz su dolor a la categoría del arte». «Existen muy pocas manifestaciones artísticas –añadió– que transmitan de esta manera los sentimientos y las sensaciones que generan el escalofrío del cante en toda su pureza».

El acto contó como cierre con la actuación del cantaor Antonio Ayala, ‘El Rampa’‟ (Lámpara Minera 1989), quien acompañado del guitarrista oficial del Festival Internacional del Cante de las Minas, Rosendo Fernández (Bordón Minero), interpretó cantes mineros.

Una mente creativa

El mundo creativo de Carlos Saura (Huesca, 1932) comprende diversas disciplinas. Gran conocido por su labor como cineasta, al mundo de la imagen en movimiento accedió desde la fotografía, donde buscó su propio estilo, consiguiendo destacar desde sus inicios. A través de su objetivo, ha explorado diferentes caminos, plasmando vivencias como el relato de la pobreza y el frío en España o la guerra, a modo de diario personal, comunicando a través de la imagen. En este aspecto, el mundo del flamenco también se abre paso, algo que se pudo observar en la 45 edición del Festival Internacional del Cante de las Minas en una exposición de treinta fotografías entre las que se encontraban algunas de las películas que rodó dedicadas al género, incluidos los negativos.

Su filmografía, tras dirigir un par de cortometrajes, comienza en 1965 con La caza‟, que trata las heridas provocadas por la Guerra Civil y que le valió el premio al mejor director en el Festival de Berlín. De ahí comenzarían grandes éxitos con cintas tan decisivas para la historia del cine español como Cría cuervos, Deprisa, deprisa, Ay, Carmela o La prima Angélica, que obtuvo el premio especial del jurado del Festival de Cannes y supuso su consolidación internacional.