La Opinión de Murcia

La Opinión de Murcia

Literatura
Ana Ballabriga Escritora

"‘El deseo eterno’ es una novela llena de misterio y giros inesperados, pero dura, escrita con rabia"

"Somos mejores escritores juntos de lo que lo seríamos por separado", asegura la autora sobre la pareja literaria que forma junto a David Zaplana

Los escritores David Zaplana y Ana Ballabriga, autores de ‘El deseo eterno’.

En su última novela, El deseo eterno (Distrito 93, 2022), Ana Ballabriga y David Zaplana –afincados en Cartagena, de donde él es natural– abordan temas de rabiosa y triste actualidad como las violaciones en grupo, la sumisión química y la comercialización a través de plataformas de pornografía de agresiones sexuales. Fue una conversación con Mariti Pereira, portavoz de la Federación de Asociaciones de Asistencia a Víctimas de la Violencia Sexual y de Género, la que les motivó a escribir esta obra, que vio la luz el pasado 18 de enero. «La conocimos hace tres años en la Semana Negra de Gijón y nos habló de las dificultades que las mujeres víctimas de agresiones sexuales tienen para ser creídas, de la poca formación que tienen los jueces y las fuerzas de seguridad para enfrentarse a estas situaciones, de los diferentes protocolos que se aplican en estos casos y, sobre todo, de cuestiones referidas a la sumisión química y los contenidos que se cuelgan en webs de Internet mostrando abusos y agresiones», explica Ballabriga (Candasnos, 1977).

La pareja invirtió un año entero en escribir esta obra, pero la mayor parte del tiempo la dedicaron a investigar y documentarse sobre estos temas. Hablaron para ello «con abogados, agentes de policía y con hospitales, para conocer sus protocolos en casos de violaciones con químicos de por medio», explica la escritora. Además, durante el proceso viajaron a Ibiza y Formentera, donde habían decidido ambientar la novela. Sin ningún vínculo estrecho con las isla, Ballabriga y Zaplana optaron por las Pitiusas –como así se les conoce– porque es un lugar que les gusta y «porque se presta y se adapta las necesidades de la historia, al ser un lugar de vacaciones que visitan personas de todo el mundo». «Muchas agresiones por sumisión química ocurren en zonas de playa y las víctimas muchas veces son mujeres extranjeras, al ser más vulnerables», asegura la escritora oscense.

En El deseo eterno, la protagonista, Iris, es víctima de un grupo de cinco jóvenes que la violan empleando burundanga, el nombre popular que se le da a la escopolamina (una sustancia alucinógena y depresora del sistema nervioso central). Los sucesos, detalla la escritora, ocurren en Playa d’en Bossa, aunque la trama –que se desarrolla por completo en Vila, el centro de Ibiza–, comienza tras el juicio, cuando los agresores son absueltos y puestos en libertad. Es entonces cuando la hermana de la víctima, Keira, decide tomarse la justicia por su mano y urde un plan para que todos y cada uno de los culpables paguen por lo que han hecho. 

Aunque «no se han inspirado en ningún caso real concreto», Ballabriga reconoce que es inevitable que, «cuando se lee libro, haya cosas que recuerden a situaciones que ocurrieron realmente», como, por ejemplo, el caso de ‘La Manada’, en el que un grupo de cinco jóvenes sevillanos violó a una chica de 18 años en un portal durante las fiestas de San Fermín (Pamplona); especialmente –apunta Ballabriga–, cuando se filtraron a medios de comunicación datos personales sobre la víctima. 

Como es evidente, esta «historia de amor fraternal y venganza», avisa su autora, no es para todos los públicos. Es una novela «dura, escrita un poco con rabia», admite. Pero, a la vez, quienes se atrevan a adentrarse en las páginas de El deseo eterno encontrarán «una obra breve, de ritmo trepidante, llena de misterio y giros inesperados, pero que, sobre todo, contiene mucha crítica social», ya que muestra, efectivamente, «la crueldad e injusticia de la sociedad en los casos de agresiones sexuales». Así la define Ballabriga, que no duda en tildar también de «feminista» a su nuevo retoño literario, ya que invita a reflexionar sobre la necesidad de «que cambien los protocolos para que mejore la situación para las mujeres víctimas de agresiones sexuales».

La novela, que se puede encontrar ya en diferentes librerías de la Región –así como en Internet– , fue la galardonada el año pasado del Certamen ‘Auguste Dupin’ de Novela Negra , convocado por la editorial Distrito 93, que, como premio, ofrecía la publicación del original que más convenciera al jurado. Además, El deseo eterno ha sido finalista, entre otros, del premio LH Confidencial y del Martín Fierro de Denuncia Social, lo que da buena cuenta del trabajo realizado por la pareja de la ciudad portuaria. De hecho, el mes que viene ambos se embargarán en una pequeña gira de presentaciones que, como no podía ser de otra manera, comenzará en Cartagena. Será el día 16 de marzo, a partir de las 20 horas, en el Centro Cultural Ramón Alonso Luzzy, dentro del ciclo ‘Literaturia y violencias contra las mujeres’ que organizan las concejalías de Cultura e Igualdad.

Escribir a cuatro manos

Ballabriga y Zaplana llevan 25 años como pareja y escribiendo juntos. Empezaron cuando estudiaban en la universidad, en Valencia:él, Telecomunicaciones, y ella, Psicología. Allí descubrieron que compartían tanto el placer de la lectura y de la escritura, y hasta ahora han publicado siete novelas, una de las cuales, Ningún escocés verdadero (216), ganadora el Premio Literario de Amazon.

Aunque pueda parecer difícil, escribir a cuatro manos no resulta complicado para ellos. «Primero pensamos en el germen de la historia. Después investigamos, intercambiamos ideas, hacemos un guión y nos distribuimos las diferentes tramas. Por último, las escribimos y las revisamos», detalla Ballabriga. La ventaja de trabajar juntos, señala, «es que así el oficio de escribir es menos solitario; además, de este modo tienes siempre un primer filtro para saber si una historia va a funcionar o no». Y, como de momento les funciona su forma de trabajar, no piensan cambiarla. Así de claro lo dice Ballabriga: «Para nosotros compartir nuestra visión del mundo y compartir la literatura es muy importante. Creo que somos mejores escritores juntos de lo que lo seríamos por separado».

Compartir el artículo

stats